Mi Doble Primo

Capítulo 3: Primera Cita (564)

Al llegar a casa les pedí permiso a mis padres para ir a la casa de Carolina, como esperaba no se negaron. De hecho, me llevaron a su casa, lo que aunque no me gustó mucho fingí agradecer.

Me dijeron que me recogerían, yo espere a que se alejaran mientras fingía dirigirme a tocar la puerta, pero en cuánto voltearon por la esquina me detuve y fui corriendo en dirección opuesta.

Tomé un micro para ir al cine donde había quedado con Estela, llegué quince minutos después de las tres, justo la hora a la que había quedado con Estela. Me moví rumbo al la fila de entrada de las salas pero ella no se encontraba ahí.

De pronto sentí que mi celular vibraba, lo saqué de mi cartera y desbloqueé su pantalla, era un mensaje de Estela.

“¿Prefieres pipocas saladas o dulces?”

Sonreí y escribí una respuesta.

“Pensé que lo sabías todo de mi acosadora.”

“No soy acosadora, y nunca te he perseguido a un cine” me respondió, reí y escribí.

“Saladas.”

—Qué suerte, hubiera odiado tener que hacer esa fila de nuevo —escuche su voz a mi espalda, volteé y la vi cargando dos paquetes de pipocas grandes y dos vasos de refresco.

—Gracias. —susurré, para que se diera cuenta de mi presencia.

—Emilia, ya estás aquí, yo… —me dio una mirada más completa—… ¿estuviste corriendo?

—Tuve un pequeño inconveniente para llegar, nada grave.

—Tus padres casi descubren tu mentira.

—Si… espera ¿Cómo sabes que les mentí?

—Si supieran de esto seguramente no habrías podido venir —indicó mientras de uno de los bolsillos del pantalón que llevaba puesto sacaba dos entradas.

—Eso no es…

—No los conozco tanto como quisiera pero estoy segura de que te lo prohibirían.

—¿Qué te hace pensar eso?

—Digamos que alguna vez te alejaron de donde yo estaba al verme —respondió sin darle importancia.

—¿Mis padres te conocen?

—Bueno, me conocían cuándo era pequeña, pero han pasado años desde la última vez que me vieron siendo conscientes de quien soy, dudo que me puedan reconocer. Pero si lo hicieran no te dejarían hablarme, supongo que comprendes que hay ciertas actitudes que tus padres no aceptan en las personas.

—Si, supongo que tienes razón —le respondí pensando, la verdad es que mis padres no me dejarían salir con una chica lesbiana, por eso mis padres no podían enterarse de esto.

—Entradas. —pidió el encargado de la fila, le pasamos las nuestras—. Sala diez, que disfruten su película —nos dijo.

—¿Ahora cuál película quieres ver?

—Pero no que íbamos a ver…

—Compre entradas para la película que mas interesante me pareció, pero tu eres la invitada hoy, y el encargado no se dará cuenta de que estamos entrando a otra sala —soltó una risita traviesa—. Y después de todo las entradas cuestan lo mismo, mientras solo entremos a una no estamos haciendo nada ilegal.

—Bueno… —susurre mientras observaba las distintas salas, cuatro estaban recién por empezar dos habían empezado hace muy poco y otras cuatro estaban más o menos a la mitad, por lo cuál tendríamos que esperar al siguiente horario para verlas completas.

Al final me decidí por una de acción, fue muy buena, aunque muy poco podría recordar pues la mitad de la película sentí la mirada de Estela sobre mi, me sentía súper-incomoda, era como si me quisiera hacer el amor ahí mismo.




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