Mi Destino, tu Corazón

Capítulo CINCUENTA Y DOS

El día de la presentación en Miskolc ha llegado. Apenas he pegado un ojo en toda la noche por los nervios de como me puede ir en estos dos años por delante, si me puede ir bien o mal. Lo bueno que puedo sacar de esto es que la mayoría de ellos jugarán de manera profesional por primera vez, y espero encontrar la identidad del equipo con el paso del tiempo. Aún no he conocido a los integrantes ni al cuerpo técnico, pero tengo el presentimiento de que me retiraré dejándoles la mejor enseñanza de un jugador: no importa como termine el juego, solo debes dar lo mejor de tí y triunfarás en medio de la consistencia.

Todavía sigo pensando en las vueltas de la vida, el destino decidió poner a Britt de nuevo en mi vida y agradezco mucho por esto. ¿Quién diría que es esa misma niña del que hacía golpear mi cabeza a la pared? Y es cuando le doy la razón a Jürgen, terminé siendo un pedófilo. Solo que en esta ocasión no me arrepiento de tenerla en mi vida. Incluso ahora, concentrada en hacer el nudo de la corbata y yo observándola como un estúpido, pero un estúpido enamorado.

- No sé porqué me observas, me pones nerviosa Mark.- dice aún con su mirada en la corbata color salmón, haciendo honor al club- Hasta me parece raro verte con este tipo de color.

- Siempre hago honores a los colores que defenderé, una costumbre que aprendí del mejor.- Branimir Urošević fue uno de los mejores que ha representado serbia, en basquet para ser más preciso y también fue mejor conocido por vestir con los colores que defendería- Al principio, Hannah se burlaba de eso. Más si el último equipo que defendí es amarillo y azul, quedaría como un loco tener smoking amarillo y corbata azul. Por ese motivo decidí vestirme con los colores a la inversa.

- Si, recuerdo haberlo escuchado de Yvonne y su loca admiración que tiene hacia tí.- frunzo el ceño, mordiendo mis labios ante la expresión sombría de su rostro- Parece una adolescente, no va a madurar más.- me río mientras acomoda la corbata como corresponde y une sus labios a los míos- Espero que Tomaž haga algún cambio, porque ya me imagino llegando a los treinta comportándose como una niña.

- Pide lo que quieras, pero cuando menos lo creas la extrañarás como ahora pides que madure.- suspiro y acaricio sus brazos desnudos- En un par de amigos existe el maduro y el inmaduro, tú eres el lado maduro... De Yvonne no hace falta mencionar.- su mirada se pierde en alguna parte detrás de mí y parpadea un par de veces, una clara señal que contiene las lágrimas.

- Nuestros niños crecen...- creí en esa angustia, soy un estúpido. La rodeo con mis brazos mientras ella se ríe a costilla mía- No puedes decirme que aún estés en shock.- ahora su rostro muestra preocupación al ver que no le sigo.

- ¿Me dices que no debería preocuparme por ser tan estúpido por dejarme llevar por mi calentura? Sabes que doy un verdadero caballero y no es mi estilo el de no fijarme en tí primero.- aspiro el olor a coco que desprende de su cabello.

- Solo déjalo pasar, la primera vez es tan desagradable como muchas dicen.- nunca me he puesto a pensar en ello- No pienses más en eso, la próxima será más agradable.- sus manos desabotonan la parte media de la camisa y el contacto de sus labios en mi pecho me quita el aliento.
 

Tomaž se entretiene observándome que camino de un lado a otro, estoy a punto de ser el manojo de nervios viviente. Él y Gustavo Goncalvez, un pívot español con gran trayectoria del que tuve la suerte de compartir equipo cuando era más joven, se ven demasiado tranquilos. Este es el quinto club que juego, pero es como si fuese la primera vez. Es sin dudas el comienzo del final y me tiene así, otro motivo es el de sentirme satisfecho porque estaré como en mis primeros años de carrera... Miskolc es un club dando los primeros pasos al profesionalismo y podré representarlo como mejor pueda hacerlo. No más viaje caótica mente largos, solo participar en un par de torneos para que los demás jugadores se adapten a la idea de que en un futuro no muy lejano jugarán en las grandes ligas. Todo eso lleva su tiempo y con el trabajo duro, todo puede dar frutos.

El dueño del equipo aparece en mi campo de visión junto a unos cuantos hombres con la casaca color salmón puesta y muchos de ellos se ríen al ver lo que llevo vestido. Se acercan a saludarnos y otros con celular en mano diciendo algo que no llegó a entender.

- Lindo color.- dice uno de ellos observándome de pie a cabeza- Creí que ésta era la excepción, pero no fallas.- ahora soy yo quien controlo mi vestuario.

- Espero que eso hable bien de mí.- llevo una mano a él y me lo estrecha- Marko Živković.

- Bertalan Orsós... Y por cierto, algunos quieren robarte a Montanes.- señala a sus compañeros.  Mi mandíbula se tensa y soy el centro de atención de ellos- Tampoco te salvas Perco, Storstrand también es de nuestras favoritas.- le dice a Tomaž que se reía con los demás y pone mala cara.

Nos guían hacia a lo que sería la sala de conferencia, encontrándome con muchos periodista y algunos de ellos ya conocidos. La presentación da comienzo y los jugadores posan con las casacas delante del gran escritorio, y los flashes iluminan más que el ambiental. Nosotros habíamos quedado resguardados en un rincón no muy lejos de la sala, apenas llego a escuchar que me nombran, al igual que Tomaž y Gustavo. Hacemos nuestra entrada y esos malditos flashes ya me tienen irritado. El único que habla es Goncalvez en representación de nosotros. Debo admitir que se maneja bien con el idioma, ni yo me adaptaría. Llevé ocho años viviendo en Eslovenia y apenas pude aprender a decir holagracias y hasta mañana... Si no aprendí antes, menos lo voy hacer ahora. Solo sonrío para dar una buena imagen para los medios y los aficionados, que deben estar al tanto de la presentación oficial.



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En el texto hay: amigos, amor, deporte

Editado: 31.12.2018

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