La venganza es Dulce para aquellos a los que les ha consumido el odio,
cegado la vista y afinado el gusto.
La infidelidad es algo que no tolero, pero he conseguido convivir con ella a mi manera, y ha sido.: ¡Acabandola!
En el pueblo de San Juan ya se podía presenciar la llegada de "San Valentin" y no precisamente por tratarse de un día especial para los enamorados, más bien porque esa fecha ha traído temor a los habitantes de esa zona.
Desde hacía ya una década, los jóvenes entre veinte y veinticinco años debían estar en alerta ante cualquier sospecha hacia algo fuera de lugar que se presencié en su entorno.
Todos acataron tal orden para mantenerse en seguridad excepto un joven quién hace dos años atrás había perdido a su hermano menor en dicha fecha, según cuentan los rumores "Era" la misma que siempre secuestraba, abusaba y luego se deshacía de los cuerpos de los jóvenes a la mañana del 15 de febrero.
Según investigaciones de la policía local , entre ellas también de la capital, han llegado a la conclusión de que se trataba de una mujer la que ejercía tales actos inhumanos.
Pero Ramón era más astuto y decidió investigar por cuenta propia. Después de intensas búsquedas durante meses y hasta años por fin encontró respuestas.
Había conseguido dar con el lugar de origen llegando así a la casa de Valentina, una mujer de treinta y nueve años, casada con un hombre adinerado que se la pasaba más fuera de casa por negocios que con su familia, madre de dos hijos gemelos quiénes fueron enviados al extranjero a temprana edad para así en un futuro próximo heredar las empresas de su padre.
La mujer se encontraba sola en su gran mansión, acompañada de tres gatos en una enorme casa, cualquiera que no conociera su historia diría que es la típica viuda, sumida en soledad y con síntomas de alguna depresión.
Aquellos calificativos no iban con ella en absoluto, en su observación Ramón pudo averiguar que se trataba de una dama que se empeñaba en participar en todas las actividades que el pueblo realizaba, y hasta insistía a que las mujeres tomen la iniciativa de ser ellas las que visiten a sus novios para la fecha de los enamorados, puesto que a ellos no les estaba permitido salir a la calle para la fecha.
Había averiguado tanto sobre aquella mujer que hasta sabía sus gustos y costumbres. Una idea le vino a la mente, reflexionó unos minutos sobre ello y decidió que realizaría su dulce venganza sin que ella se diera cuenta, lenta y eficazmente.
Su primer paso sería encontrarse con ella de casualidad en el mercado.
-La mañana estaba algo fresca pero aquello no impidió que siguiera su plan, mientras ella juntaba las verduras y frutas en su canasto él hacia lo mismo y de manera casual llegaron al mismo estante en donde se encontraban las manzanas y tomaron una de cada lado, levantaron la vista, él le regaló una sonrisa tan genuina que desconcentro a Valentina.
Él le cedió la fruta rosando de manera leve dedos a la mano de ella, quién se estremeció ante aquel tacto.
— ¡Buenos días! Me llamó Ramón. ¿Y usted bella dama?
Ella dudo por unos segundos pero al final cedió.
— Buenos días joven, me llamo Valentina.
El reprimió la rabia que sentía hacia aquella mujer ocultando su rostro en el momento en que tomó su mano y depósito un beso encima de esta.
La mujer algo nerviosa ante tan extraño comportamiento se sintió abrumada y siguió su camino, pero no conocía de la insistencia de aquel joven, que desde ese día lo veía a donde iba.
A los días que iban pasando recibía cada mañana flores de un color rosado, con un aroma embriagador y una nota entre ellas.
"Bella dama, cada noche antes de dormir me deleitó en la belleza de su ser y sueño con su encantadora belleza "
"Es usted el bello tormento que anelo cada día vivir, eres la luz que destella a lo lejos y me alienta a seguir"
"Siento que cada día es un nuevo comienzo al saber que existes, tan sólo espero poder precenciarlo algún día contigo a mi lado"
"Mi vida se va haciendo vacía cada vez que miro a mi alrededor y no encuentro pista alguna de tu presencia."
"Es un alivio saber que existe una persona que complementa con la otra pero es un delirio no saber si aquella persona piensa de la misma manera."
Así fueron pasando los primeros días de febrero, Valentina se sentía cada vez más atraída ante tal empeño del joven, qué decidió hacer algo al respecto, viajo unos días a la cuidad y cuando volvió estaba decidida a dar una oportunidad a aquel insistente muchacho que ha despertado varios sentimientos en ella.
Al llegar a su casa después del largo viaje encontró en la entrada de su puerta una inmensa cantidad de flores rosadas, cada ramo con una nota nuevamente, se agacho y empezó a leerlas.
"Estos días con tu ausencia sólo han crecido mis sentimientos por usted, ¡Oh, bella dama espero poder verla de nuevo!"
"Nunca antes había sentido tanto vacío en mi ser desde que he notado la ausencia viva de tu imagen en mi día a día, pero aún así guardo la esperanza de volver a verte algún día"
"El frío que siente mi alma no lo logra calentar ningún astro, sólo el de tu ser es lo bastante fuerte que aún a la distancia calma mi pesar"
"Diría que es un tonto a aquel quién no pone todo su empeño y admiración hacia aquella mujer que quiere puesto que yo estaría dispuesto a hacer hasta lo imposible por sorprenderla mi bella dama."
Una sonrisa fue iluminada en su rostro, entro a la casa y se dirigió al despacho de su esposo que se encontraba en la gran biblioteca de la casa, aquel lugar que nunca utilizo, ya que nunca estaba en casa.
Tomó una hoja, con letra cursiva y elegante empesó a escribir una palabras dirigidas a aquel hombre que le ha cambiado las expectativas que tenía sobre la raza masculina.