Mi destino eres tú

Capítulo 22 "Bebé angelito"

-Mamá, ella es Venus Helliwell, la chica que salió huyendo de mi fiesta de compromiso- no es que me queje pero creo que esa presentación es un poco extraña sin mencionar que vergonzosa para mí teniendo en cuenta que era su fiesta de compromiso y el hecho de que haya arruinado el matrimonio de su hijo no creo que sea de su agrado suponiendo que la chica tenga mucho dinero y en las películas las madres de sus hijo millonarios quieren que su hijo se case con una chica de su misma clase social. –Ella es mi madre, Grace Truswel- sujeto su mano en el momento en que mi visión no me traiciona y en cuanto lo hago todo sigue dando vueltas, me sujeto con fuerza a la parte baja del abrigo de Sean ya que siento que caeré en cualquier momento y parece que lo ha notado puesto que ha tomado mi mano poniéndola en su brazo mientras que con la otra la sujeta para mantener el equilibrio.

-Es un placer conocerla aunque lamento que sea en estas condiciones, enserio lo siento- trato de respirar con profundidad ya que siento que todo en mi estómago da vueltas, no quiero vomitarle encima a la madre de Sean.

-El placer es mío, y no te disculpes linda, y antes que nada quiero agradecerte por haber aparecido esa noche ya que si no hubieses estado ahí mi hijo se habría casado con esa bruja, he venido ya que quiero invitarte a ir de compras por la tarde y lo siento ya que he venido muy tarde ya que parece que son como las tres de la mañana-.

-Yo…-.

-En verdad gracias linda, por ti mi hijo no será obligado por su espantosa abuela y su padre a casarse con alguien a quien no ama y no acepto un "no" por respuesta, ahora me iré ya que creo que tienen cosas de que hablar, descansa- besa mi mejilla y después de darme un ligero apretón de manos sube al elevador. –Te veo mañana- sonríe y ahora veo de donde Sean ha sacado esa dulce sonrisa.

-Ten cuidado mamá-.

-Claro que lo tendré mi cielo, después de todo el chofer esta allá abajo, lo mejor de tener chofer es que puedo beber champagne sin chocar. Mañana llevaré a mi futura nuera a beber algo…- me guiña un ojo sin dejar de sonreír.

-Mamá…-.

-Yo hablaba de una malteada hijo, ahora si me iré ¡adiós!- las puertas se cierran justamente en el momento en que todo se mueve y de repente todo se va cuesta bajo, Sean no alcanza a sostener mi mano y ahora estoy en el suelo, creo que ni siquiera me duele nada, parece que el alcohol actúa como anestésico.

-¡Venus! ¿Qué te duele?- sonrío y parece sorprendido. -¿Qué te parece tan gracioso?-.

-No me odias- me siento aliviada por ello, creí que cuando su madre se fuera seguiría molesto conmigo.

-Nunca lo haría, y lo siento, perdóname por haberme ido así, entiendo eso, no tienes por qué darme explicaciones, pero solo te pido que me mantengas al tanto cuando salgas porque no quiero que nada te ocurra, por favor-.

-De acuerdo y también lo siento… oye- evado su mirada unos segundos intentando recordar nuestro tema de conversación de este momento -¿qué estaba diciendo?- ríe de nuevo y su cara desde este punto me resulta angelical.-Antes de que comience a cantar como la otra vez noquéame por favor, te lo ruego-.

-¿Estás bromeando? Esa es la mejor parte-.

-No, no es lo mejor, solo noquéame bien fuerte-.

-Vamos, continuemos la pijamada en mi habitación- niego con la cabeza poniéndome de pie como si no estuviese ebria.

-No, yo creo que mejor en la mía- alza ambas cejas y lentamente acomoda sus manos en mi cintura con esa tonta risita burlona que me fascina.

-¿Qué? ¿Tienes miedo de ir a mi habitación?- rio como si me burlara y parece que quiere retarme para que vaya a su habitación pero no soy tan tonta, cree que diré que iré y lo aseguro ya que tiene esa mirada de ganador.

-Sí. Y el hecho de que esté ebria no significa que iré, la última vez casi termino asesinada por esa chica cuando me vio salir, y sin contar el hecho de que la hayas enviado a llevarme el desayuno a la habitación, es que no creo que esa haya sido una buena idea aunque lo agradezco enserio yo…-.

-Espera, ¿de qué me estás hablando? Yo no ordené nada- trago en seco al recordarla con el cuchillo.

-Eso quiere decir que… demonios, ella… olvidemos eso y…- inmediatamente imagino que envenenara la comida para la próxima ya que la primera vez no lo hizo.

-No voy a olvidar nada, ¿ella te dijo que yo la envíe?- asiento con la cabeza y parece que mis ojos ya se están cerrando. –Cuando amanezca iré a hablar con ella, algo no está bien aquí y no quiero que vuelva a entrar a tu habitación-.

Abro de nuevo los ojos y me encuentro en sus brazos, y… oh vaya, son muy musculosos y grandes.

-¿Volví a desmayarme?- pregunto con confusión, me observa como si estuviese enferma lo cual me hace sentir culpable. –Debe haber cámaras aquí, demonios, pronto estaré en un video en Facebook con el título, “Como hacer el ridículo en cinco minutos o menos”-.

-¿Te sientes mal?-.

-Aunque me haría famosa con eso-.

-Creo que eso es un “No”- se responde así mismo y comienza a caminar hacia mi habitación.




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