Observo como mis compañeros se concentran en lo que dice el entrenador y en sus estrategias para evadir la defensa. La tensión es evidente en cada uno de ellos, el último juego del torneo local de esta temporada y estamos en la obligación de defender el título. Para muchos es la primera vez que ganarían un título, los nervios es entendible para ellos pero los que estamos acostumbrados a convivir con la presión, sigue siendo igual aún cuando ya pasamos muchas veces por esto. La reunión con los que estamos a cargo de la defensa es aparte de los demás porque todo depende de nosotros el retroceso de la defensa y de que el contrincante no sean más rápido.
- ¡Este es nuestro juego y somos los que mandamos aquí!- nos alienta el entrenador mientras nos acercamos para unir nuestras manos en forma de aliento- Ni ellos ni nadie nos van a destronar, ¡No pueden porque somos los mejores!- repetimos esto último y salimos del vestuario.
Me sorprendió que en la platilla oficial apareciera entre los siete jugadores titulares, lo que me pareció muy extraño y se lo pregunté a Jan porque es quien tendría que estar en mi lugar. Lo único que me dijo fue que no querían arriesgar el campeonato con él cuando pasé los últimos días entrenando para llegar bien al juego. Y la verdad es que no lo creo así. Es que se preparan para despedirme de los aficionados o en verdad quieren que termine con la lesión peor de lo que ya está. Le resto importancia, ya que es el última vez que juego aquí y quisiera despedirme de todos ellos antes del viaje a Zagreb.
El capitán corre a la cancha una vez que lo nombran, seguido del segundo. Yo tendría que ser el que le sigue, pero quieren que sea sorpresa. Muchos habrán notado la presencia de Dragan en nuestros asientos habituales, solo que ya no son ellos tres... La lista larga de mis hermanas, cuñados, sobrinos junto a Yvonne y Britt se les han sumado. Tener a todos mis hermanos viendo mi gran juego es algo que no pasaba desde antes que escapara de Bečej. Ahora que la familia se ha incrementado considerablemente, ya no estoy en la triste soledad que me acompañó durante la ausencia de Hannah. Observo como desaparecen cada uno de mis compañeros, golpeándome la espalda mientras me escondo de los reflectores que enfocan la entrada.
- ¡Ha vuelto al ruedo señores!- la voz del animador me quita de mis pensamientos y suspiro- Para todos ustedes que los estaban esperando, ¡Marko Živković!- los gritos y aplausos no se hacen esperar, corriendo hacia mis compañeros y saludando en todas las direcciones con una sonrisa- ¡Bienvenido Marko! esperábamos tu regreso...- me ubico al lado de Jan y palmeo su hombro en apoyo.
Mis ojos se dirigen a los asientos donde he estado viendo los anteriores juegos, encontrándome con todos mis familiares y a Sabina con un pañuelo descartable abrazada a su esposo. Sé todo eso de la sensibilidad durante el tiempo de embarazo por Hannah, pero Jelena y Karolina es un caso aparte. Sonrío verlas allí, en ese lugar donde siempre imaginé tenerlas alentándome en todas mis presentaciones. Observo la gran pantalla que está por encima de la cancha y me tenso al ver quien es la persona que enfocan. Britt se ruboriza al darse cuenta que es el centro de atención de todos los simpatizantes y saluda con su mano cuando la nombran, al igual que Yvonne que sonríe como si fuese una niña.
- ¡Este es el día amigos! ¡El juego es nuestro!- escucho por encima de los gritos eufóricos de los simpatizantes y el balón está en mis manos, buscando a alguien que esté libre de marca- ¡Pasa el balón Marko! ¡Pásalo!- me gritan una y otra vez.
Paso el balón al que está a mi lado izquierdo y que se haga cargo, por algún motivo el equipo no funciona en ataque. Con el capitán nos miramos de reojo frustrados de que no salga las tácticas que el entrenador nos especificó en el vestuario. Corro para defender al ver como pierden el balón y tomo carrera para dar el salto en un pase en alto, solo para que no llegue ni siquiera a tocarlo y recibir otro gol. Las manos de apoyan en mis rodillas con la respiración agitada, miro el marcador que está 10-6 en contra. El capitán me golpea la espalda felicitándome por el intento de cortar con el contraataque. El entrenador pide tiempo técnico y camino hacia el campo de relevo. Mis ojos se dirigen a Britt que me observa preocupada, para luego hacer lo mismo con Sabina... No quiero que haya sobresaltos de que mi sobrina nos sorprenda al querer salir.
Quedan treinta segundos para finalizar la primera mitad del juego y no llegamos acortar distancia, pero empezamos a jugar de igual a igual. El juego ha mejorado en los últimos diez minutos, con las tácticas que salen como en nuestras mejores épocas y el problema de las pérdidas de balones en el ataque, sin poder hacer nada por la molestia en las secuelas de la lesión. Pediré que Jan salga en esta segunda parte... Una mente joven puede hacer mejor el trabajo que un veterano sin encontrar la solución.
- Habrás visto los problemas que hay a la hora de atacar...- me acomodo al lado de Jan cruzado de brazos y me observa asintiendo con la cabeza- La mente joven puede solucionar todo esto para volver a la paridad. Solo quiero ser un buen observador y encontrar los puntos débiles desde afuera.
- El problema es que aún no caen en la cuenta de que te vas del equipo y están shockeados.- lo miro frunciendo en ceño, y es que tampoco di la orden de mencionarlo- Eres una parte de ellos y que no les mencionara que este es el último juego con todos los simpatizantes, es algo que puede tomar por sorpresa a cualquiera.