- Creo que es tiempo suficiente como para que lo reconozcas.- dejo de doblar mi ropa para enfocarme en Yvonne que frunce su ceño- Llevas meses viéndolo, ya deberías reconocerlo...
Guardo la última tanda de ropa en el bolso y lo cierro, poniendo ahora si toda la atención a mi amiga. La idea de viajar a Hamburgo a enfrentarme a Phillip se ha vuelto todo un reto en mi mente, y que Marko me acompañe dice mucho de él como hombre. También me invade los nervios de que encontrarme en Alemania, pero aún más ansiosa de ver a Marko para emprender este viaje, que será mañana a primera hora. Pensando en él, vuelvo al comentario de Yvonne.
- Sé que fue un referente en la época muerta del handball, no entiendo a donde quieres llegar.- entrecierro mis ojos cuando ella los pone en blanco.
- Recuerda los comienzos de nuestra adolescencia...- la sigo observando sin entender.
- ¿Debo recordarte que no funciona del todo mi cerebro?- suspira y se acomoda a mi lado.
- Si realmente amas a Marko, debes recordarlo muy bien...- bien, ahora estoy más perdida que antes- Sé muy bien esa dificultad que tienes, pero aún sigues siendo una mujer inteligente. Solo dímelo.- se gira y sale de la habitación, dejándome algo desorientada.
¿Qué fue lo que me quiso decir Yvonne? ¿Es que ya lo conocíamos? Estoy en ese momento de la vida en la que deseo tener el cerebro normal y recordar el pasado. No recuerdo gran parte de mi vida, pero lo que me persigue todos mis sueños es el accidente y las últimas palabras de mis padres. Mi doctor dice que no insista que recordar, de caso contrario la perdida de memoria será peor. Solo tengo vagos recuerdos después que sali de ese coma y preguntar por Lara, cuando algo dentro mío decía que mis padres no estaban con nosotras. Cuide de ella hasta que decidí cambiar mi destino: Tokaj. He madurado a temprana edad y con Marianne nos hacíamos cargo de nuestras hermanas menores... Sí, Marianne es la gemela mayor.
Caigo en la cuenta en una frase que no deje pasar por alto: Si realmente amas a Marko, debes recordarlo muy bien... ¿Lo amo? Puede ser, en mi vida me he enamorado. La reacción de mi cuerpo ante su presencia o escuchar su nombre es realmente impresionante, ni siquiera en mis relaciones anteriores ha pasado...
- Apúrate Britt, ¡Llegaremos tarde al entrenamiento!- grita Marianne corre y a su lado Yvonne sigue sus pasos.
Escucho la puerta del vestuario abrirse y me escondo en el primer lugar que aparece a mi vista, la pared que está a mi lado ya que me encuentro en la salida a la cancha auxiliar. Frunzo el ceño al oír que hablan y nos entiendo lo que dicen. Trato de observar que todos los jugadores salen hacia el mismo lugar donde desaparecieron las gemelas. Entre tantos cabellos rubios, veo un joven de castaño claro. Es una de las jóvenes promesas del club y mi amor platónico... Lleva una temporada aquí y en todo ese tiempo no me he animado hablarle por un solo motivo: no se hablar ingles y él tampoco lo hace en mi idioma. Suelto un gran suspiro... Es inalcanzable.
- ¿Dónde estabas?- me pregunta Yvonne en nuestro lugar de siempre- Te estábamos esperando y vimos que venía el equipo...
- Te aseguro que espiabas a tu novio.- interrumpe la otra gemela y me sonrojo como siempre- Eres predecible amiga, él no caerá a tus pies.
- Es imposible que sepa de mi existencia...- me acomodo al lado de Yvonne y mis ojos se dirigen a los hombres corriendo de un lado a otro- ¡Soy una niña de doce años!
Ellos comienzan con el entrenamiento y siento como los más veteranos del equipo le hacen todo tipo de bromas. Él se ruboriza, pero de rabia. El entrenador es ajeno a todo que escribe en su planilla mientras mis manos se transforman en puño al ver que lo toman como objeto de burlas. Mis ojos se abren al ver como atrapa el balón y se lo lanza al que quería sorprenderlo. Con las gemelas nos sorprendemos cuando el entrenador se acerca a nosotras, y no hacemos más que escondernos.
- Las veo niñas...- me quedo sin aire al ver que el mismo está frente a nosotras cruzado de brazos y nos sonríe- Las veo jugar con el equipo de su categoría y me sorprenden cada vez más su juego.- nos observamos con Yvonne ante sus palabras- Quiero que demuestren a esos tipos que ellos no son los mejores, que no son nada al lado de ustedes.
- Le agradecemos entrenador, pero no van a ver cómo espías.- le contesto avergonzada y observó a los jugadores que tienen su atención aquí, por lo que juego con mi cabello- No tiene porqué...
- Ustedes se merecen ser reconocidas por su juego, tienen química y nosotros tenemos la suerte de que estén en la institución.- observo de nuevo a mis amigas que se encogen de hombros y seguimos los pasos del entrenador.
- ¡Britt!- el grito de Yvonne me quita de mis pensamientos y mis manos están en mi frente- ¡Mierda Britt! Sabes que no puedes esforzar el cerebro...- escucho como mi bolso choca contra algo y caigo en mi cama.
- Recordé esos tiempos que nos escondíamos para ver al primer equipo de Oslo...- no puedo evitar sonreír ante aquel momento, el comienzo de nuestras carreras deportivas- No llevó mucho tiempo convencer al equipo femenino en ubicarnos.