Acostado en un inmenso y cálido césped, Steven se despierta y al levantarse, ve a Elena que lo está mirando desde lejos, y dice con una voz entre cortada:
— ¡¿ESTOY MUERTO?!, ¡ELENA!... ¡LLÉVAME CONTIGO!, ¡ELENA!, ¡ELANA!
En ese instante, lentamente Elena se acerca a Steven, y le dice:
— Regresa, este no es tu momento, aún tienes cosas por hacer en el mundo.
— ¿Cómo qué?, perderte a ti Elena fue como perder mi propia vida, este vacío que dejaste nunca será llenado por nadie, llévame contigo amor.
Suavemente, Elena acaricia la mejilla y luego la frente de Steven, y le dice:
— Vete.
— ¿Qué?, no... no quiero, quiero estar contigo.
Steven intenta abrazar a Elena, pero esta lo empuja con una fuerza impresionante, el cual hace que este se despierte inmediatamente.
En seguida, Steven se percata que esta boca abajo, y escucha muchos que el médico le dice:
— Qué bueno que hayas despertado, eres un hombre muy fuerte.
Steven con mucha dificulta para ver al médico, le dice:
— ¿Qué fue lo que ha sucedido?
— Pues... has regresado, estabas muerto casi un minuto, debes de agradecerle a Dios que te dio otra oportunidad de vida.
— Sí, primero es Dios ante todo... que extraño, he visto a mi esposa.
El medico examina nuevamente a Steven, y le dice:
— Pudo a ver sido un sueño.
— No, eso fue real, Elena me ha regresado a este mundo, pero que yo recuerde, yo... yo no estaba tan mal.
— Te complicaste hace diez días y fue necesario que entraras a la Uci.
— ¿Diez días?, no puedo creer eso, me están mintiendo, solo fue ayer que entre a este hospital.
— Cálmate, si gustas puedes preguntarle a la enfermera, ahora quiero que me respondas algo.
— ¿Sí?
— ¿Sabes en qué país estás?
Steven se queda un poco pensativo, mientras escucha a varios pacientes dentro de la habitación que empeoran su salud. Cuando el médico le vuelve a preguntar:
— ¿Sabes en qué país estas?
— Sí, yo estoy en Trinidad y Tobago, ¿por qué la pregunta?
— Tu recuperación fue milagrosa y muy pronto ya podrás salir de aquí, ¿tienes a alguien en este país quien te pueda ayudar?
En seguida, Steven piensa:
— Que voy hacer?, como le voy a decir a la familia de mi esposa esta tragedia.
El medico observa una mancha rojiza en los ojos de Steven, y le vuelve a examinar su vista.
Steven se preocupa y de inmediato le dice:
— ¿Pasa algo doctor?
— No, relájate un poco y no te asustes.
El medico hace todo lo posible para estabilizar a Steven y luego de dos minutos se va de la habitación, mientras Steven queda boca abajo. Mirando a otro paciente que está agonizando.
El día siguiente, Steven se despierta y observa que todos están corriendo de un lado para el otro, y se da de cuenta que aquel señor que estaba mirando había muerto.
Steven se angustia y trata de darse vuelta. Cuando una enfermera le lo toma de la cintura, y le dice:
— Señor, ¿qué hace?, no, no, no, no sé de vuelta, usted todavía está muy delicado.
— No me hagan reír, ¡míreme!, ya me siento mejor, no necesito respirar a través de nada de esas cosas.
— Señor haga caso, y vuelva a estar como estaba.
Steven se desconecta de todos los aparatos, y le dice a la enfermera:
— ¿Que han hecho con el señor que tenía al frente y con la mujer que estaba antes del?
— Necesito hacer una llamada a Colombia, ¿puede usted ayudarme?
En ese instante, el medico entra y sorprendido al ver a Steven sentado en la cama hablando con la enfermera, dice:
— ¿Qué es lo que está pasando aquí?
De inmediato, la enfermera le dice al médico:
— De un momento a otro se desconectó. Y se sentó en la cama sin yo poder hacer nada.
Steven le dice al médico:
— Ayúdeme, necesito comunicarme con los familiares de mi esposa en mi país Colombia.
Con un poco molesto por la actitud de Steven, el médico le contesta de muy mala manera:
— Primero te voy a realizar otra prueba molecular, para ver si ya desapareció el virus de tu cuerpo, y después ya veremos.
— ¿Cómo así?, que quiere decir que ya veremos, acaso estoy preso aquí, yo estoy bien, no ve me ve.
— Claro que lo estoy viendo, pero hay que examinarlo otra vez.
— Está bien, yo recuerdo haberle escuchado que me iba ayudar.
— Si Steven, yo te voy a ayudar, pero todo a su debido tiempo, primero tienes que ayudarnos a nosotros hacer caso, para que podamos hacer bien nuestro trabajo.
— Está bien, ahora tengo fuerzas para vivir gracias al encuentro que tuve con Elena, yo sé que voy a lograr vencer este dolor que todavía tengo en mi alma, al perder a mi esposa.
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Editado: 10.04.2023