¡mi Esposa Es Un Ángel!

REENCUENTRO

16c968766ccb5100295880464264.jpg

Steven ve por su ventana hacia la casa de Nelson, y se asusta un poco cuando recuerda el Crucero y los últimos momentos que tuvo con Elena.

En ese instante, Steven no se da de cuenta y tropieza con una mesa de centro al retroceder de la ventana. Y cae al suelo bruscamente.

Steven se golpea fuertemente la cabeza, y queda inconsciente bocabajo. Cuando a los dos minutos, mueve los dedos de su mano derecha y se despierta.

Steven se levanta con un fuerte dolor de cabeza. Y ve la puerta abierta, y dice:

— ¿Quién entro?

Steven va hacia la puerta y se percata que las casas de sus vecinos no están, y solo ve los terrenos vacíos.

Steven pasa al otro lado de la puerta. Cuando Elena toca su cuello, diciéndole:

— ¿Vienes por mí?

Steven se da vuelta, y le dice a Elena:

— ¿Esta vez estoy muerto?

— No, todavía estas vivo.

Steven vuelve a ver todo su alrededor, y luego le expresa a Elena:

— Recuerdo que cuando estaba en hospital de Trinidad y Tobago, apareciste... ¿quieres decirme que sucede?

Elena abraza a Steven fuertemente, y le expresa:

— Tu ya me sacaste de tu corazón, yo soy un simple recuerdo en tu vida.

— No, te equivocas Elena, yo aun te quiero.

— No mientas Steven, en tu corazón se encuentra otra mujer.

Elena acaricia el rostro de Steven, y le dice:

— En realidad, yo no estoy molesta contigo... yo estoy muy contenta porque te estas enamorando de una buena mujer, tu te mereces ser feliz, porque yo estoy muerta y ya no puedo amarte como lo hacia antes... debes de estar con Lía, ella es la indicada para ti.

— Es muy extraño que me digas esto.

— Amor, recuerda que yo morí en ese Crucero. Y mi deseo es que seas feliz con ella... ve y encuéntrala.

— Yo no sé dónde está...

— ¡Mira hacia allá!

Steven mira a su izquierda, y ve a Lía que está lejos de él, y le dice a Elena:

— Yo no puedo dejarte aquí.

— Claro que puedes Steven, tu ya no me quieres... tu la quieres a ella.

— Ella esta muy lejos, creo que no voy a poder alcanzarla.

— Tu no eres un hombre que se rinde tan fácil, ¡corre Steven! No dejes que Lía se vuelva a ir.

De inmediato, Steven corre en busca de Lía, pero esta se desaparece en el mismo momento que Steven se fue a buscarla.

En ese instante, Steven se pierde en una espesa neblina, la cual cae repentinamente en todo su alrededor.

Steven no puede ver nada, y grita con gran desespero:

— ¡Lía!... ¡Lía!, ¡Elena... ¿dónde están?

Steven sigue caminando sin poder ver nada por la neblina. Cuando escuchar una fuerte voz en su oído derecho, que le dice:

— ¡REGRESA!

En ese momento, Steven se despierta en la sala y ve el rostro de Anoralba, y le dice:

— ¿Cómo entraste?

— La puerta estaba desparramada e iba a la casa de Nelson, pero cuando vi la puerta así, me dio curiosidad y entre.

— Gracias por despertarme.

— No, yo no he hecho nada, recién entre.

— Y dices que la puerta estaba así.

— Si, hay que tener cuidado con los ladrones. No puedes dejar la puerta así.

Steven piensa:

"Otra vez, todo era muy real"

En seguida, Steven se levanta, y le dice a Anoralba:

— De nuevo gracias.

— De nada... ah, ¿ese vehículo que está al frente de la casa es tuyo?

— Si.

— Te felicito, está muy bonito.

— Gracias.

— Bueno, voy a ver que necesita la familia de Nelson.

— Espera, yo también voy.

En ese momento, Steven deja que Anoralba salga de la casa primero, para luego salir con su tapabocas puesto. Y camina hacia la casa de Nelson. Cuando siente mucho escalofrió por todo su cuerpo...

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.