8:43 am, después de recibir el año nuevo en casa de sus padres, Steven es despertado por su madre y Geraldine, quien le insisten para hacer un paseo de hoya. Aprovechando que tiene el carro.
En ese momento, Steven le dice a su mamá y a su prima:
— En realidad, todavía no estoy muy bien para andar en esas, además, mi papá no creo que vaya.
Geraldine le expresa a Steven:
— No seas aguafiestas primo, tú sabes que siempre se hace esto el primer año.
Steven se acuerda de Elena, y le dice a Geraldine:
— Pero eso fue hace mucho tiempo.
Clemencia no está muy convencida con el paseo que propone su sobrina, y le expresa a su hijo:
— No te preocupes hijo, tienes razón, nosotros no estamos para paseos.
Geraldine le dice a Clemencia:
— Pero tía, hoy es primero.
Steven se sonríe y le da un beso en la mejilla a su mamá, y también a Geraldine, diciéndoles:
— Ya me voy a casa.
Clemencia toca la frente y el cuello de Steven, y le dice:
— Estas bien de temperatura.
— Si, solo me duele un poco la cabeza.
Geraldine le expresa a Steven:
— ¿Puedes manejar así?
— Si.
Steven abre la puerta del frente, y antes de irse le dice a su mamá:
— Cuando despierte mi papá, le dices que yo después le llamo.
— Hijo, ¿por qué no te quedas un rato más?
— Tengo la necesidad de salir.
— ¿Cómo así?
— No sé, siento... no me hagas caso.
En ese momento, Steven se monta en su carro. Cuando Geraldine sale a la puerta, y le dice a su tía:
— ¿Qué le sucede a Steven?
— No lo se.
Steven enciende su carro y se va de la casa de su mamá. Teniendo por el camino una sensación que nunca había sentido junto con un dolor de cabeza. Cuando una señora de cincuenta y nueve años. No ve el carro de Steven y pasa la calle como si nada.
En ese instante, Steven ve a Lía en plena vía junto a una señora, y frena en seco.
Múltiples carros frenan antes de chocar con el vehículo de Steven. Y de inmediato todas las personas se ponen a gritarle. Cuando Steven se baja de su carro, y le dice a Lía y a la señora:
— ¿Están bien?
Lía le responde a Steven:
— Si.
Desconcertada y fuera de sí, la señora dice:
— ¿En dónde estoy?
De inmediato, la hija de la señora sale corriendo hacia la carretera en busca de su madre.
Steven mira a los ojos a Lía, y le dice:
— Te llame con el pensamiento.
Los carros comienzan a pitar desesperadamente. Cuando la señora es atendida por su hija, quien estaba mercando.
Lía le dice a Steven:
— Ve y orilla el carro, la gente está que se bajan a pegarte.
— Está bien, pero vamos... tenemos mucho que hablar.
Lía le hace caso a Steven y entra al vehículo de él. Y se orillan en la carretera.
Lía observa minuciosamente el carro, y le dice a Steven:
— ¿Como te sientes cuando entras y conduces este vehículo?
— Yo no quiero hablar de eso, yo quiero hablar de nosotros.
Lía se baja del vehículo y se va caminan. Cuando Steven también se baja del vehículo y la alcanza. Y la coge de sus dos mejillas, diciéndole:
— Ese beso que nos dimos fue inolvidable, yo no he podido olvidar eso.
— Steven, olvida que eso paso.
— Nunca, ¿cómo puedes pedirme eso?... no me mientas Lía, a ti también te gusto... di la verdad.
Lía no dice nada. Cuando Steven vuelve a besarla.
Después de volverla besar y volver a sentir algo inexplicable en todo su cuerpo, Steven le expresa a Lía:
— No quiero separarme nunca de ti.
Steven siente tanto amor por Lía, que se arrodilla en ese instante y ante la mirada de varias personas, le dice:
— ¿Te gustaría ser mi novia?
Lía se sonríe un poco, y le expresa:
— Levántate Steven.
— No voy a levantarme hasta que me digas que sí.
Lía vuelve a mirar el vehículo de Steven, y le expresa:
— Antes de responderte, tendrás que deshacerte de ese vehículo...
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Editado: 10.04.2023