Mi corazón no deja de latir imaginando como voy a decirles todo, ya es la tercera vez que casi nos descubren, si Sam hubiese abierto la puerta de la habitación justamente cuando nos estábamos besando en lugar de tocar la puerta entonces quizás ya ni siquiera me hablarían.
El taxi se detiene justo frente a la nueva casa y a juzgar por esas caras les ha fascinado, bajamos y después de pagar y agradecer al hombre este se va y nos quedamos mirando como se ve desde este punto, es enorme y realmente hermosa.
-Venus, ¿nuestra casa está detrás de esta?- pregunta Tessa con ingenuidad a lo que sonrío y les entrego a cada una la copia de la llave para después comenzar a caminar hasta la entrada cuidadosamente ya que hay hielo en el suelo y la nieve se ha acumulado en los escalones que dan hacia la hermosa puerta de madera.
-No, este es nuestro hogar- dejo de sonreír al ver que ambas lloran y se lanzan a abrazarme fuertemente, muerdo mi labio inferior ideando la mejor manera de hacerles saber la verdad y de no caer al suelo debido a que mis zapatillas son muy resbaladizas.
Una vez adentro ambas se quedan mirándome con cierto toque de decepción, y mis únicas dos teorías son que: No les ha agradado lo suficiente la casa, o, ya se han enterado de la verdad -Venus, tenemos que hablar contigo, no es justo para ti que sigamos callando- frunzo el ceño y me acerco más a ellas con temor a lo que dirán y a juzgar por sus expresiones no es algo bueno.
-¿Qué sucede?-.
-Resulta que no nos han dado el empleo y ahora lo único que podemos conseguir es ser cajeras de una tienda comercial, y el sueldo no es bueno- sonrío aliviada.
-Me asustaron, no jueguen así conmigo, ese no es un problema, la que tiene un gran problema soy yo. Antes de decirles todo yo quiero decirles que lo siento y que si me odian y no quieren verme pueden quedarse con la casa-.
-Esa es una idea tentadora- dice Sam alzando ambas cejas pero Tess le da un codazo en el brazo. –Lo siento, solo era una broma-.
-Lo sé, pero lo mío no lo es, y es enserio lo de la casa-.
-¿Qué pasa?-.
-La noche en la que me obligaron a ir contigo Tess a esa fiesta de compromiso del presidente yo… creí que ese chico que había conocido, es decir, del que me enamore… creí que él era Alek Truswel- Tessa evita mi mirada unos segundos quizás apenada por el hecho de enamorarse de la persona que cree que amo –No, Tess, no era Alek ese chico, sino el presidente de la compañía y del hotel en el que me hospedo, Sean Truswel- ambas parecen sorprendidas, la boca de Sam se abre inmediatamente así como esos ojos que ahora parecen enormes. –Supe la verdad por Alek, esa noche él se hizo pasar por Sean para festejar el compromiso mientras que Sean estaba conmigo, y en cuanto a Alek, él está enamorado de ti Tess, y es un gran chico-.
-¿Ya le dijiste la verdad? ¡Tiene que saberlo tonta pasaste todo un estúpido año arrepentida de no haberle dicho quien eras ¿no es cierto?!-.
-Sam tiene razón, tienes que decirle la verdad y bueno, después nos disculparemos por la jarra de agua en su cara-.
-¿Hablan enserio?-.
-Por supuesto que sí, lo único que queremos es verte feliz, y si se puede nuestros empleos de vuelta- Tess le mira con enojo –Ya me conocen, lo último era broma-.
-¡Ve y dile la verdad!-.
-Es que ya lo sabe- me miran como si estuviesen presenciando una novela y esta es la parte en la que parece que comenzara el “continuara”.
-¿Y qué pasó?-.
-Es el mejor ¿saben? Cuando le dije la verdad, él, parecía aliviado de mil maneras, puesto que creía estar enamorado de la chica de aquella noche y de la chica que obligo a trabajar para él-.
-Entonces sin saber que eras esa chica volvió a enamorarse de ti-.
-¡Que romántico! ¡Demonios quiero un chico tan sexy como el presidente!- grita Sam con frustración.
-¡Que romántico! ¡Demonios quiero un chico tan sexy como el presidente!- grita Sam con frustración. –Linda, estamos muy felices por ti, y ese chico Doctor me ha encantado un montón, hace unos días me invitó a salir y como era amigo del presidente decidí rechazarlo pero ahora todo ha cambiado, solo que ya no volverá a intentarlo- parece que esta vez me he equivocado con Jim y Tess, y ahora serán Jim y Sam.
El timbre comienza a escucharse. –Oh por Dios, tenemos una primer visita, quizás es para darnos una canasta llena de panecillos o galletas recién horneadas…-.
-Oh para advertirnos de las fiestas- dice Tessa como si recordara todas las veces que la policía fue hasta su apartamento para advertirles que se callaran o terminarían en prisión y como resultado se arruinaban sus fantásticas fiestas que nunca parecían tener un final.
-Por eso no habrá problema puesto que los vecinos viven muy lejos de aquí, pensé en todo eso para comprarla, me base en nuestras necesidades personales, y las suyas son las fiestas sin tener que ser detenidas- Tessa ríe divertida por mis palabras que según para ellas son bobas pero tiernas, a veces me siento como la hermanita menor e ingenua a su lado aunque otras como la responsable de que ambas estén bien ya que siempre hacen locuras.
Sam se acerca a abrir la puerta, sonríe y veo que toma un enorme ramo de rosas, son justamente como las que me dejaron por la noche, el color oscuro en ellas, mis manos se humedecen y siento como si mi cuerpo, en especial mis piernas fueran un montón de serpentinas recién lanzadas al aire. Me acerco a la puerta y la mirada del chico encontrarse con la mía es demasiado espeluznante puesto que me mira como si hubiese visto un fantasma a plena noche y estuviese solo.