Mi Doble Primo

Capítulo 13: Buscando lastimar (621)

 Me acerque a mi primo y sus amigas, había planeado esto por varios días, destruiría su farsa de una vez por todas. Matías y Carolina se habían negado a acompañarme en esto.

Estaban comiendo juntos, en una de las bancas, no muy lejos de la puerta de su curso, Emilia, un chico y dos chicas. Llevaba uniforme deportivo, seguro tenían clases Me acerque evitando mirarla directamente.

—Vaya, en serio que todos parecen haber caído en tu farsa Luis.

Sus amigos parecían confundidos, era claro a quien me refería pues aunque todos me habían visto en la fiesta técnicamente solo conocía a “uno” de ellos.

—¿En serio actuaras de manera tan inmadura Emilia? —preguntó de manera clara, y aparentemente relajada.

—¿Inmadura yo? Yo no soy quién finge ser lo que no es —respondí, señalándola completamente.

—Ya te expliqué porque me visto así, y un cambio de apariencia voluntario no hace que cambie mi forma de ser.

—Si, eso está claro, lo aprovechas muy bien para mentirle a tus “amistades” Luis —le reclamé.

—¿Por qué te llama así? —cuestionó una de las chicas.

Ella suspiró, se notaba incómoda. Pero de pronto inició a levantar su blusa por enfrente, levantó un poco su pecho izquierdo y sostén. Mostró una herida bajo la base de su pecho, se veía que había sanado parcialmente con el tiempo pero todavía se notaba clara.

—Luis era mi nombre al nacer. Y bueno legalmente sigue siendo mi primer nombre aunque no lo use —explicó sin mostrar miedo en exponerse ante sus amigos.

—¿Por eso Jessica terminó contigo? —cuestionó una de las chicas, tras empezar a salir del trance en el que la confesión la dejó.

Estela inició a bajarse la blusa de nuevo, para no arriesgarse a que un profesor la viera semidesnuda en el patio del colegio.

—No, ella lo sabía antes de que empezáramos a salir.

—¿Por qué lo haces? —preguntó nuevamente, Estela me miró a los ojos. Yo retrocedí.

—Digamos que empecé en mi niñez por celos a ella, quise probarme un vestido, sus padres nos separaron y me obsesioné con volver a verla para mostrárselo. Empecé a vestirme de chica, y mis compañeros a burlarse de mi. Por eso opté por esconder mi pasado y esconder mi verdadero nombre al venir a este colegio.

—Y viniste acá para intentar acercarte de nuevo a ella —recordó la otra chica.

—¿También te operaste…? Bueno ya sabes a que me refiero. —preguntó la primera chica.

—No, aunque hubiera querido hacerlo, no tendría la cantidad de dinero necesaria —le sonrió—. Por suerte no era necesario para mantener mi imagen.

—Por eso siempre te negaste a cambiarte con el resto de las chicas —pareció comprender una de ellas, esas palabras golpearon de manera mortal mi plan.

—Wau, ¿en serio hiciste todo eso por ella? —preguntó el chico asombrado.

—Si, y tras explicarle eso en la fiesta, me pidió que no volviera a buscarla.

—Me mentiste por semanas —me defendí al pues todo parecía voltearse a su favor.

—Ya te dije que decírtelo todo de golpe no era una opción, temía que me mandaras a quien sabe donde, si me aparecía a decirte eso cuándo ni siquiera nos conocíamos.

—Eso no te daba derecho a engañarme.

—No te engañe, solo omití algunas cosas, incluso te había confesado que iba largo tiempo observándote.

—Largo tiempo, pensé que eran algunos meses, un año como mucho, no durante más de 6 años —reclamé.

—Emilia —habló el chico—. Eso ya pasó, si no quieres solucionar las cosas te pido que te retires por favor.

Estela me observó, y en sus ojos pude ver que en serio apoyaba esa decisión. No podía creer que en serio apoyaran a ese pervertido tras saber todo eso.




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