Mi destino eres tú

Capítulo 19 "La pijama"

Ni siquiera soy capaz de decir algo ya que mi cabeza está en blanco, la luz de la habitación se vuele tenue de la nada.

-¿Qué ha pasado con la luz?- pregunto mirando la bombilla del techo, las lámparas son las únicas que parecen dar luz de manera adecuada.

-Eres increíble Venus, ¿Cómo puedes mencionar la luz en un momento como este?- parece que se divierte, pero sinceramente es de lo único de lo que ahora puedo hablar ya que no sé qué decir, aunque una parte de mí lo sabe la otra ha quedado en shock.

-Lo siento pero, Sean…-.

-Yo voy a protegerte, y aunque no me amaras lo seguiría haciendo, seguiría siendo tu sombra sin importar nada así que mentir no serviría de nada-.

-No quiero que te hagan daño- añado con frustración, siento su mano recorrer mi cabello hacia atrás.

-No lo harán, y en cuanto a ese chico que te ha besado…- calla por unos segundos, y simplemente espero a lo que dirá. –Estuve a punto de salir de debajo de la cama para sacarlo yo mismo de aquí, y si te conoció en el hospital y sabe en dónde vives, entonces debemos ser más cautelosos-.

-¿Cautelosos?- sonrío al ver su expresión de sorpresa ante mi pregunta.

-Sí, no sabemos qué tan loco esté, se atrevió a besarte y ni siquiera yo hice eso cuando te conocí-.

-Lo sé, cuando nos conocimos tu mirada era totalmente aterradora pero divertida- alza ambas cejas.

-¿Divertida? Creí que era seductora- carraspeo mi garganta evitando reír, ¿seductora?

-Eres tan tierno- no puedo dejar de sonreír ya que parece un niño pequeño con una enorme inocencia, ¿Quién puede considerar seductora a una mirada de asesino en serie? Es como si yo dijera que amo que intenten asesinarme.

-¿Exactamente que está pasando por esa cabecita? No creo que sea algo bueno así que… Bueno, antes que nada quiero saber si puedo pasar la noche aquí, que sea algo así como una pijamada- le observo divertida, si como no, una pijamada.

-¿Solo si tienes una pijama rosa de conejitos tiernos?- inspira profundo y besa mi frente.

-Entonces creo que ya debo irme, descansa- camino hacia la puerta riéndome ya que parece no haberle agradado mi idea, y sin decir nada más sale y cierra la puerta. Observo el reloj y apenas son las siete, creo que sería bueno ir al lugar en el que pienso comprar una casa, iba a ser un departamento pero es mejor una casa y que es más grande porque será de dos pisos.

Me pongo unas botas cómodas y tomo mi abrigo, gorro y bufanda ya que afuera hace mucho frío.

-Hola Tommy, podrías por favor llamar a un taxi, necesito salir- asiente con la cabeza y toma el teléfono.

-Por supuesto señorita Helliwell. En un minuto llegará-.

-Gracias, ah y solamente me quedare mañana en el hotel, porque voy a irme a…-.

-El taxi ha llegado- comenta Jordan el hombre que siempre está en la puerta, le agradezco y vuelvo la mirada a Tommy que continúa con expresión triste.

-¿Por qué? ¿Acaso no le ha gustado nuestro servicio? Oh…-.

-Nada de eso. Simplemente iré a vivir con mis amigas, pero prometo que vendré a visitarte-.

-De acuerdo. Y no regrese tarde- sonrío, es un chico tan lindo y tierno, cuando vine aquí el fue el chico que recibió con una enorme sonrisa, además antes de irme a Boston lo conocía, porque nuestras madres eran voluntarias en una refugio para animales así que siempre estábamos juntos, y aunque no hablamos nunca de eso desde que volví sigue siendo un gran y lindo amigo, es como mi hermanito pequeño aunque parece que para él es al revés.

-¿Cuándo dejaras de decirme señorita y volverás a decirme Veni? como antes-.

-Decías que parecía apodo de niño-.

-Y lo sigue pareciendo, pero es lindo, Tommy-.

-El presidente me mataría si escucha que llamo así a alguien en el trabajo-.

-El presidente mataría a cualquiera que se atreva a mancharle los zapatos. Y por favor, no le digas que he salido si es que lo ves- sonríe divertido, oh no, eso sí que ha sonado raro teniendo en cuanta que nadie sabe nada.

-No lo puedo creer, ni siquiera lo he aprobado-.

-Oh, oh, debo irme, y no le digas a nadie, por favor- corro hacia fuera ya que he demorado demasiado. Subo al taxi y le doy la dirección de la casa, por la mañana envié un mensaje a la mujer que se encarga de venderla y quedamos de vernos a las siente treinta.

-Como puede ver la casa es bastante grande, tiene baño en cada uno de las habitaciones además de uno en la parte baja, son cuatro habitaciones, ubicadas en el segundo piso, el piso es de madera y las ventanas son grandes pero seguras, hay un precioso jardín y una piscina, la cocina está en perfectas condiciones al igual de todo lo demás- dice la chica, es de baja estatura pero las enormes zapatillas compensan eso, su cabello es castaño oscuro y su tez oscura, quizás tiene mi edad ya que se ve joven.

-¿Y los vecinos?- pregunto ya que este parece un vecindario bastante deshabitado, está en las orillas de la ciudad pero siempre he pensado que es mejor si no hay tantas personas ya que eso significa problemas y mis amigas aman hacer fiestas, eso ha traído problemas en el departamento en donde viven, además hay árboles afuera, parece que después de las cerca que está a lo lejos se encuentra un bosque y Tessa siempre ha querido vivir en un lugar así al igual que yo, y Sam, bueno, ella solo quiere que no haya vecinos cerca.




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