Estupefacto, Steven pone su mano izquierda en el marco de la puerta, y le dice a Ernesto:
— ¿Qué fue lo que dijiste?
— Que te voy a devolver tu trabajo.
— Ernesto, ¿acaso estas bromeando conmigo?
— No, claro que no.
— Porque si es así, te puedes ir yendo por donde viniste.
— Steven, yo cometí un gran error y vengo a repararlo... ¿puedo entrar?
Steven lo piensa unos segundos, y luego se hace a un lado, diciéndole:
— Sigue.
Ernesto entra a la casa y observa con detalle la decoración, y le dice a Steven:
— Elena y tu construyeron una bonita casa.
— Gracias, ahora si dime lo que sucede.
Ernesto toca un cuadro que tiene una cascada, y luego le confiesa a Steven:
— Quiero que me perdones, porque fui muy injusto contigo... yo cometí el gran error de despedirte, y fue torpe de mi parte. Tienes un gran sin número de personas que leen tus columnas. Yo no me di de cuenta que el que impulso Milenio fuiste tu.
Steven cruza sus brazos, y le dice a Ernesto:
— ¿Has bebido algo?
— No, estoy hablando con la verdad...
— ¿Por qué esperaste tanto tiempo para reconocer tu error?
— Por tonto, soy un completo tonto que no sabe que tiene una joya en su empresa.
— Gracias por tus palabras, pero...
— Pero nada Steven, mañana mismo entras de nuevo a Milenio. Y entre Margaret y tú, dirijan todo.
— ¿Vuelves a viajar?
— Si, asuntos familiares.
De inmediato, Ernesto ofrece su mano derecha, diciendo:
— ¿Aceptas el trabajo?
Steven no se hace de rogar y le da la mano a Ernesto, diciéndole:
— Acepto.
— No te vas arrepentir... ah, por cierto, la nueva cabeza de Milenio no puede andar en Transmilenio, ve a Automotores Europa SAS, allí sacaras el vehículo que necesitas... ¿sabes dónde queda?
Sorprendido, Steven le responde:
— Si, yo se donde queda, pero yo en estos momentos...
— Claro que puedes tenerlo, yo ya hablé con el dueño y todo esta bien... puedes pasar mañana por tu vehículo, bueno, yo me voy.
— ¿Cuándo regresas a la empresa?
— Aun no sé, pero yo sé que Margaret y tu lo van hacer bien.
En ese momento, Ernesto se despide de Steven, y se monta en su nuevo auto Hyundai de color plateado, y se va.
Aterrado por lo sucedido, Steven se sienta en su sofá y llama al teléfono de Margaret, pero esta no contesta.
Steven pone su teléfono en la mesa de centro, y dice:
— Todavía no lo puedo creer.
Steven se levanta del sofá, y comienza a llamar a su perro:
— ¡Timy!... ¡Timy!, ¿dónde estás Timy?
En ese instante, Steven encuentra al perro debajo de la cama, y le dice:
— ¿Por qué estas tan asustado?
El día siguiente, 8:00 am del 24 de diciembre, Simón, Yensy, Margaret y Oscar, aplauden a Steven por su gran regreso a Milenio.
Entre sonrisa y mucha alegría, Margaret le dice a Steven:
— Esa silla de jefe te queda muy bien.
Todos están de acuerdo con Margaret. Cuando Steven les dice a todos:
— Gracias muchachos, los extrañe mucho. Y les deseo esta noche una feliz navidad.
De inmediato, todos saludan a Steven de puños y le desean también una feliz noche.
Después de unos minutos, todos se ponen a trabajar medio día, para luego irse a donde sus familias. Cuando Steven se acuerda del concesionario, y dice:
— No puedo con la curiosidad, voy a ver qué pasa.
Luego de varios minutos, Steven se baja del taxi y queda al frente de Automotores Europa SAS, y piensa:
"Bueno, ya estoy aquí, nada pierdo por entrar"
Steven mira el momento para pasar la calle, ya que están pasando muchos vehículos, y no lo dejan cruzar.
En ese instante, Steven mira de nuevo el concesionario. Cuando increíblemente ve a su esposa Elena parada al otro lado, y mirándolo fijamente.
Del impacto, Steven toca su pecho, y dice:
— ¡ELENA!...
Como de lugar, Steven se pasa la calle. Esquivando más de tres carros.
Steven logra pasar sin ningún rasguño, y ve a Elena que va caminando y se mezcla entre la gente.
Durante más de quince minutos, Steven busca a Elena por la será y en los establecimientos de peluquerías y ventas de electrodomésticos, pero no la encuentra.
En ese preciso momento, Steven ve a toda la gente pasar con su tapabocas. Cuando se da vuelta y se sorprende al ver a Elena a dos metros de distancia de él, y le dice:
— ¿Eres tú Elena?
Steven queda deslumbrado e hipnotizado al ver a su esposa, que la sigue cuando ella camina hacia la mitad de la carretera.
Steven esta apunto de tocar el rostro de Elena. Cuando Lía lo salva de ser atropellado por una volqueta. Jalándolo de la camisa hasta la será...
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Editado: 10.04.2023