Mi Destino, tu Corazón

Capítulo TREINTA Y UNO

- ¿No tienes novedades de como pudo filtrarse la noticia?- me pregunta Tomaž y observo a mis compañeros y todos están concentrados- Me preocupa mucho Yvonne... Es una mujer muy frágil y ahora sé el motivo del porque es así.- suspiro con la mirada en el balón y lo tomo con una mano cuando me lo lanza.

- Tengo a un amigo que se está encargando de buscar esa información.- suspiro y lanzo el balón a él- Es increíble como puede cambiar tu vida de un día a otro... Lo mantienes en secreto para que no te vean con lástima y viene alguien ajeno para arruinar su carrera, porque el que hizo esto fue por una razón en particular.

Dejamos de hablar al ver muy cerca de nosotros a Jürgen y con esa postura de engreído viene a mi lado. Trato de ignorarlo como también lo hace Perco, pero es tan irritante ser el centro de su atención. Le digo a mi amigo que vaya a entrenar con los otros arqueros, para luego girarme hacia el hombre que ocupa mi puesto en la cancha y me sorprende que esté nervioso. Es algo difícil de creer que se comporte de esa manera cuando no deja de llamarme con distintos sobrenombres. Toma el balón de mis manos, ubicándose en el lugar donde estaba Tomaž y empezamos a hacer el mismo ejercicio que hacía en su presencia.

- ¿Qué pasa anciano?- y es cuando termino de examinarlo para mirarlo con mi peor cara- Me enteré lo de tus amigas... Difícil de ingerir que monstruos como ellas sean huérfanas.- no puedo estar más de acuerdo, y su tono de voz no es sarcástico.

- ¿De dónde sacas de que Storstrand y Montanes son mis amigas?- lanza el balón, chocando en mi estómago y sonríe.

- No pude ignorar el día que llegaste con ellas junto a tu hermano y su novia.- se encoge de hombros y lo tomo desprevenido lanzándole le balón a la cabeza - ¿Sabes abuelo? En estos días hemos hablado con el entrenador, y necesito que seas ese Miyagui del campo de juego...

No sé si creer o no en sus palabras, pero observo de reojo al entrenador que lo está viendo. Esto es difícil de procesar, una clara señal de que el tiempo pasa y nada será eterno... Una de las pruebas es ésta, él que es la gran apuesta del equipo para el futuro y yo solo un simple tipo caprichoso que no piensa que exigir mi cuerpo, no es para siempre. Tal vez, si obtengo lo que quiero de Britt, abandono definitivamente y me concentraré en mi propio futuro. Asiento en respuesta a su pregunta. Odio que otro compañero de equipo conozca mi verdadero yo, con Tomaž ya es más que suficiente. Corre hacia mí a abrazarme y le respondo con un par de golpes en su omóplato.

No es nada fácil entrenar al lado de un tipo terco cuando se trata de tomar el balón y salir a defender. Es jugador de ataque y tiene mucho por aprender. Arrebatar el balón en juego sin hacer faltas es algo que no se aprende rápido, y eso es lo que Jürgen no quiere entender. A mí me llevó años acostumbrarme a ciertas técnicas y, lo principal de este entrenamiento, no perder de vista el balón. La paciencia que me queda en dos horas de entretenimiento intensivo y estar al tanto de la defensa de Jürgen, que no hace más que sacarme esa frustración de mis poros. Trato de que entre en razón que tiene que hacer lo que digo y no lo que quiere, esto va a ser duro. Admito que en el juego entre nosotros, pude jugar con normalidad y para sorpresa de todos, cuando me den el alta médico empezaré a entrenar con normalidad.

Llego a casa, y como siempre no hay nadie. Dejo el bolso en mi habitación y preparo el almuerzo. No voy a quemarme las pestañas en preparar algo ostentoso solo para ahora. Mientras me alimento, observo mis redes sociales que lo dejé muy olvidado desde el comienzo de la lesión. No soy el único, Britt lleva menos tiempo pero sigue estando inactiva. Yvonne es todo lo contrario, muchas capturas de sus entrenamientos y otras junto a su amiga. A medida que paso las fotos antiguas, hay uno que me llama la atención... Una niña de cabello claro con una bebé en brazos acompañadas por otras dos niñas extremadamente iguales. Sin dudas son las gemelas Storstrand y las hermanas Montanes. Es increíble que los años no las cambiaran, solo han crecido y madurado. Y es cuando todas mis dudas encajan en su lugar, es esta imagen que demuestra que la amistad entre ellas sigue intacta como en esa infancia.

Para empezar a soportar la presencia de Jürgen en el entrenamiento, primero debería comenzar a convivir fuera de las prácticas y que mejor que me acompañe a ver el juego de Tokaj junto a Tomaž. Solo espero que mi querido portero estrella no suelte su lengua más de lo debido o estaremos en la cuerda floja si el niño este llega a esparcir la noticia. Aún sigo esperando alguna novedad de Vikentije sobre donde salió esa noticia de que Yvonne y Britt son huérfanas, pero sé que él logrará obtenerlo. El chico es bastante inteligente y no se sorprendió cuando lo invité a que nos acompañara a presenciar el juego, pero el que sí lo hizo fue mi querido amigo. Como siempre, Radovan pasará la tarde conmigo... Este niño va a ser jugador de handball como su tío.

Y aquí nos encontramos, esperando al joven del grupo mientras juego con Radovan. Pero lo que me llama la atención es que una cabellera rubia y otra castaño oscuro salieran por la puerta auxiliar. No es difícil saber que son ellas y mi corazón salta de felicidad cuando esos ojos celestes tan cautivadora se encuentran con los míos.



#4915 en Novela romántica
#1349 en Chick lit

En el texto hay: amigos, amor, deporte

Editado: 31.12.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.