Anteriormente:
Ambos llegaron a un pequeño local de comida el cual curiosamente estaba Max atendiendo el local como mesero.
—¿Pero qué…? ¿Qué haces aquí? —dijo Leum un poco póker al respecto.
—¿acaso no puedo trabajar en este restaurante, cabeza de hollín? —respondió Max con la misma mirada póker lo que hizo que Leum solamente suspire.
—Ok, ok. —Leum simplemente dejo pasar esto de lado como siempre lo hace y su mirada se estaciono en su madre —madre… ¿quieres algo?
Maydeline solamente observo con tranquilidad a su hijo mientras dejaba ir sus nervios, dejando verse la mejor versión de ella.
—Claro mi niño, veamos que podemos comer —dijo Maydeline con media sonrisa mientras era guiada por su hijo a la mesa.
Así ambos en la mesa empezaron a comer y conversar al respecto de muchas cosas que no pudieron decirse debido a las muchas inconveniencias que se presentaron, también sobre ciertas dudas que carcomían la mente del pelinegro.
—Ya veo, entiendo… pero hijo… ¿sabes que aguantar todos esos sentimientos para ti mismo solo causara más problemas a la larga entre ustedes? —termino preguntando Maydeline mientras acaricia la cabeza de su hijo con media sonrisa.
—¿entre nosotros? —pregunto Leum mientras movía el tenedor con leve nerviosismo.
—¿tú crees que ella no siente lo mismo que tú? Si se ve tan obvio —dijo Maydeline con calma, una sonrisa se va extendiendo por su rostro —Ustedes dos quieren uno del otro, te lo digo por experiencia.
—Yo… ¿debería darlo todo por ella? Ser sincero conmigo mismo es… —se cuestionó Leum mientras rascaba su cabello debido al nerviosismo.
—Yo te diría… que no te lo pensaras, ve y hazlo, lucha y dile lo que sientes por ella, porque si te quedas demasiado tiempo pensándolo, será demasiado tarde —respondió Maydeline mientras acariciaba los cabellos de su amado hijo.
—Yo… gracias madre —agradeció Leum mientras esbozaba una sonrisa en su rostro.
—Mmm, Mmm… ahora dejemos eso de lado, estamos disfrutando de un día juntos, tenemos mucho que ponernos al día —termino diciendo Maydeline mientras acercaba una cucharada de su plato a la boca con gran satisfacción.
Ambos asienten estando de acuerdo con disfrutar de este día.
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Ambos caminaban por las calles mientras por supuesto, Hiro traía varias bolsas… porque no, la madre observo algunas tiendas y empezó a comprar todo lo que observaba… haciendo que el chico suspiraba de dolores de cabeza.
—Fue un gran día… la pase genial contigo, hijo —dijo Maydeline con media sonrisa en su rostro, mientras Leum simplemente suspira dejando las bolsas de compras que traía en mano.
—Si madre, sobre todo en la parte de convertir a tu hijo en una mula de carga —refuto Leum con una cara de exasperación en su rostro.
Riendo levemente, Maydeline observo de reojo a Leum con media sonrisa en su rostro.
—Leum… deberías decirle todo lo que sientes a ella.
Leum al escuchar aquello solamente sonrió de lado —¡Entiendo madre, lo hare!
Maydeline simplemente asintió y tomo sus cosas para entrar a su casa, mientras Leum tomo su camino de regreso a su casa.
Estaba pensando seriamente en todo lo ocurrido, mientras llega a la casa y al abrir la puerta ve como Miriam lo estaba esperando con media sonrisa mientras terminaba de servir la comida
—¡Bienvenido Leum!, espero que hayas tenido un buen día —exclamo Miriam con una gran sonrisa
Leum solamente observaba levemente a Miriam para luego corresponderle la sonrisa —gracias por esperar, Miriam
Esta vez tenía el valor de declararse gracias a su madre… una madre como ninguna…
¿Pero será solo él?
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El descubrir de los sentimientos, ¡la confesión! (parte I)
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El mismo día en el cual Leum y Maydeline estuvieron en su salida de madre e hijo, Miriam estaba con Michelle, comenzando con el hecho de que estaba desayunando tranquilamente, aunque observaba como la chica simplemente desviaba levemente la mirada sonrojada.
—Michelle ¿Qué ocurre? ¿Aun te incomodo? —pregunto Miriam con media sonrisa leve en su rostro.
—¡No, no, no! ¡No es eso! —refuto Michelle rápidamente mientras un sonrojo de vergüenza se hacía presente en su rostro.
—¿Entonces? —pregunto Miriam mientras tomaba un jugo curiosa.
—Es solo… esto, no es nada —término diciendo Michelle mientras el sonrojo se hacía más evidente, mirando a otro lado.
Miriam simplemente entrecerró los ojos mientras observaba sospechosamente la actitud de Michelle, pero simplemente lo dejo pasar a favor de la comida que la estaba llamando con anhelo.
Conforme pasaba el tiempo entre ambas, más evidente se hacía notar ese extraño comportamiento de Michelle con Miriam, en un principio ella pensó que era por lo culpable que se sentía, pero mientras hacía labores en la casa de su reconciliada amiga, mas notaba esos reojos que le daba la rubia a su persona que se notaban eran diferentes, era como si quisiera grabar en su retina, toda su figura.
Se sentía extraña, pero no incomoda.
De hecho por un momento se había olvidado de que estaba en casa de Michelle debido a todas las actividades que realizaron juntas que se sentía a un día a día con Leum, cuando se dio cuenta de eso, observo también de reojo a la rubia.
Dándose cuenta de que Michelle también la estaba observando de reojo.
—Esto… ¿podemos hablar en mi habitación? —dijo Michelle con pena en su rostro, haciendo que Miriam levante una ceja debido a esa extraña petición.
—Claro, vamos —dijo Miriam aun tratando de entender a la chica frente a ella, que actuara tan extraña y que emanara las mismas vibras que Leum.