Mi Destino, tu Corazón

Capítulo VEINTICINCO

Han pasado dos días desde que Britt ha rechazado el beso y no la he llamado desde ese entonces. El día después apenas le dirigí la palabra, no solo más que pedirle disculpas una y otra vez. Cuando la llevé al hotel apenas le hablé y ella solo se despidió una vez que estacioné en el lugar. Se dio cuenta enseguida que recordé lo ocurrido la noche anterior y que no me disculpaba por pasarme de copas. No es el mejor comienzo para que cambie de opinión del casamiento, pero que me pasé de copas y le declaré mis intenciones hacia ella no es algo que pueda ayudarme.

Hoy comienza el FINAL 4 y Tokaj abre la gran serie contra un equipo francés. No recuerdo si es en donde juega Lara, la hermana menor de Britt y su anterior equipo. Eso significa que tendré que enfrentarme a la incomodidad que implica tenerla frente a mí. Pero eso es el menor de los casos. Pienso invitarla a cenar a la noche y no quiero arruinarlo para nada.

Tengo la suerte de comenzar a entrenar a la par de mis compañeros, por lo que tengo que soportar el egocentrismo de Jürgen. Son momentos que debo soportar por cuatro horas al día. Con suerte deberé ganar mi puesto y dejarlo en el lugar donde debería estar... Si, también soy egocéntrico pero a diferencia de él es que mi tiempo de juego corre a contrarreloj mientras, por su lado, tiene muchos años antes de pensar en retirarse. Tal vez deba recapacitar en lo que me han pedido el entrenador y Britt, que sea hora de dejar el legado a alguien de confianza. Jürgen no es mi mejor opción pero el que está en las buenas y en las malas en el equipo. Siento que haré algo bueno con el niño mimado.

Llego al gimnasio y es el mismo Jürgen quien me recibe, con las miradas de los demás sobre nosotros. Debo admitir que se ha comportado algo raro desde la desgracia de no pasar al FINAL 4. No me queda otra que recibir su abrazo con unos fuertes golpes en mi espalda... La verdad es que no sé qué es el gran cambio hacia mi persona.

- ¿Qué cuentas de tu vida anciano?- y ahí es cuando termina todo tipo de cordialidad de su parte- Llegas tarde. ¿Ese bastón tuyo está dejando de funcionar?- suspiro y cierro los ojos, buscando algo de paz interior antes de comportarme como él.

- Solo deja que me recupere y pasarás más tiempo en el banco de relevo, así no te parecerá tan gracioso mi bastón...- los abro y le sonrío golpeando su hombro derecho- Pero el entrenador nos observa mal porque perdemos tiempo.

Me encamino hacia el mismo y me sorprende con el gran recibimiento. Perco corre al verme entrar a la cancha de entrenamiento... Tiene demasiada confianza para mi gusto, no le reprocho porque no me cae mal y es la versión no machista de Lex... Al menos es lo que veo. Vuelve hacia donde estaba y los que entrenaban con él lo miran mal, lo ignora tomando un balón y sigue con su entrenamiento. 

- ¿Has pensado lo que te dicho?- me pregunta el entrenador cuando todos vuelven a lo suyo y lo observo con el ceño fruncido... ¿Tan interesado es el que me retire?- Jürgen está interesado en que le dejes tu legado. Ya sabes, el equipo no funciona si no estás en la cancha...

- Por su parte no creo que tenga esas intenciones, pero no es el único que intenta convencerme de enseñarle mantener el medio campo controlado.- suspiro la recordar la pregunta de Britt, en donde todo ese enojo post partido se hizo presente hasta perder el control bebiendo vino- Le aseguro que no es el único que pretenda que le enseñe mi técnica. Solo espero que se esmere si en verdad quiere hacerlo. - ahora es él quien me observa con el ceño fruncido y me alejo hacia el preparador físico.


Después de dos horas y sin una gota de aire en mis pulmones, me lanzo de rodillas al suelo. Solo pasaron un par de meses y si que he perdido el ritmo. Lo bueno de todo esto es que no siento la molestia en el tobillo y para mi eso es algo más que bueno. Justo en este momento necesito un...

- ¿Qué pasa anciano? ¿Necesitas tu bastón?- levanto la vista al reconocer la voz y antes de observarlo a él, veo que tiene un palo de hockey... ¿De dónde lo sacó?- Siempre pienso en tu salud anciano, pero será mejor que te pongas de pie.

- Gracias joven, en este mundo debería existir más muchachos que ayuden a los mayores como tú lo haces.- hago una especie de imitación a la voz de mi abuelo. De niño solía imitarlo- Vaya a jugar con sus amigotes mientras este viejo descansa antes de jugar.- escucho risas, y es que no tenía noción de que todos estaban escuchando nuestra conversación.

Acomodo mi trasero en una banca cercano a mí. Cierro los ojos y respiro profundamente un par de veces hasta que siento mis pulmones llenarse de aire suficiente. Me pongo de pie y tomo el balón que se estaba elevando directo a mi rostro y lo lanzo al arco donde está Perco. Para mi mala suerte, el mismo golpea en su estómago. Muerdo mis labios para no reírme, solo que recibo el mismo balón en mi cabeza que me deja unos segundos aturdido... Me lo merecía. Una vez que estoy en sí, empiezo con los lanzamientos al arco sin golpear a Tomaž o me dejará inconsciente.

- ¿Tienes la tarde libre?- le pregunto a Tomaž. Terminamos con el entrenamiento y terminé esperándolo como veinte minutos en la reunión del equipo- Quiero ir al estadio a ver el partido de hoy y quiero darles la tarde libre a mi hermano y su novia...



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En el texto hay: amigos, amor, deporte

Editado: 31.12.2018

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