Prologo.

Hace unos largos años en el cielo nació un pequeño niño de ojos zafiro, cabello oscuro y unas hermosas alas del color del atardecer, su nombre era Axrel, todos cuando lo veían pasar podían hablar acerca de las grandes expectativas que tenían del joven.

“Crecerá para volverse un fiel soldado de nuestro señor”

“Su belleza será mandada al mundo para purificarlo”

Y vaya que tenían razón, cuando cumplió la edad de 15 años fue mandado al mundo humano con una tarea, la cual era limpiar la tierra de todo ser maligno, pero antes de ello probarían el corazón de cada ser humano. Dios lo tomó de la mano para volverlo una pequeña burbuja para después entregársela a su más fiel ángel, el cual esa noche voló hacía una casa, por la ventana observaba a una mujer que se desgarraba en sollozos mientras tocaba su vientre.

— ¡Sólo pido una oportunidad!— gritaba.

El ángel le miró con lastima y después a la pequeña burbuja en sus manos, la acunó mientras ingresaba al baño, con sumo cuidado y en su mano la burbuja la colocó en su vientre, sabía por el aura de la joven que era un alma muy bondadosa, era evidente que cuidaría muy bien de aquel hermoso ángel que ahora vivía en su vientre.

Pasó una semana y aquella mujer por alguna razón se volvió a hacer una prueba de embarazo, cuando vio el resultado sus lágrimas no podían ser contenidas en sus ojos, por fin había tenido el mejor regalo, un bebé.