Capitulo Único

Los rayos de luz del Sol de la mañana se filtraba por las delgadas cortinas provocando un engorro al tratar de abrir mis ojos como pude me levanté a dirigirme a realizar mis necesidades matutinas, sin embargo al momento de lavar mi rostro y proceder a tomar una toalla para secarlo de soslayo pude percibir que mi reflejo en el espejo se paralizó, provocándome cierto desconcierto, fui a ver en el que se encontraba en la alcoba sólo que éste me miraba fijamente con sus escleróticas algo irritadas como si hubiese llorado arduamente por una noche completa, de repente tocaron la puerta rompiendo la concentración en la imagen que se proyectaba de mí para dirigirla a la puerta de dónde venía la reclamación de mi persona.
—¡Lucia se te hace tarde para irte, apúrate!- dijo con prisa detrás de la puerta
—¡Si, en un momento bajo!- afirme
Volví a dirigir la vista a la imagen y está comenzó a derramar lágrimas y con un movimiento la vi cerrar sus manos en puños apretando en demasía, provocando que se le viesen blancos y rígidos sus nudillos, estampandolos encontra de dicho cristal que nos dividía, siendo este un gran muro entre ella y yo, sin darle más importancia a lo sucedido salí de la alcoba para dirigirme a la cocina.

—¿Que tanto hacías?, ¿Por qué tardaste tanto?- musitó
—Nada de importancia, ¿Que hay para desayunar?- pregunté sin ánimo evadiendo el tema
—Pues tu padre quería su café y tostadas de siempre, yo solo quise fruta y un juego, para ti no sabía ya que dijiste que saldrías a ver a tus amigas desde hace más de media hora y al parecer que ya no iras, podrías pasar por tu hermano después de su entrenamiento, así que no lo olvides- esperó a mi respuesta
—Asi, eso dije pero cambio de planes de último momento, mejor iré a correr al parque- respondí sin esmero 
—Espera, pero a ti no te gusta salir a correr, ¿Desde cuándo ese cambio?- preguntó con curiosidad, frunciendo el ceño
—Desde que me harté de estar encerrada en estás cuatro paredes, hace mucho que no salía a tomarme un tiempo para mí misma- contradije algo irritada
—Esta bien, no tardes-dijo no muy convencida
Entonces me levanté con prisa para salir hace tiempo no veía el lindo paisaje que brindaba el parque más cercano, me daba tanta paz, pero mi mente traicionera sigue con lo ocurrido de está mañana, ver mi reflejo de esa manera me hace pensar demasiadas cosas, a lo lejos vislumbre una banca solitaria y vacía por lo cual proseguí a dirigirme a ella y tomar asiento para poder ver el cielo, el respirar el aire puro y fresco de la mañana me hace sentir en armonía y equilibrio. 

De un momento a otro el recuerdo de mi reflejo impacto en mi memoria, verla sollozar y en ese estado de impotencia, me hace pensar el por qué de su estado, ¿A caso no es feliz?, o lo más importante ¿me estaré volviendo loca?, por qué no es normal ver lo que ví es algo imposible y difícil de creer. 

De pronto sonó mi celular en el bolsillo de mi sudadera gris, por lo cual lo tome y al abrir la pantalla aprecie que  tenia una llamada perdida de Maritza y un mensaje en el cual me preguntaba él porque tardaba tanto lo cual provocó en mí un suspiro cansado, entonces después de 2 minutos opté por contestarle que no podría ir ya que no me sentía bien y que se divirtieran por mí.

Sin más decidí apagar el móvil para que no perturbará más mis pensamientos ya que son los únicos que nunca me han abandonado, al paso de las horas sentí que ya era momento de regresar y enfrentar mi reflejo, si es que aún está y no sea por qué me esté volviendo loca al llegar subí con prisa a la alcoba y cerré con llave para que no me molestaran y por fin me enfrente a mi reflejo, parada firmemente en las plantas de mis pies mirando en el espejo mi reflejo su reflejo.

El cual sólo me veía con detenimiento como yo lo hacía con ella al verla como si no pasara nada tan enigmática por lo cual le brinde mi mano para que la sostuviera  y así lo hizo su tacto tan cálido como si fuera otra persona y no sólo mi reflejo, traté de hablarle pero parecía no escucharme en lo absoluto como si mi voz no tuviera sonido alguno; en su mundo reflejante parecía no entender mis súplicas del saber cómo volver a donde pertenecía ya que me orilló a vivir en su mundo obscuro con ventanas de todos los tamaños esparcidos en este lugar tan frío, tan sólo el extrañar mi hogar me pone mal y él sólo poder verla a ella en este rayo de luz me es escalofriantemente triste, cómo es que ella parece tan relajada cuando yo sé que no es así cuando ella sonríe y se muestra feliz, mientras que  yo lloro en este elocausto encierro, yo soy su parte negativa su cara verdadera y ella es sólo la máscara sin vida pero a la vez ante los demás ella es perfecta tan positiva y llena de vida aunque solo sea apariencia.
—¡Hey, devuélveme mi vida antes de que me rompa! - grité desgarrándome la garganta
Pero sigue sin escucharme, sin importarle en lo más mínimo mi estado, sólo se ríe de mí por lo cual opte por escribirle en el vidrio empañado por mi aliento.

"Quiero salir a donde pertenezco mi luz"

Mire lo que hizo cada frase, quién diría que todo lo que hizo hasta este momento provocara en mí una sonrisa ladina y una mirada divertida y más al ver su desesperación y esa agonía en su mirar, el ver su mirar tan cristalina y esas escleróticas irritadas, producto de esas lágrimas traicioneras, me divirtió en demasía
—Lo siento querida pero esta ya es mi luz porque así tú lo has permitido, siempre me mostraste como alguien fuerte alegre ruda y divertida...... y cómo ves este espejo es mío y tuyo a la vez, pero todo cambia al ver quién se encuentra afuera y quién adentro, así que si me disculpas tengo que ir a recoger a nuestro querido hermano, no tengo tiempo que perder, adiós querida- le dije dándome la media vuelta para irme por donde entre hace unos minutos antes. Quién diría que olvidaría quien en realidad es mi reflejo de esta mañana.