No puedo evitar sentir cierta nostalgia echar de menos el departamento. Es común aferrarme a un lugar cuando siento que es realmente un hogar. Si saco conclusiones, primero es que Yvonne está conmigo, segundo que es en Cerkno y tercero Marko vive en dicha ciudad. Creo que encuentro más pro que contra, ya que tengo a quien recurrir en casos de emergencia o alejarme de la ebullición de efusividad. Yvonne se la nota mucho más emocionada. Que el menor de los Živković y su novia la eligieran como la madrina del pequeño Radovan, está muy entusiasma en tomar al niño como de su propia familia. Es tanta la alegría que lleva que no deja de parlotear con nuestras compañeras, ni mucho menos comunicarse con Marianne.
- ¡Storstrand! ¡Montanes! ¡No tengo todo el día para esperarlas!- Dana nos grita desde el pasillo. Tenemos la suerte de compartir edificio y viajamos juntas a los entrenamientos- ¡Perderemos el autobús!- estaba tan perdida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que mi amiga está cruzada de brazos.
- Creo que deberías estar acostumbrada a estos tipos de viajes.- me observa con el ceño fruncido y suspira- Vamos, Dana es capaz de dejarnos aquí.- nos reímos con nuestras valijas a mano y salimos de nuestro departamento.
Una mujer de cabello rubio oscuro de gran estatura es quien nos recibe con cara de pocos amigos. Viste con un pantalón jeans gris, campera de cuero marrón y un par de botas de tacón alto. Me pregunto con que necesidad puede ponerse tacos, ya bastante pequeña me siento al lado de ella. A su lado tiene la valija, la misma que llevamos nosotras. En dos pasos está frente a mí y se pone a mi altura para abrazarme, para luego hacer lo mismo con Yvonne. Observo sus botas que han de medir más de diez centímetros, aún sin entender porqué las utiliza.
- Tu hermana se pondrá celosa si las llega a ver...- nos señala mientras hace su camino al ascensor, siguiéndole sus pasos- Nadie va a darse cuenta cual es quien.- mis ojos se dirigen a la vestimenta de Yvonne y observo la mía- Segura que no llevan la misma sangre, ¿No?- suspiramos las dos juntas y pongo los ojos en blanco.
Puede que sea una gran coincidencia, aunque tampoco es para tanto. Que lleváramos remeras de modal, camperas jeans, joggings azul marino y zapatillas planas , no quiere decir que no seamos conscientes de que vistiéramos exactamente igual. Mi remera es amarilla con el cuello de siempre y la de mi amiga es blanca, las zapatillas son rojas y verdes respectivamente. Si lo pienso mejor, es la costumbre de que en orfanato donaran las mismas prendas y ahora lo seguimos haciendo sin darnos cuenta. Solo que Dana no debe saber ese gran detalle.
- Que Marianne piense lo que quiera.- respondo encogiéndome de hombros. Entramos al ascensor y la misma se cierra- Son de las pocas cosas que tenemos en común.- siento que Yvonne me taladra con la mirada, pero es verdad.
- Muchas veces me han dicho que los opuestos se atraen, y ustedes son el complemento perfecto. Tú eres la seriedad en persona- me señala y mira a mi amiga- mientras eres la adolescente en el cuerpo de un adulto.- las puertas se abren y nos dirigimos al vehículo que compartimos.
- Oye, Cerkno ya está jugando.- la voz de Yvonne me quita de mis pensamientos. Abro los ojos y observo su celular que transmiten online- El marcador no es nada alentador, hasta enfocaron a Marko dándole ordenes a Jürgen.- nos observamos cuando lo enfocan, exaltado es una palabra que le queda demasiado corto.
Se ve fuera de si, algo que me parece de lo más lógico. El último viaje se lo veía algo frustrado y si estuviera en su lugar, también me sentiría así. Ya he pasado por eso y no es fácil lidiar con ello. Entras es una etapa de depresión en la que te hundes sin saber en las consecuencias que arrastras, hasta que ves a las personas que más quieres caer en ese mismo pozo... Horrible. Lara supo salir adelante y escapar en momentos en la que el enojo podía conmigo. Ver sus ojos grises en llama hacia verme a mi misma.
Ni bien finaliza la primera parte, tomo mi celular para comunicarme con Marko. Mi corazón se estruja al ver este lado de él, que es un deportista que no se deja llevar por la ira o la frustración.
- Oye, ese niño como tú lo llamas, está cubriendo demasiado bien tu puesto.- se ríe y me uno a él- ¿No crees que puedes dejarle tu legado?
- Hola mi princesa, ¿Cómo estás?- al oír como me ha llamado hace que deje de reír y un escalofrío recorre mi cuerpo. Es un apodo tan íntimo...- Por casualidad... ¿Es algo planeado con mi entrenador y tú?- su pregunta me despierta de mis pensamientos.
- Que tengamos los mismos pensamientos no quiere decir que me comunique con él.- llego a contestarle cuando un golpe se escucha de ese lado.
- Saludos a tu novia Marko, ¡Espero conocerla algún día!- oigo que Marko gruñe y yo me ruborizo, Yvonne parece divertirse ante mi repentina reacción.
- Disculpa, Perco es un hombre con demasiada confianza...- ¡No me había dado cuenta!
- ¿El reemplazo de Armages?- opto por la pregunta, ya que me suena ese apellido y siento la tensión después del comentario de su compañero- ¿Qué me cuentas de Hannah?- cambio el rumbo de la conversación.
- Mi amiga me ha superado más rápido de lo que pensé.- no puedo evitar reírme como una estúpida, tampoco es que le tomara gracia y él suspira- Te aseguro que consiguió un amigo de reemplazo, o lo más seguro que sea amiga. Lex es muy celoso y Hannah no es una mujer para perderla de vista...- de la nada queda en silencio y observo la pantalla para ver si cortó la llamada- Debo irme, ya comenzará la segunda parte.- nos despedimos y pongo los ojos en blanco al ver a Yvonne como sonríe.