Mi Doble Primo

Capítulo 5: Después (387)

Cada día se volvía más incómodo todo, cuando Matías pudo ir nos hicieron un interrogatorio, se pusieron a hablar de cosas incomodas. Como de que no debíamos hacer “ciertas cosas”, obviamente se referían a tener sexo. También nos pusieron horarios y días que podíamos salir y muchas cosas más.

Cuándo Matías se fue nos despedimos con un beso en la mejilla en el que nuestros labios se rozaron, pues debíamos mantener la farsa. Aún así mis padres se dieron cuenta de nuestra incomodidad.

Por suerte creyeron la mentira que había preparado, les dije que todavía no nos habíamos besado en los labios porque al ser amigos por tantos años nos resultaba demasiado incómodo, y aún más en presencia de otras personas.

Luego tuve que ir a su casa para explicarles la situación a sus padres, para que ellos tampoco nos presionaran. Por suerte los padres de Matías eran más comprensivos al respecto de la gente con orientación sexual diferente. Pero aún así no estoy segura si creyeron que yo no sentía nada por Estela.

Así empezaron a pasar las siguientes semanas, salía con Estela al menos una vez a la semana, y a ella no parecía molestarle que Matías tuviera que estar presente buena parte de nuestras “citas”.

De hecho, aunque parecía frustrada de no poder estar a solas conmigo, se esforzaba por esconder sus evidentes celos al hablar. Era superdetallista, y eso empezó a volverse un problema pues mis padres no veían con muy buenos ojos la cantidad de pequeños regalos que traía cada que salía “con Matías”.

Me compró de todo desde aretes y collares, en su mayoría de fantasía, hasta un vestido, el cual no mostré a mis padres.

El vestido era blanco, con un escote moderado, me llegaba debajo de las rodillas aunque era bastante abierto por lo que no me dificultaba moverme, y tenía mangas hasta la mitad de los brazos.

Que fuera un vestido con mangas no era demasiado de mi agrado, pero era un regalo así que no me quejé, y su diseño hacía que se viera elegante.

Incluso en una ocasión me invitó a su casa, donde conocí a sus padres, los cuales por alguna razón me parecieron familiares. Fueron muy amables con Matías y conmigo, nos hicieron varias preguntas, incluso varias relacionadas a como me llevaba yo con Estela.

 




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