Ya amo su risa.
P.O.V. NETHAN SCOTT.
-- ¡Quiero verte ya! -- grita mi dulce madre a través del celular. -- No me has dicho la razón por la que te fuiste a la ciudad, soy tu madre, lo tengo que saber…
-- Encontré a mi mate -- la línea queda en silencio -- ¿Mamá? -- me alejo del celular de la ojera, aún está en la llamada. -- ¿Mamá? -- ya me estoy preocupando.
-- ¿Cuándo pasó eso? ¿Quién es? ¿Pronto la conoceré? -- dejó salir un suspiro, casi me da un susto.
-- Es… que… ella es… es.
-- ¿Que? ¿Un Alpha?
No sé cómo se va a tomar la noticia de que mi mate es una humana, una muy hermosa que huele a melocotones.
-- Oh, vamos decirlo a nuestra madre, no le regalará, confia en mi -- dice mi lobo, Nick
-- Una… humana. -- la línea vuelve a quedar en silencio.
-- No creo que este muerta...
-- Y si lo esta será tu culpa.
-- Anda, échale la culpa a lobo. -- ruedo los ojos.
-- ¿Ya le dijiste lo que eres?
-- Pues…
-- Nethan.
-- Puede que hasta anoche hablé con ella.
-- ¿Anoche? Pero si te fuiste hace una semana.
-- Lo se, solo que no sabía cómo acercarme. Y anoche alguien la quería… -- con solo recordar lo de anoche mis dientes se aprietan.
-- ¿Pero esta bien?
-- Si. Solo que no sé cómo acercarme a ella.
-- Cariño, no sabes cuando me alegra que la encontrarás pero en estos momentos en peligroso estar en la ciudad para ti, sabes de los Alpha que quiere atacar a la manada solo por que dicen que tú padre es débil, pero se que quieres estar con tu mate, así que intenta acércate a ella, se tu mismo, el mismo chico que le gusta salir a correr, el chico inteligente y cariñoso, ella te amará así.
-- Si, pero me pongo muy nervioso a estar cerca de ella, ni pisar la cafetería donde ella trabaja puedo por qué mis nervios me ganan y me imagino lo peor -- mi madre ríe.
-- Si, dice que anoche ya hablaron, solo ve a la cafetería, tal vez ella se acerque a ti.
-- ¿Y si no lo hace?
-- Te acercas tu.
-- ¿Y qué le voy a decir?
-- Invitala a una cita.
-- ¿Una cita?
-- Si, Nethan, es esa en la que dos personas salen para conocerse, eso es una cita. -- ya me lo puedo imaginar rodando los ojos.
-- Lo intentaré.
-- Me despido, tu papá me busca.
-- Mamá, no me digas que te escápate de papá otra vez.
-- Entonces no te digo nada -- río -- Te amo, regresa pronto. -- cuelga.
***
Ok, ya estoy enfrente de la cafetería, sólo entraré, pediré un café y tal vez ella se acerca o sino yo lo haré. Dejó salir un suspiro y cruzó la calle, abro la puerta de la cafetería provocando que suene una campana, estúpida campana. Me hago el loco y me siento en una mesa cerca del vidrio y en la esquina.
-- Nunca te había visto por aquí, chico aguacate. -- lavanto la cabeza y la veo, tiene el cabello amarrado en una coleta alta y es de color café, sus ojos son negros, unos muy hermosos.
-- Nunca había venido -- digo sincero.
-- Entonces déjame decirte que tenemos un excelente café. -- me guiña un ojo y sonrió, en cambio ella no lo hace solo podría decir que tiene una sonrisa pequeña de lado.
-- Entonces quiero uno, con un pastel.
-- A la orden, chico aguacate -- da media vuelta, la veo alejarse hasta la detrás de la pequeña barra, apartó la mirada y agudizó mi oído mejor.
-- Es muy lindo -- escucho una voz chillona.
-- Lo acabas de ver -- responde ella.
-- Pero no le quita lo lindo, creo que le gustaste. -- hay unos segundos en silencio.
-- Lo conocí anoche. -- reprocha.
-- Te comía con la mirada, yo lo vi.
-- Déjame en paz ¿Quieres?
-- Eres mi amiga así que no.
-- ¿Desde cuándo somos amigas que no sabía?
-- Mejor me voy.
-- Gracias a Dios.
Sonrió, y dejó de escuchar, si madre supiera eso me regaña diciendo que es de mala educación.
-- Aquí tienes -- pone lo que pedí en mi mesa.
-- ¿Por qué no mejor te quedas conmigo? -- sonrió.
-- Chico aguacate esto en mi turno, uno que termina en una hora.
-- Soy paciente, puede esperar. -- me inclino un poco en la mesa y ella sonríe como anoche.
-- Entonces espera aquí… -- y con eso da media vuelta y se va. Con una sonrisa comienzo a comer.
Una hora y media después estoy en la entrada de la cafetería con la señorita, que por cierto no sé su nombre. Se despide de una compañera y se reúne conmigo, eso tal solo me hace sonreír y hacerme sentir único.
-- Ok, chico aguacate ¿Cuales son los planes? -- se cruza de brazos, ahora tiene un puesto un pantalón negro y una camisa ocre.
-- Bueno, podemos comenzar con que me digas tu nombre. -- sonrió y ella también, tres sonrisas van.
-- Soy Joseline.
-- Nethan.
-- ¿Cómo es que no te había visto por aquí?
-- No soy de aquí, solo estoy de paso. -- ella eleva una ceja, yo no puedo hacer eso.
-- ¿Y de dónde eres?
-- Fuera de la ciudad. -- ella se me queda viendo y eso me pone nervioso -- ¿Y a dónde te apetece ir, Joseline?
-- Mmm… sorpréndeme.
Le tomo la mano, y la llevo conmigo, fue un impulso pero no se aleja, punto a mí favor. Menos mal.
-- Espero que no le tengas miedo a las motocicletas -- le digo cuando llegamos donde la había dejado.
-- Nunca me he subido a una.
-- No te votaré -- sonrió y ella rueda los ojos, le pasó el casco y se lo puso.
Me subo y le ayudo a ella, se apoyó en mis hombros, escucho que ríe y sonrió por ello. Pone sus pequeñas manos en mi cintura, arrancó un poco rápido, provocando que ella me rodee con los brazos y pegue su cabeza en mi espalda. Sonrió y arrancó hacia la feria.
Llegamos, ella se baja y me pasa el casco cuando me bajo, ella mira con curiosidad a su alrededor.