Mi dulce y extraño amor

Conversación

Melissa volvió al día siguiente y algunos días después de ese, la situación era que terminaba huyendo antes de que todos salieran, tan pronto la veía o escuchaba su risa se despedía de Derek para ir a casa maldiciendo en su mente por no poder decir siquiera hola, se sentía patética, sobre todo teniendo en cuenta que era sábado, pronto el lunes llegaría y ella aún no se dignaba a verla después de una semana.

Se sentó en la orilla de la cama viendo el suelo unos segundos antes de levantarse y caminar hasta su espejo, miro su reflejo antes de tragar, tenía en su mente todo un diálogo que daría como excusa, si podía practicarlo, lo más fácil era decirlo.

- Hey Doli, lamento no haber venido antes estaba ocupada con algunos trabajos que ni yo me creo, bien otro intento, ¡Doli!, es bueno verte aquí fuera de la escuela a la que asistes, ¿No me recuerdas? Soy la chica que piso tu pie la semana pasada y estoy segura que a la última que deseas ver, vamos Mel eres mejor que esto.

- ¡Mamá! ¡Tú hija enloqueció! – miro a la puerta donde Frank, su hermano mayor la mirada con diversión.

- ¿Se te perdió algo?

- No, pero puedo ayudarte a buscar tú dignidad en este cuchitril que tienes.

- Ja, ya quisieras tener mi orden, ahora largo.

- Okay me calmo, solo dime porque le hablas al espejo como si estuvieras loca.

- Solo buscaba la forma de hablar con una chica es todo.

- ¿Chica? ¿Nueva en el club de artes? Me sorprende, desde que aprendiste a hablar hasta por los codos lo haces.

Soltó un pequeño grito algo frustrada, había olvidado su club, si no iba tendría que volver con el horrible equipo de ajedrez y no deseaba eso, ahora debía ir al menos tres veces esa semana para recuperar parte de tiempo perdido, al menos su torpe hermano pudo recordarlo.

- No, es una chica de otra escuela, sabes no importa, no la volveré a ver y ya.

- Vamos Mel, no dejaras pasar esto solo por no saber que decirle, se te ocurrirá en el momento

- Tal vez no eran el peor hermano del mundo

- Lo sé, ahora bajemos, tengo hambre y me harás algo rápido para pasar el tiempo

Una pequeña risa se escapó de sus labios antes de golpear levemente su brazo, necesitaba solo un pequeño impulso y lo había conseguido, solo tenía que llevarlo a cabo.

El lunes por la tarde camino de nuevo hacia aquella preparatoria sola, su profesora no le dijo nada por sus faltas, pero vaya que retraso su nueva pintura, aun así logro avanzar lo suficiente por ese día, estaba feliz a medias, sabía que no podía ver a Doli a esas horas y esperar se volvería insoportable para ella.

Miro el edificio con curiosidad, una chica estaba parada en la puerta mirando a los lados antes de bajar la mirada, camino un poco más hasta estar frente a ella, se sorprendió y alegro al mismo tiempo, si tan solo creyera en el destino diría que era de ese modo.

- ¿Doli?

- Mel, es tarde, ¿Qué haces aquí?

- Pasaba por aquí, acabo de salir de mi club, ¿Y tú? ¿Esperas a alguien?

- No para nada… ¿Soy tan obvia? – intento no reír al ver aquella mirada avergonzada.

- Un poco, creo que debes ir a casa es tarde.

- Supongo que puedo hacerlo ahora, fue una linda charla nos vemos.

Miro su espalda mientras caminaba, podía gritar de felicidad, acababa de hablar con ella sin morir en el intento, no había sido la gran cosa pero al menos tenía un avance, uno muy raro.




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