-Tranquila amor, todo va a estar bien. - Emmett besaba mi cabello mientras yo aún no lo soltaba. Me aferré a él en el momento en que el balazo hizo eco en el bosque. Mi corazón palpitaba a toda marcha, mientras mis ojos aún no podían salir del asombro.
Royce se había suicidado.
-Todo terminó Rosalie. -Emmett me hacía entrar en razón pero yo estaba asustada. Aterrorizada por el hecho de que existía la posibilidad de que el amor de mi vida me fuera arrebatado de las manos. -Vamos a casa.
Emmett me motivó a caminar pero una mueca de dolor se posó en mi rostro al sentir la rama aún clavada en mi pie. Él al ver eso, me tomó en brazos y me acurruqué en su pecho. Sentí que caminaba lejos de ahí, dejando todo el pasado y el tormento atrás, enterrado en aquel bosque. De pronto caí en un sueño profundo.
No recuerdo que soñé pero si hay algo que no olvidaré. Ese fue el primero de mis sueños tranquilos, en donde no estaba atacada por lo que podía encontrar al despertar. En donde por fin pude sentir la paz al abrir los ojos y encontrarme al hombre que había salvado mi vida.
-¿Te traigo algo? - Emmett sonrió moviendo el pelo que tapaba mi rostro.
Me quedé mirándolo, o más bien, contemplándolo. Ya todo había terminado y podía tener una vida plena y feliz.
-Creo que te traeré un té...- Emmett se disponía a pasarse pero lo detuve.
-No...-supliqué - Quédate conmigo... quédate ahora... mañana... siempre.
-Sabes que no tienes que pedirlo. - besó mi frente - sería un estúpido si me alejara de ti.
Emmett se recostó a mi lado y me abrazó. Nos quedamos así mirando por la ventana un buen rato. Pude respirar tranquila al fin.
-¿Cómo...? ¿Cómo sabías dónde estaba?
-No lo se... Estaba a tres cuadras de la casa y necesitaba volver a despedirme de ti... Volver a tener un beso tuyo. Pero cuando vi la puerta abierta sabía que algo andaba mal. Fue puro instinto el llegar al bosque.
-Parece que siempre sabes como y cuando salvarme... - le sonreí.
-¿No has pensado que por alguna extraña razón... debamos estar juntos?
-¿Algo así como el destino?
-Si.. algo así.. Pero sabes... - me besó tiernamente - Sea lo que sea, agradezco que nos haya puesto a los dos en el camino del otro.
Nos besamos con pasión, dando comienzo a una nueva vida juntos. Una vida que nos traería grandes frutos, pues entre nosotros había amor. Verdadero y puro.
Royce fue encontrado por supuesto. Nadie supo de nuestra existencia en ese momento. Sólo recuerdo haber leído en algún diario que el hijo del gran jefe se había pegado un tiro en el bosque. ¿Los motivos? Dijeron que por la desaparición de su "amada" novia.
Emmett se rió a carcajadas del titular. Eso me encantaba de él. Cada día su sentido del humor me sacaba mínimo unas cincuenta sonrisas al día.
Ahora solo me restaba una cosa por hacer: Ser feliz.