Cuarto mes y todavía no dejo de devolver el almuerzo o la cena. Por ser primeriza me tiene un poquito cansada no poder alimentarme bien, y ayer se lo mencioné a la obstetra. La verdad es que gracias a eso tengo que cumplir con una dieta bastante rigurosa, maldiciéndome por decírselo. Lo peor es que Marko me lo hace cumplir al pie de la letra, y solo quiero darle los gustos a mi pequeño.
- ¡Cariño ya llegué!- me sobresalto al oír la voz de Marko y mis manos se aferran al vientre por instinto. Lo observo asomarse a la cocina y frunce el ceño- Lo siento, creí que habías escuchado la puerta.
- Si me quieres viva, mejor no hagas asustarme más de esa manera.- suelto un largo suspiro y lo miro mal- ¿Qué tal el día?- se acerca a mí y unimos nuestros labios.
- Interminable. Odio este trabajo, pero pienso en ustedes y se que lo hago para ser alguien en este mundo.- acaricio su mejilla mientras él se encoge de hombros.
- Creo haberte dicho que no era necesario que llegues a esto, con lo que ahorramos viviremos por un buen tiempo.- pega su frente a la mía y siento el contacto de su nariz- Pero también sé que no quieres pasar todo el tiempo aquí, y te comprendo. Ninguno de los dos estamos acostumbrados a vivir en un solo lugar las veinticuatro horas del día...
- Eso va a cambiar por hoy.- alejo mi rostro del suyo y lo observo pendiente a lo que diga- Saldremos a cenar en un bonito restaurante, sin que nadie nos interrumpa.
- Solo uno puede hacerlo, pero en estos días ha estado tranquilo.- sus manos acarician mi vientre y besa mi frente.
- La doctora nos dijo que a partir de ahora los malestares serán menos frecuentes, al menos nos regalará una velada tranquila y románticas.- le sonrío y me pongo de pie.
- Veladas al estilo Marko Živković.- se ríe uniendo de nuevo nuestros labios y nos dirigimos a la habitación.
Con ayuda de algunas de mis amistades que quedaron del equipo pude comprar vestidos elegantes en caso de que mi barriga sea notoria al paso de los meses y las dependientas más que gustosa por dar una mano. Son vestimentas que usaré por un corto lapso de tiempo, pero Marko no deja de ser amoroso y que demuestra ser el hombre perfecto para una mujer como yo.
- Dime que te gusta...- no dejo de sonreír al observar el interior del restaurante, no es lujoso pero tiene algo que me llama la atención- Es hermoso, ¿No?- me giro y levanto el rostro para encontrarme con esos ojos marrones que tanto me encantan.
- No dejas de sorprenderme cariño.- con nuestras manos entrelazadas, él acaricia mis nudillos con su dedo pulgar- Te amo.- une sus labios a los míos y seguimos caminando hacia la mesa reservada.
Pasamos el resto de la velada hablando de nuestro día y de lo que hay que comprar para acondicionar la habitación a nuestro niño. Mañana nos haremos cargo de pintar las paredes, y según el tiempo que nos lleve, iremos por lo demás. Yvonne está demasiado pendiente de mí y yo no la soporto. Lo bueno es que entrena doble turno y con suerte será quien se encargue de equipar la habitación... En esos tipos de casos, es quien me salva de entrar en una gran crisis.
Observo a Marko con su celular a mano y se muy entretenido entre lo que observa en el aparato y el balde de pintura que está a sus pies. Su idea fue buscar algún tutorial en Youtube para saber como se prepara la misma. Yo estoy cruzada de brazos, esperando a decirle que solo necesitamos cubrir el suelo para no manchar y unas brochas, pero según sus palabras, soy el que lleva los pantalones en esta casa. Pero él no sabe que hice esto por años, cuando ayudaba a Anders a mantener la casa en condiciones.
- Cariño, solo tenemos que cubrir el suelo y usar vestimentas que no sirvan.- levanta la vista para observarme- Crecí en un orfanato y siempre ayudé a Anders a pintar las paredes, no es difícil.
- Pero no quiero que hagas nada en estas condiciones.- niega con la cabeza y pasa a mi lado- Quiero cuidar de tí y de nuestro pequeño, no arriesgaré a que inhales el olor a la pintura y tengamos que salir a la clínica.
- ¿Lo harás tú solo?- asiente y lo veo dirigirse a nuestra habitación- No lo terminarás en un día, ni hablar que tenemos que reunirnos con Yvonne.
- No te preocupes, si no es difícil hacer este trabajo.- me encojo de hombros y lo observo buscar algo en el placard- Hice esto muchas veces para ayudar a Anders y no me molesta ayudarte en pintar... Será divertido.- le repito mientras muevo las cejas y él sonríe.
- No puedo contradecirte, pero eres la que sabes de esto.- uno de los tantos conjuntos de entrenamiento gastados es lo que lleva en mano y se dirige al baño.
Con la suerte de otra remera antigua de Marko que aun me queda grande a pesar de la barriga, me coloco junto con un pantalón gastado y zapatillas deportivas es lo que tengo puesto. Llego a la habitación de nuestro bebé y el suelo está envuelto con hojas de diario. Me tiende el rodillo y une nuestros labios para sí quedarnos de acuerdo en donde pintaremos. La idea es hacerlo por separado, juntos será demasiado difícil y nos distraeremos fácilmente.
MES 5️⃣ ⏩