Capítulo CUARENTA Y SEIS

No fui el único en ser centro de ataque de una mujer, Tomaž le pasó exactamente lo mismo y cuando mis compañeros supieron de quien se trataba, fue el centro de bromas. A diferencia de mí, él supo ocultar muy bien la amistad con Yvonne... Aunque no me importa en lo más mínimo mostrar el interés en Britt. El anuncio de que sería mi último partido en esta cancha ha dejado a más de un simpatizante consternado, hasta puedo decir que el estadio quedó en silencio. Es la misma expresión que tenían mis compañeros en el entretiempo, algo de sorpresa y desilusión a la vez. Fue el momento más duro que he vivido en mi carrera, es por eso que no me gusta anunciar el cambio de equipo antes del final de temporada. Me dejaron levantar el trofeo con el capitán y lo demás es historia.

En unas horas se hará la cena de celebración por el nuevo campeonato. Por mi parte tuve que reservar una mesa grande para que mi familia se mantengan unidas y no sufrir algún percance con Sabina. Trato de tener el bolso con todo lo necesario si mi sobrina quiera salir antes de tiempo y preparar a Bojan para que sea lo más inmune a que mi hermana rompa fuentes. Britt salió a comprar un vestido para la cena con Yvonne, por lo que pasé la tarde con mis tres sobrinos y Radovan en mis brazos en el patio. Tendría que comprar unos juegos para no se encierren en los videojuegos y pierdan la infancia al aire libre. Una vez que termine el campeonato regional viajaré con mis cuñados, los que quieran vivir en Hungría. Para ese entonces Sabina tendrá a su bebé en brazos y sin la tensión del estar pendiente de ella.

- ¡Marko, deja a los niños!- escucho la voz de Karolina y observo en la puerta de entrada que nos mira con una sonrisa- Britt llegó y no queda mucho tiempo para encaminarnos al restaurante que reservaron.

- ¡Una carrera hasta la casa!- los niños corren delante de mí mientras trato de no perder el equilibrio y no perder a Radovan- Bien niños, ahora a bañarse que en un rato salimos.- mi mano libre toma mi cabello al ver como corren hacia la escalera y llegan sanos al primer piso.

- Te preocupas demasiado por tus sobrinos, son inmunes a los golpes igual que tú.- dice Karolina tomando a Radovan y lo acomoda en su silla- ¿Te acuerdas esos fuertes golpes en tus entrenamientos?- asiento imaginando los dolores que aquejaba por las noches- Ellos parecen llevarlo en la sangre.

- Eso se lo llama orgullo, aunque Dragan sí lo parece... El rugby es mucho peor que el handball.- me encojo de hombros y acelero mis pasos hacia la planta alta.

Abro la puerta de mi habitación y me encuentro con su espalda desnuda, con el corazón latiendo acelerado y mi erección se hace notar en mis pantalones... Menos mal que no se ha girado y está en arduo trabajo de buscar el carro del cierre.

- ¿Me podrías ayudar Mark?- me pregunta y las manos me tiemblan- No es fácil salir de compras a última hora con Yvonne y termine comprando lo que ella le guste.- en dos pasos estoy detrás y mis manos se aferran al carrito y a la tela azul marino, rozando mis dedos en su piel y se eriza.

Una vez que el vestido se ajusta a su cuerpo. Mis brazos la rodean y su cabeza descansa en mi hombro. El silencio se ve interrumpido por los gritos de mis sobrinos descendiendo a la planta baja. Si llegara a sentir la erección que tengo encima por su culpa...

- Iré a darme un baño y en menos de lo que canta un gallo estaré listo.- beso la curva de su cuello y sus labios y entro al baño.

Cierro los ojos tratando de no pensar en ella y su espalda al descubierto, es difícil no apreciar la escultura de cuerpo que tiene... Y difícil ignorar el efecto que tiene en mí, pero lo que no le tomo demasiada importancia ya que ella es de esas personas que se hacen ver serías pero tiene un corazón enorme. Decido por el baño de agua fría y pueda salir inmune lo que llegué a ver ese vestido.

¡Mierda! Cuando uno necesita a su mejor amiga para hacer el nudo de la corbata, no está. Con el smoking negro, mocasines del mismo color y camisa blanca es lo que tengo puesto. Estos últimos quince minutos no he hecho más que decidir si pedir ayuda a mis hermanas o...

- Llevamos tiempo esperándote.- me sobresalto al oír la voz de Britt y me giro para quedar de boca abierta ante lo hermosa que se ve con ese vestido que resalta sus ojos celestes. Su mirada está en mi dorso desnudo.- ¿Algún problema con la corbata?- me mira a los ojos con una sonrisa que no le había visto antes.

- Hannah nunca me ha enseñado como hacer el nudo de la corbata, parece fácil a simple vista pero no es mi fuerte.- me encojo de hombros.

Bajo la mirada cuando esta frente a mí y me tenso al sentir sus dedos acariciar mi pecho, enredándose entre los vellos. Cierro los ojos y apoyo mi frente en la suya mientras se hace cargo de acomodar los botones en el hojal correspondiente. Me explica detenidamente como se hace el nudo hasta acomodar las solapas de la camisa. Lo último que siento de ella antes de abrir los ojos es el contacto de sus labios en los míos... ¿En qué momento perdió esa seriedad que me mostraba aún cuando estábamos a solas? No me quejo, deseo tener más momentos como este y que sea así todos los días.

- Creo que esta velada te regalará un gran dolor de cabeza.- observo a Dragan que señala a unos hombres que no se molestan en sus disimulos de contemplar a Britt que está a mi lado- Si, sin dudas tienes a la mujer de la noche.