Mi destino, tu corazón (extras)

Extra SIETE

No puedo evitar la desorientación de donde estoy parada. Muchas veces olvido que no estoy en el departamento que comparto con mi amiga, algo a la que debería estar acostumbrada. Puede que sea algo normal, pero lo mío se debe a que un cierto porcentaje de mi cerebro no funciona a causa del accidente. Escucho las respiraciones profundas de mi amiga cuando duerme profundamente, señal de que no piensa despertarse temprano. Pasó hasta altas horas de la noche hablando con Tomaž y debo decir que me sorprende, nunca la vi interesada en un hombre, hasta he esperado a que me dijera que sus preferencias sexuales no fuesen los hombres. Si hay algo que no se expresa con soltura es cuando se trata del amor y la entiendo, la falta de afecto de sus propios progenitores es algo a la que tiene cierto resentimiento. Todo eso la transforma en esa forma de actuar tan adolescente, como una vez dijo Marko, una adolescente en el cuerpo de un adulto.

Me alejo de la cama y trato de despertarla antes de aguantar con su mal genio por despertarla de la peor manera.

- Yvonne, despierta.- trato de enterrar mis dedos en su hombro pero es en vano, es de sueño pesado- Despierta Yvonne...- nada. Corro las cortinas para que le de claridad y se despierte. Apenas noto que se remueve y muerdo mis labios para no reírme.

- Cinco minutos más...- bajo la cabeza y suspiro sin saber que hacer con mi amiga.

- Sabes lo que ocurre si no te levantas antes del horario de desayuno.- escucho que gruñe y camino hacia el baño- Nadie te obliga a pegarte con el celular en la oreja.- la observo de reojo que me mira mal y cierro la puerta.

Una vez que me quito el pijama, entro a la ducha y el agua tibia me despierta del todo. No tenemos la suerte de decir que podemos descansar, pero ayer jugamos la semifinal del torneo y hoy es la final. A Marko no le importó ver el juego, más si a pedido de mi amiga llevó a su sobrino. En ese momento que fui a buscar a Yvonne por orden del entrenador, tenía algo para decirle... Ese algo era que me besara. En la cena tuve otra oportunidad para besarlo, pero algo dentro de mí me lo impedía. Mandarle mensajes no es nada en comparación en tenerlo a mi lado. La más gracioso fue ver a su compañero de equipo vestido con un smoking gris, y mi amiga no hacía más que babear por el arquero. Aún sigo sin creer en Yvonne interesada en un hombre, me alegra mucho saber que por fin puedo conocerle un novio. Sé que la herían un poco mis bromas, solo que el optimismo podía más que su soledad.

Ya en el comedor del hotel, mientras desayunamos no hacen más que hablar del pequeño Radovan. Yvonne no deja de parlotear por su primer ahijado y las mujeres no hacen más que reírse. Lo que no saben es que para mi amiga es muy importante, no solo se aferra a los niños en el orfanato donde crecimos sino que lo adora demasiado. El sonido de su celular interrumpe la discusión entre ellas.

- ¡Marianne!- salta del lugar y se aleja de nosotras para hablar con su hermana.

- ¿Qué cuentas de tu novio?- pregunta Anna y la observo frunciendo el ceño- No te hagas la desentendida Britt, es obvio que hablo de Živković.- muchos jadeos de sorpresa inundan mis oídos y miro mal a la capitana.

- Marko es mi novio, es mi amigo.- le contesto cortante. ¿Por qué tiene que saber todo?- Segundo, que venga al hotel a visitarme no tiene nada de malo...

- ¿Entonces la salida de hace un par de noches fue de amigos?- no puede ser verdad... ¿Cómo es que lo sabe? Todas las miradas están en mí- Estoy esperando a que me respondas...

- Es algo que no te incumbe.- doy por finalizado la conversación y me pongo de pie.

Me acerco hasta el kinesiólogo para seguir con la recuperación. Llevo semanas con la molestia en el omóplato y me complica demasiado a la hora de lanzar el balón. El cuerpo ya en calentamiento no es tanta la molestia, pero eso dura poco al relajarse y ni con masajes desaparece. Pienso seriamente en que tendré que tratármelo otra vez. Odio cuando estoy en el mejor momento de mi carrera, caigo en la maldita molestia.

Descendemos del micro a pocos metros observo el vehículo azul de Marko. ¿Ya está aquí? No soy la única que se da cuenta, Yvonne golpea mis costillas con su codo y asiento al señalar el mismo. Nos encaminamos al vestuario de los jugadores y no puedo evitar buscar el casillero de Marko. De todos los que están bajo llave, solo uno está entreabierto y veo que es su apellido. Decido escribirle, espero que lo tenga a mano. ¡Buen día Mark! No creí que fuese tan tempranero para entrenar... Lo escucho soñar no lejos de aquí y sonrío como una adolescente, esperando a que conteste. Y no tarda en hacerlo. ¿Cómo estás hermosa? Escucho voces en el vestuario. Fíjate en el primer pasillo de la entrada que hay un locker abierto, allí está mi bolso. Si quieres, puedes guardar tu bolso junto al mío... Y diles que no se sorprendan al verme. La tomo del brazo a Yvonne y la empujo al locker de Marko y dejamos los bolsos allí. Nos dirigimos al gimnasio y mi amiga llama la atención de todas, también a Marko y corre hacia él.

- ¿No crees que te estás apresurando?- Ni un saludo pero está abrazándolo y mira abajo- Todos queremos que vuelvas a jugar de nuevo, pero si haces esto no haces más que profundizar la herida...

- Creo que ya tengo suficiente como para seguir posponiendo algo en la que tarde o temprano debe llegar. Ya bastante me culpo por no jugar en el momento más importante del equipo...- un nudo se forma en mi garganta al escucharlo rendido y me observa, su rostro tomando color.



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En el texto hay: amor, admiracion, handball

Editado: 29.05.2020

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