Mi Doble Primo

Capítulo 6: Salida con mis padres (459)

¿Saben que me incómoda? Cuándo mis padres deciden llevarme a comprar ropa un día en que saben que estará todo lleno.

Volteaba cada pocos minutos mi rostro a un lado y al otro, observando si no había nadie a quien yo conociera. Pasamos horas ahí y aunque habían algunas prendas bastante agradables, ir caminando de un lugar a otro viendo ropa no era mi pasatiempo favorito, ¿Cuál era el punto de ver tantas si solo íbamos a comprar unas pocas?

Pero de pronto vi a alguien conocida, era Estela e iba acompañada de dos adultos, sus padres. Quise ir a saludarla pero de repente mi madre me detuvo.

—Vamos por este pasillo, acá suelen haber cosas interesantes… —improviso, parecía haber visto a un fantasma.

—Claro, voy en un momento solo quisiera saludar a una amiga que acabo de ver… —indique señalando en la dirección en la que estaba Estela.

—¿De donde la conoces? —interrogó mi padre, parecía molesto por alguna razón.

—De la escuela —mentí, pues aunque se suponía que estaba en mi escuela realmente no la había conocido ahí—. Me la presentó Matías.

—No quiero que te vuelvas a acercarte a ella.

—Pero…

—Esto no está a discusión Emilia —me interrumpió con voz cortante.

—¿Por qué?

—Eso no es de tu incumbencia, tu no le vuelves a hablar y punto —respondió mi madre.

—Aunque sea me podrían decir la razón para evitar a una amiga —dije en voz baja pero agache la cabeza por como me miraron, ¿Qué les costaba darme una razón para su actitud? Ellos ni siquiera la conocían.

Al llegar a casa pensé en insistir para saber cuál era el problema, pero volvieron a negarse a responder y amenazaron con castigarme todo el mes si insistía.

Frustrada me fui a mi cuarto y encendí mi celular, en la noche me llegó un mensaje de Estela.

“¿Tus padres me vieron verdad?” preguntaba.

“Si, y me prohibieron volver a verte” escribí en respuesta “No los comprendo, ni siquiera se dignaron en decirme la razón, y sinceramente dudo que te conozcan realmente, ni siquiera parecían saber tu nombre”.

“Creo que se la razón, aunque no sería correcto decírtela por mensaje”

¿Ella sabe la razón? ¿Si lo sabe por qué nunca me lo dijo?

“¿Ahora tú también me escondes secretos?” le pregunté molesta.

“Claro que no, mira, en dos semanas va a ser mi cumpleaños, podrías venir y ahí te lo explicaré todo”.

“Bien, pásame la fecha y hora, voy a tener que pensar una buena escusa con Matías”.

“Usa el vestido que te regalé” añadió.

“Por supuesto”

Hablamos un rato más antes de que finalmente nos despidiéramos.

“Qué duermas bien linda” fue su mensaje de despedida, yo le contesté con un simple “Tu también descansa mi Estela”




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