Veintisiete minutos más tarde, Steven se despierta, y se sorprende al ver desde lejos un barco pesquero.
Steven mira bien la embarcación, y luego dice en voz baja:
— Esto no es un sueño, ¡nos hemos salvado!
En ese instante, Steven se levanta y comienza agitar sus manos de un lado para el otro, y luego le dice a Harold:
— Despierta, hay un barco a la vista.
Harold también se levanta y al ver la embarcación, se sonríe y salta agitando sus manos de un lado para el otro.
Siete minutos más tarde, la embarcación pesquera rescata a Steven y a Harold, y al verlos muy sedientos, los pescadores le dan agua y un poco de comida.
Steven y Harold comen desaforadamente ante la mirada de todos los pescadores.
Después de terminar de comer el pescado y de beber el agua, Steven le dice al capitán:
— Gracias, estábamos a punto de morir en ese yate.
— Descansen, tuvieron mucha suerte de habernos encontrado, ahora con la pandemia casi no hay embarcaciones.
Harold también le da las gracias al capitán, pero mira hacia tras y ve su yate que se aleja cada vez más, y dice:
— Hay se fueron todos mis sueños.
En ese instante, Steven le pregunta al capitán:
— Disculpe señor.
— Dime.
— ¿A dónde se dirigen?
— Vamos a Guyana.
Steven se pone la mano derecha en su cabeza, y dice:
— ¿Guyana?, ahora como voy hacer para llegar a mi destino.
Harold le dice a Steven:
— Pues a mí no me desagrada ir a Guyana, desde allí buscaré como dé lugar, la manera de regresar a mi amada Trinidad y Tobago.
El capitán les dice a los dos:
— Si dominan el inglés que se habla en Guyana, no tendrán problemas en moverse en ese país.
De inmediato, Steven le expresa al capitán:
— Yo no hablo inglés, yo, yo... yo debería estar en Colombia, necesito estar con la familia que me queda, esto ya me está cansando... creo que voy a vomitar.
En ese instante, Steven le cayó muy mal el pescado que se comieron y tras los movimientos bruscos del barco, se vomita.
Luego de dos minutos de ser atendido por el médico del barco, Steven reacciona, y le dice:
— Thank you.
El médico se sonríe, y le dice a Steven:
— Tranquilo que yo al igual que el capitán, somos los únicos de este barco que hablamos algo de español, así que no te preocupes, ahora dime con confianza si todavía sigues mareado.
— No, ya estoy bien, parece que el pescado me cayó mal.
— Bueno, ya puedes irte a cubierta.
Steven retorna a la cubierta. Y ve como Harold ayuda a los demás pescadores a subir una atarraya llena de pescado.
Steven no se queda atrás y también ayuda a recoger varios pescados que están por gran parte de la cubierta.
Cuatro días después, el barco pesquero llega a Georgetown – Guyana.
Harold toca suelo guyanes, y luego se sonríe diciéndole a Steven:
— Pensé que no nunca íbamos a tocar tierra.
Steven espera a que el capitán baje del barco, y olvidándose de la pandemia, Steven intenta darle la mano, pero este le pone el codo, diciéndole:
— Ya se te olvido que estamos en una situación crítica por esa pandemia.
Steven retira su mano, y dice:
— Ah, disculpe señor, solo quería agradecerle por toda su atención, si no fuera por ustedes, mi amigo y yo estaríamos muertos.
En ese instante, la policía de Guyana les cae encima, y al ver a Steven y a Harold sin tapabocas, los arresta de inmediato. llevándoselos a una caseta donde tienen a cincuenta y tres personas que tan poco tenían el tapabocas.
Enojado, Harold le dice a Steven con voz baja:
— Nos ha pasado de todo, ahora si me voy a contagiar con toda esta gente que nos mira como si les debiéramos algo.
De inmediato, Steven le responde a Harold:
— Esto fue lo mejor que nos ha pasado.
— ¿Cómo así?, no logro entenderte Steven.
— Si, al final de cuenta, la policía va a descubrir que no somos de este país, y muy seguramente nos manden a migración.
— Ya veo, no había pensado en eso.
En seguida, un policía entra a la caseta y con un papel en mano, se acerca lentamente a Steven y a Harold...
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Editado: 10.04.2023