Mi Dilema

Prólogo

Ruido, un sonido taladra mis oídos, no para, inténtenlo mitigarlo cubriendo mi cabeza con mi almohada, hasta que me desespero y aviento el despertador desconectándolo e intento dormir de nuevo.

-¡Victoria!- mi madre grita entrando a mi habitación- ¡Levántate, se te hará tarde!- dice, a lo que yo solo gruño como respuesta y sale de mi habitación.

Pasan unos minutos, y el sueño se vuelve a apoderar de mi, me estoy quedando dormida cuando mi madre entra y toma mis cobijas aventándolas al suelo.

-¡Victoria, levántate ahora!- dice enojada, por lo que no me queda más remedio que hacerle caso- Báñate y arréglate, te espero abajo para el desayuno- Sale de mi habitación dejándome sola.

Así comienza otro día con mi vida monótona, el único cambio será que entro a la preparatoria, pero iré con los mismos compañeros, mismos amigos, misma rutina, todos los días es lo mismo.

Mi nombre es Victoria Andrews, tengo 17 años y vivo con mis padres en los suburbios de Boston, tengo un hermano mayor, y un grupo de cuatro amigos, Javier, Fanny, Carlos y Fernando, ellos irán conmigo en la misma prepa y también tengo un novio, su nombre es Mario, el entra a la Universidad este año.

Comienzo mi día entrando a la ducha, me baño rápidamente, me cambio, elijo un pantalón de mezclilla, una blusa blanca sencilla, una chaqueta rosa, y unos tenis del mismo color, tomo mi mochila y bajo las escaleras, dirigiéndome a la cocina.

En la mesa se encuentra mi padre, su nombre es Sergio, está leyendo el periódico como cada mañana y mi madre termina de servir el desayuno, su nombre es Isabel.

-Buenos días- digo mientras me siento en el comedor.

-Buenos días- responden ambos.

Me limito a tomar mi desayuno en silencio mientras mis padres hablan de su trabajo, ambos son médicos cirujanos, mi padre es cardiólogo y mi madre es neuróloga, son muy estrictos y esperan lo mejor de mi, y no es por presumir, pero no es difícil para mi cumplir sus expectativas.

Al terminar mi desayuno me levanto de la mesa y lavo mi plato.

-Victoria, llegaremos tarde hoy- siempre ocurre- Ya sabes nada de salir con tu novio- exacto mi papá aún no lo aprueba a pesar que llevamos seis meses saliendo, el ha sido mi primer y único novio y no lo veo muy seguido.

-Esta bien papá, les aviso cuando llegue a casa- tomo mi mochila y me despido de ellos con un beso en la mejilla y salgo de mi casa a esperar a Javier, ya que el vive cerca de mi casa y sabe conducir, Carlos pasa por Fanny, y Fernando se va por su cuenta. Javier y Fanny son mis mejores amigos, a Fanny la conozco desde que tengo uso de razón y a Javier lo conocí en el primer año de secundaria, nos llevamos bien desde el inicio.

Minutos después llega Javier en su hermoso Audi negro, subo rápidamente y me coloco el cinturón de seguridad.

-¡Icky Viky!- saluda en cuanto me acomodo, así me dice el de cariño- Te extrañe mucho.

-¡Javi! Yo también te extrañe- todos mis amigos a excepción de Fanny se fueron de vacaciones a las hermosas playas de México, por obvias razones mis padres no me dejaron ir, y como los padres de Fanny son igual que los míos, a ella tampoco.

Pasamos todo el camino poniéndonos al corriente, diciéndome de sus maravillosas vacaciones en Cancún, y sus conquistas de una noche, si, mis amigos son unos mujeriegos.

El tiempo pasa volando y en cuanto me doy cuenta ya estamos aparcando en el estacionamiento.

Salimos del auto y nos dirigimos a encontrarnos con nuestros amigos que se encuentran platicando.

-¡Carl, Fer!- grito mientras los abrazo- los extrañe mucho- digo separándome de ellos.

-Viky, nosotros también te extrañamos- sonríe Fer.

Comenzamos a platicar y a reírnos como bobos hasta que de repente todo mundo guarda silencio y solo se escucha el sonido de una moto que va llegando al estacionamiento, todos volteamos a ver de quien se trata, al vivir en los suburbios es raro que haya gente nueva, la mayoría aquí se conoce.

El chico desconocido aparca su gran motocicleta, se ve como el típico bad boy mujeriego y grosero, al sacarse su casco me quedo sin habla.

Su aspecto es increíble, es extremadamente guapo, es alto, tez blanca, tiene unos ojos marrones increíbles y unos labios muy apetecibles, su cabello es castaño oscuro, viste con una camiseta negra, unos pantalones y una chamarra de cuero del mismo color, y unas botas también negras, lo que hace que su tono de piel resalte mucho más.

Pasa una mano por su cabello para acomodarlo y noto que tiene un tatuaje, no sé qué sea pero la tinta es visible desde donde estoy.

Volteo a mi alrededor y todas las chicas ya están suspirando por el, y unos chicos lo miran asombrados y otros con odio, a él no parece incomodarle las miradas, ya que toma su casco (negro) y se dirige a la entrada del instituto, en cuanto él entra, murmullos de los diferentes grupos de amigos se comienzan a escuchar, el nuestro no es la excepción.

-¡¿Lo vieron?!- Pregunta Fanny asombrada, no es su tipo de chico, pero no su cara no niega que noto lo guapo que era.

-Claro que lo vimos, a nuestra querida Icky Viky casi se le cae la baba- Bromea Javier.

-¡No es cierto!- Niego rotundamente- solo me sorprendí, eso es todo- digo tratando de convencerme más a mi que a ellos.



#39805 en Novela romántica
#10590 en Joven Adulto

En el texto hay: amistad, badboy, dilemas

Editado: 11.04.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.