Mi diario de viajes.

Las seis mesas.

La conversación siguió hasta que la Morenita se fue. Renata se fue a bañar y yo me quedé pensando en que tenía que ir a trabajar. Mi querida amiga salió del baño y comenzó a hablar de un tema saltando a otro que no tenía nada que ver, como de costumbre. 

Renata:_ No entiendo como las personas pueden sentirse bien haciendo daño a los demás. 
Ambar:_ No lo trates de entender porque te va a resultar imposible, solo es entendible para las personas que eligen hacer daño, para las personas que deciden ser malas. 
Renata:_ Sí, quizás tengas razón. Tampoco entiendo como la gente puede pensar que sostener una mentira es más fácil que decir la verdad. No comprendo como pueden pensar que la mentira es menos dañina que la verdad. 
Ambar:_ La mente humana es muy extraña y ni hablar de las normas sociales. Las personas tienen conocimientos incorporados que a veces son erróneos y basan sus decisiones en eso, es muy raro encontrar personas criticas, que tomen decisiones de manera responsable. 
Renata:_ ¿No es más fácil decir que las personas son malas y que toman decisiones de mierda? 
Ambar:_ Si queres verlo así esta bien (respondí tentada) 
Renata:_ Porque bruta siempre. 
Ambar:_ Como de costumbre. 

Entre charlas y risas se nos paso muy rápido el tiempo y me tuve que ir a trabajar. 
Llegue, me puse el delantal y comencé por llevar la carta, me encontré con personas muy diversas. 
Tenia que atender veinte mesas, en la primera se encontraba un grupo de amigos que no soltaban el celular ni siquiera para decir hola. En la segunda se podía distinguir otro grupo pero con actitudes completamente diferentes, ya que no paraban de hablar ni de reír. En la tercer mesa había una pareja de ancianos que me provocaba demasiada ternura, ya que se notaba que los años y la rutina no habían sido oponentes dignos para estos abuelos. En la cuarta mesa se encontraba una pareja de jóvenes muy enamorados, que paraban de hablar solo para besarse. En la quinta mesa había otra pajera, se notaba a lo lejos que la rutina, las discusiones o los problemas la habían desmoronado, hablaban muy poco y comían muy despacio, ellos me producían tristeza, ya que nadie merece estar en una relación sin amor. En el resto de las mesas había familias, grupos de amigas y parejas normales, ninguna llamará mi atención. Solo me gustaba imaginar historia de las primeras cinco mesas, porque claro eran las más intrigantes. 
El señor de la tercer mesa comenzó a hablarme y me preguntaba que opinaba sobre cómo estaba el país. Yo hablé poco y nada, traté de sonreír la mayor cantidad de tiempo posible.  

Señor:_ Mija el país está mal, la gente no puede progresar así. 
Ambar:_ Sí, esta todo muy complicado. 
Señora:_ Déjalo, seguro tenes cosas más importantes que hacer, no pierdas el tiempo hablando con este viejo (ella rió) 
Ambar:_ No hay ningún problema.  

Los tres comenzamos a reír, me pidieron la cuenta y se retiraron. Estaba levantando la mesa, cuando alzo la cabeza y la veo entrar con una chica muy bonita. Ellas se sentaron y la acompañante me llamó para que la atendiera. 

Ambar:_ Hola, acá les dejo la carta ¿van a tomar algo mientras deciden que van a comer? 
Acompañante:_ Sí, nos podrías traer una cerveza. 
Morenita:_ Hola, no sabia que este era el lugar donde conseguiste el trabajo. 
Ambar:_ Yo creía que si, ya que me dijiste que Renata te había contado todo. 
Morenita:_ Me contó todo, excepto el lugar. 
Acompañante:_ ¿Ya se conocen? 
Morenita:_ Sí, es una amiga que conocía hace una semana y media más o menos. 
Ambar:_ No nos conocemos mucho, pero hasta ahora nos habíamos llevado bien. 
Acompañante:_ Un gusto conocerte. 
Ambar:_ Igualmente, bueno las dejo decidir tranquilas. 

Cuando deje de atenderlas me fui al baño y le pedí a una compañera que me cubriera. Me miré al espejo y traté de respirar para calmarme, mientras que en mi cabeza retumbaban millones de preguntas junto con la palabra amiga. Acaso ¿Eso era para ella? ¿Será su novia? ¿Saldrá con esa chica? Trato de consolarme y me digo quizá es solo una amiga con la que salió a comer, no es la única persona en el mundo, como me gusta ella también me pueden gustar otras personas. Me secó las lágrimas y vuelvo a mi trabajo. Miro hacia la mesa en la que se habían sentado y noté que ya no estaban. Eso sí que era súper extraño, si no pasara nada se hubiesen quedado. 

 



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En el texto hay: amor, amistad, diversidad

Editado: 16.04.2021

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