Mi Destino, tu Corazón

Capítulo DIEZ

- Lo sé cariño, nosotros también te extrañamos.- entro a la casa y escucho a Hannah que habla en inglés- No voy porque quiero sacarle eso que me está ocultando... Acordamos en que insistiré en que me diga lo que le sucede y volveremos contigo.- cierro la puerta y me pongo alerta. ¿Nunca existió dicha discusión?- Me preocupa mucho como se encuentra, lo conozco bien y sé que algo le ocurre.- suspira y la encuentro en la cocina sola- Algo tiene que ver Montanes, tengo la corazonada que es ella que lo tiene así...- asiente y lleva su mano libre al cabello- ¡Ella es una niña al lado de Marko! Él está en la fase final de su carrera y ella solo tiene veintiséis años. Necesita a una mujer más madura...- abro de nuevo la puerta y lo cierro más fuerte.

- ¡Cariño, ya llegué!- grito y a pasos acelerados voy a la cocina. Veo que susurra algo que no llego a escuchar y aleja el teléfono de su oído- ¿No te conformas conmigo amor?- le guiño un ojo y pone los ojos en blanco, negando con la cabeza- Supongo que ese amante tuyo ha dicho que ya solucioné ese problema que nos traía muchas discusiones...- me observa frunciendo el ceño y se ríe.

- Y te agradezco mucho por ello amor, no hacía falta que fueses tan duro con ellos.- me sigue el rollo mientras camino hacia ella y le dejo un beso en su mejilla- Solo hacen su trabajo... Al menos los que llevan micrófonos y cámaras de televisión.

- Será mejor dejarte terminar de hacer el almuerzo.- me alejo hacia la sala sin quitar la mirada de ella- Muero de hambre y me tendrás aquí toda la tarde.- no espero su respuesta y camino hacia mi habitación.

Debería sorprenderme que se quedara más por quitarse la duda de mi supuesto extraño comportamiento que por no alejarse de mí, pero sé que ella no lo hará hasta que le termine diciendo la verdad. Y sé que tarde o temprano le terminaré diciéndole. Es mi amiga y me conoce mejor que nadie, solo será cuestión de tiempo porque sus sospechas son ciertas. Se lo diré y que acompañe a Lex que la necesita más que yo. Dejo el bolso en el sofá y cambio la vestimenta deportiva por la de entre casa, no pienso salir por la tarde o noche. Después de semejante prensa que armaron solo por salir con mi amiga y mi sobrino, no quiero dañar la reputación de Lex ni mucho menos la mía.

Salgo de mi habitación y el olor a salsa inundan mis fosas nasales. Cierro los ojos, suspirando ante la delicia con la que mi estómago disfrutará. De camino a la cocina, el timbre suena y frunzo el ceño... No recuerdo esperar a nadie y observo que Hannah asoma su cabeza por la entrada de la cocina, levantando una ceja en mi dirección. Me encojo de hombros y voy hacia la puerta. Una vez que tomo el picaporte y abro la misma y me encuentro con un hombre y una mujer embarazada. Ella de cabello castaño claro, ojos oscuros y su mirada es tímida. Él de cabello castaño oscuro largo por arriba y corto en los costados, ojos verdes, tez blanca, su cuerpo bien definido... La mirada de éste que me devuelve con una sonrisa no es la primera vez que la veo, pero la mujer no la reconozco.

- Dragan, ¿Eres tú?- en dos pasos estoy frente a él mis manos recorren desde sus hombros hasta sus manos, sin dejar de observar su rostro muy similar al mío.

- No lo sé. ¿Quieres mi documentación para saber si lo soy?- me río y lo abrazo. No cambia ese humor, es él. Por fin tengo a alguien que me acompañe- Marko... Ella es Radojka, mi novia y madre de tu sobrino.- acaricia su barriga y sonrío.

- Un gusto Radojka.- le extiendo mi mano y mis ojos se dirigen de vuelta a mi hermano menor- ¿Qué hacen aquí?- se me cruza por la cabeza que rompiera la confianza de los señores Zivkovic para venir a visitarme...

- Me gustaría explicarte adentro, aquí hace frío y trato de cuidar mucho la salud de mi novia junto al de mi hijo.- su voz me saca de mi ensoñación. Detrás de ellos veo un par de valijas y un bolso de bebé.

- Disculpen, es que me sorprendieron.- les doy el paso y ayudo a Dragan a entra las valijas- Justo estaba...

- ¿Marko?- la voz de Hannah me interrumpe y volteamos a verla que sale de la cocina con su mirada en algún lugar de allí- ¿Quienes eran?- ahora sus ojos se dirigen a nosotros y sus ojos verdes se empañan al reconocer a mi hermano- ¡Por Dios, Dragan!- corre hacia él y el sonido de sus zapatos inunda el lugar- Dragan, ya eres todo un hombre...- lo abraza y llora en sus hombros. Solo puedo decir que es su favorito de mis hermanos... No puedo desviar mis ojos de ellos- ¿Quién es esta muchacha?- le pregunta una vez que lo suelta y observa la barriga de la mujer.

- Ella es Radojka, mi novia y madre de tu sobrino- Hannah ahoga un grito y abraza a ella también, que la sorprende- Radojka, ella es Hannah y él es mi hermano mayor Marko, pero creo que eso ya lo sabías.- observo encogiéndose de hombros y sonrío- Temo que escuché la palabra almuerzo y muero de hambre.- mis reímos mientras Hannah los lleva a la cocina y yo me encargo de acomodar las valijas y el bolso en ja habitación de planta baja.

No tengo nada que me impida utilizar escalera, lo peor ya pasó. Prefiero cuidar la salud de mi cuñada y de mi sobrino. Si la lesión llega a ser peor, tengo que pensar en la retirada. Si Dragan llegó hasta aquí con su novia embarazada, algo ocurrió entre nuestros padres y él. También me pregunto que pasará con su carrera en el rugby... Si, no soy el único que se aferró al deporte con tal de alejarse de las personas que nos dieron la vida. Solo que él no tuvo tanta suerte como yo al salir del pueblo, ya que el rugby no es el que llame la atención a todos los amantes del deporte. Se dedica a trabajar y gana poco en partidos ganados los fines de semanas, o eso hacía.



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En el texto hay: amigos, amor, deporte

Editado: 31.12.2018

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