~Cap. 13~

Anteriormente:

—Max… —eran las pocas palabras que salieron de los labios de Aria.

—Aria… —fue lo único que pronuncio Max con tranquilidad, con una mirada neutra

Ambos se observaban por un largo tiempo el uno al otro, cuando Aria intento hablar otra vez, observo como Max caminaba más rápido hasta llegar frente a ella y… termino abrazándola.

Haciendo que los ojos de Aria se abrieran a lo grande por lo que estaba aconteciendo.

—tenia tanto tiempo sin verte, Aria —dijo Max con una diferente mirada, una más suavizada que simplemente hizo que Aria, no en el sentido literal, se derritiera y terminara por corresponder el abrazo de su viejo amigo.

—Max… en verdad eres tu —dijo Aria con una gran sonrisa en su rostro correspondiendo el abrazo.

—Si… soy yo —dijo Max separándose lentamente del abrazo con una mirada solemne en su rostro, haciendo que Aria se inquiete un poco más pero rápidamente Max la tranquilizo.

—Lo que sucedió aquel día… yo en verdad —intento explicar algo aparentemente pero Max coloco un dedo en los labios fríos de la chica.

—lo sé, en verdad que lo sé y lo entendí con el tiempo —dijo Max tranquilo con su mirada neutra —luego de lo sucedido, investigue más al respecto, todas aquellas pruebas ni siquiera existían pero aun así los aceptaron como si nada… además con el tiempo varios de aquella familia me contactaron intentaron que volviera pero no los acepte.

—¿Pero… por qué? Entrenaste tanto para ser el heredero y aun así… lo que nosotros hicimos —pero nuevamente las palabras de Aria fueron cortadas por Max que simplemente sonrió de lado, de las pocas veces que él se expresa así.

—lo se… y se los agradezco —respondió Max tranquilo mientras acariciaba la mejilla derecha de la chica —todo lo que sucedió aquellos días… y la frustración de aquel hombre que era mi padre… echándonos a mí y mi madre…  lo único que me arrepiento de todo esto, es que no pude verte más.

—¿Max…? —dijo Aria sorprendida pero lentamente se fue acercando a Max y este a ella, para terminar uniendo sus labios, y así atrayéndose más el uno al otro, fundiéndose en un apasionado beso que seguía subiéndose de nivel.

Cosa que de lejos era observado por todo el grupo que tenían sus mandíbulas directamente en el suelo del asombro que obtuvieron por todo lo que observaron.

—Max… ese Friki que apenas podía mirar a una chica… ¿ese Max está besando a la chica nueva? —dijo Antonnie completamente estupefacta por lo que presenciaban.

—Si… lo está haciendo —dijo Leum estupefacto.

—Esto es increíble… —comento Michelle aun aturdida por ello.

—ahora mismo tengo traumas… necesitare ir a un terapia —dijo sin más Paul aun mirando y presenciando pero tenía un rostro estupefacto.

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Luego de aquel beso, ambos se habían quedado dormidos recostados uno del otro con sonrisas en sus rostros, incluso saltándose las clases de la tarde, y es en ese momento que Leum que estaba frente a ellos dos simplemente agarro su celular y colocando una música rock le subió todo el volumen y se los acerco a sus oídos.

Así ambos despertaron asustados por lo ocurrido, aturdidos miraron a todas las direcciones buscando el origen de ese molesto ruido, y lograron atestiguar que frente a ellos dos estaba Leum con una mirada póker en su rostro.

—Entonces tortolos… ¿algo más que comentar? —menciono Leum con una mirada póker  en su rostro haciendo que Aria se sonrojara furiosamente y miro a otro lado rápidamente.

—Puedes irte al infierno —fue lo único que dijo Max pero tenía su rostro sonrojado completamente.

Solamente recibiendo la risa del pelinegro de ojos morados.

Mientras tanto, Maydeline caminaba con una mirada seria en su rostro, mientras el mayordomo que siempre seguía a la mujer, estaba preparando todas las armas de la mujer y guardándolas en un maletín especial.

—¿Segura de lo que estas por hacer, mi señora? —pregunto el mayordomo con seriedad mientras la mujer solamente asentía, todo mientras limpiaba levemente su traje de trabajo.

—Así es… por el bien de mi hijo y de estos tiempos de paz, tendré que parar a estos viejos estúpidos —aclaro Maydeline con seriedad, tomando el maletín con una mirada seria.

Ambos asintieron y salieron del edificio con una mirada llena de determinación.

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Los Winter’s 

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Era de noche, en el departamento de Max que simplemente tenía los ojos levemente cerrados, mientras piensa en todo lo ocurrido, tiene el fin de semana para pensar en esto, mientras recuerda perfectamente lo sucedido aquel día.

Sus ojos lentamente retrocedían al pasado, mientras estaba en aquella reunión donde todos aquellos vejestorios le apuntaron, donde obligaron a su padre a rechazarlo, y este sin casi oponer resistencia acepto, sintiéndose traicionado.

—En verdad ha pasado mucho tiempo —balbuceo Max mientras se relajaba, y cuando se disponía a seguir leyendo su manga favorito del mes.

Escucho como tocaban la puerta de su pequeño departamento, lo que hizo que el alzara una ceja extrañado por las altas horas de la noche.

«¿Quién podría ser a estas horas?» pregunto internamente Max mientras alzaba una ceja al respecto, luego de pensarlo un momento solo suspiro y se levantó.

Poniéndose unas pantuflas va con calma hacia la puerta, y mirando por la perilla de la puerta abre sus ojos a lo grande, rápidamente abre la puerta siendo recibido por una brisa fresca de la noche, pero inusualmente fría

Frente a él estaba Aria la cual estaba usando una campera con capucha ocultando su rostro con facciones finas, pero tenía una mirada de preocupación en su rostro.