Mi destino, tu corazón (extras)

Mes 6

Después del susto, la calma rodea a mi alrededor. Al menos es lo que me imagino, porque tengo a Lex que no me deja sola en ningún momento. Hannah todavía sigue siendo representante de Marko y tiene contratos que finalizan en esta semana, como el de modelo publicitario en una tienda de electrónicas en Budapest. Mientras ellos están con su trabajo, paso el tiempo con el pequeño que no suelta mi mano al recorrer la ciudad. En este momento estamos recorriendo el centro y muchos irrumpen el paseo para una foto y para preguntar por el embarazo. Lo bueno es que nadie se lo tomó a mal abandonar el club por esto, por lo general siempre hay algo malo que decir y no dejan de criticar.

Siento que la manito de Lex tira mis dedos y bajo la mirada hacia él y señala el bolso que llevo al hombro. Hannah me hizo saber que a su manera me pide lo que quiere, y creo que ya es hora de su alimento de media mañana. Abandono a las personas con el pretexto de que mi sobrino necesita alimentarse y me dan el paso. Llegamos a una plaza y dejo el bolso en el primer banco vacío. Ni bien me acomodo, Lex ya está extendiendo  su brazo y tomo en mis piernas.

- ¿Quieres la leche que hizo mamá?- señalo la mamadera que utiliza y asiente aplaudiendo- ¿Me prometes que beberás todo?- extiende sus brazos.

- Leche...- sonrío al ver como se entretiene con la mamadera.

Observo todo a mi alrededor. Niños jugado, madres regañados a sus hijos, algunos adolescentes empedernido con la persona que tiene delante o simplemente besándose... Cada uno de ellos entretenido en lo suyo, perdidos en su propio mundo. Los golpes en mis manos por parte de Lex me quita de mis pensamientos y bajo la mirada a él, tendiéndome la mamadera y lo guardo en el bolso. Me pongo de pie y decido tenerlo en mis brazos para que no se canse tan rápido. Después de un buen rato en la calesita, volvemos al vehículo para emprender camino a casa antes de que Hannah se asuste al no encontrarnos.

Con la mirada en el camino, hay un vehículo que me llama la atención y es más que conocido. Es el deportivo azul de Marko que hace juego de luces y sonrío como una estúpida al reconocer su rostro con su barba. No tardamos mucho llegar a nuestro hogar y desciendo del vehículo para quitarle el seguro a la silla y tomo a Lex junto al bolso.

- ¡Mi niño!- cierro los ojos y ahogo un grito al escuchar la voz de Hannah a mi lado- ¿Extrañaste a mami? Porque mami sí lo hizo... Y mucho.-  trato de no poner los ojos en blanco, sé que en algún momento de mi vida voy a estar en su lugar.

- Creo que no sería mala idea adquirir otro vehículo mas familiar.- levanto la vista para encontrarme con los marrones de Marko y me roba un beso- Y otro asiento para bebé, tendremos guardaespaldas para nuestra pequeña.- rodea su brazo en mis hombros y nos dirigimos hacia la casa.

- Eso significa que estás dando por hecho lo que dijo la obstetra.- entrecierro los ojos y no reír en el intento- Serás un padre magnífico...

- No doy nada por hecho y más difícil será alejar a Lex.- asiento mientras dejo el bolso en el sofá y el niño ya lo tengo aferrado a mis piernas- Muy difícil...

Observo que Marko lleva unos días nervioso, algo distraído. Hannah volvió a Frankfurt hace tres días y rompí en llantos al ver como Lex no se separaba de mí, o mas bien, del vientre. Pero no creo que sea por la ausencia de ellos, sé que hay algo que me oculta.

- ¿Me puedes decir cual es tu problema?- le pregunto ya cansada de su indiferencia. Su vista se desvía de la televisión hacia mí que estoy cruzada de brazos detrás de sofá individual- Eres peor que yo con los cambios de humor... ¡No sé lo que te ocurre y eso es exasperante! ¿Sabes lo que es querer saber lo que te ocurre y me ignoras?

- No ocurre nada...

- ¿No ocurre nada?- le interrumpo y siento como late las venas de mi cuello del enojo- Tienes el almuerzo en el microondas, voy de visita al club.- tomo las llaves de mi vehículo y de la casa.

- No quería llegar a esto cariño, pero el diario deportivo quiere entrevistarnos y una tienda de inmuebles quiere que seamos sus nuevas caras...- dice cuando me dirigía a la puerta y giro para observarlo que tiene sus ojos en mí- Sé que habíamos hablado de esto y que tú no querías saber nada de esto, pero me insistieron tanto que les prometí que iba a convencerte.- de la nada se muestra nervioso y frunzo el ceño... ¿Era eso que lo tenía así?

- ¡No puedo creer que estés así por esto!- me acerco hasta él y me acomodo en sus piernas- Lo de la tienda de muebles no es problema, y lo de la entrevista deben convencerme ellos.- rodeo mis brazos en su cuello mientras sus manos acarician mi vientre- Si era eso lo que te tenía preocupado, ahora iré a visitar a las chicas.- uno mis labios a los suyos.

 No se quedó conforme con eso, me hace retorcer en sus brazos al sentir como me enciende y mis manos se enredan entre su sweater y la remera. Desaparece de mi vista a la vez que mis dedos pican con ansias de viajar a su entrepierna, tampoco me dejo privar de eso. Escucho un gruñido de su parte ante el contacto de la palma de mi mano con la tela.

- Te amo Britt, y nunca me cansaré de demostrarte que es lo que siento.- rodea mis piernas en su cintura con cuidado y no dudo que me lleva a la habitación. 

No, no pude salir de casa. Marko tuvo toda la delicadeza de hacerme suya, como en cada ocasión que aprovecha al máximo. Y yo lo disfruto como si fuese la primera vez, es una sensación increíble y placentera, que nunca se sasio de ello. Más ahora que no llevamos el ritmo de antes... Hay una vida en mi vientre y su padre con el miedo de hacer algo malo.

Una persona es realmente feliz cuando está con la persona correcta, y yo soy la mujer más feliz al lado de Mark.

MES 7️⃣ ⏩

 



#43225 en Novela romántica
#6950 en Chick lit

En el texto hay: amor, admiracion, handball

Editado: 29.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.