PESADILLA

Las palabras de Giselle se le enfunden en la mente a Steven, el cual se siente más seguro de sí mismo, y con mucha confianza le dice:

— Si... no debo porque temer, he sufrido y he pasado por mucho, para que me agobie por un miedo absurdo.

— Ese es el mejor camino, debes de enfrentar tus miedos, recuerda que todo está en tu mente y tu controlas todo.

Steven se levanta del sofá, y le expresa a la psicóloga:

— Lo siento... tengo que ir al periódico.

— Steven, todavía no hemos terminado.

— Lo sé, mañana sin falta estaré y no me iré hasta que terminemos.

En ese momento, Steven intenta darle la mano a Giselle, pero se acuerda de los saludos y lo hace con los puños.

Steven sale del consultorio y se dirige a Milenio. Pensando que se va a encontrar con Ernesto. Para si confrontarlo de una vez por todas, pero al llegar siente una pequeña sensación en su estómago, y dice en voz baja:

— ¿Qué sucede Steven?, ¿vas a volver a lo mismo?

Ante la mirada de un vigilante, Steven entra al periódico y mira a la oficina de Ernesto, pero tan poco lo encuentra. Cuando Oscar toma su mano izquierda, y le dice:

— ¡Oye!, ¿cómo te sientes?

— Bien, bien.

— Pensé que no ibas a venir hoy.

Steven deja hablando a Oscar y entra en la oficina de Ernesto, y le dice a Margaret:

— Hola.

— Hola Steven, ¿cómo te fue con la psicóloga?

— Me mando a enfrentar mis miedos.

— Es difícil, pero tienes que hacerlo Steven... debes de seguir asistiendo.

— Nuevamente estoy muy intrigado con Ernesto, Margaret, ¿realmente no sabes dónde está él?

— No, su paradero es un misterio.

— Bueno... me toca esperar. Voy a trabajar.

— Está bien, cualquier cosa vienes y lo discutimos.

— Bueno.

Steven sale de la oficina de Ernesto y se pone a escribir una columna, pero se bloquea. Durando mucho tiempo sentado sin hacer nada.

6:59 pm, Agotado mentalmente, Steven llega a su casa y se pone a jugar un rato con su perro.

Steven se sienta en su sofá y acaricia la cabeza de su perro, y le dice:

— Timy, ¿te has portado bien?

El perro le lambe la cara a Steven y hace que este se sonría un poco, mientras se levanta del sofá. Y le echa comida en la cocina.

11:51 pm, Steven se queda profundamente dormido.

En ese instante, Steven aparece en el Crucero y ve a mucha gente, las cuales no tienen ojos ni dientes. Y trata de huir de todos, pero cuando más corría más se quedaba en ese lugar.

Steven es fuertemente sujetado en su hombro derecho. Y al ver la mano, Steven se da de cuenta que era la de Elena. Y se da vuelta rápidamente, pero no ve a nadie.

Totalmente asustado, Steven trata de salir del Crucero. Cuando Elena le aparece de frente.

Sudando como loco, Steven se despierta dando fuertes gritos, hasta lograse controlar.

En ese momento, Steven toma su celular y ve la hora rápidamente, y luego dice:

— Uf... fue una pesadilla.

Steven se acuerda de la propuesta de su mamá de ir a vivir con ellos, y se levanta de la cama. Para luego ir a tomarse un vaso de agua en la cocina.

Después de tomarse toda el agua, Steven mete el vaso en la nevera y decide acostarse de nuevo.

3:00 am, Steven siente muy pesado su pecho e intenta levantarse a como dé lugar, pero no puede. Intenta hablar, pero no puede. Cuando siente que algo le agarra sus dos manos fuertemente. Y trata con todas sus fuerzas soltarse.

En ese instante, Steven habla en otra lengua y se libera de lo que lo sujetaba. Cuando mira al lado izquierdo a su madre atrapada por una calavera de cabeza morada.

La impresión es fuerte y Steven trata de ayudar a su madre gritando:

— ¡MAMÁ!...

Steven se vuelve a despertar, y de inmediato dice:

— ¿Por qué vi eso?, ¿qué está pasando?... no voy a volver a dormir.

Steven vuelve a levantarse de la cama y llama a su mamá, la cual, sorprendida por la hora, le dice:

— Hola hijo, ¿te paso algo?

— Tuve una pesadilla muy fea contigo.

Clemencia entre dormida mira la hora, y le dice a su hijo:

— Steven, son las 3:15 am... mañana me la dices, vete a descansar.

— No, no, no, no, yo no voy a dormir mamá, yo voy a prepararme un café...