Un beso y un sangrado de nariz más un segundo ataque.
P.O.V. JOSELINE HERNÁNDEZ.
-- ¡Eso es malo! -- recalca él por quita vez y yo ruedo por quita vez los ojos.
-- ¡No! Lo importante aquí es que amamos al protagonista.
-- Pero lo que hace es malo. ¿Acaso amaría a alguien así?
-- Shh -- lo señaló con el dedo -- Calla.
Él sonríe y eleva un poco la cuchara.
-- Lo que la señorita diga.
Estamos en mi pequeño departamento, en el sillón, él sentado con mis piernas en su regazo, yo como cupcakes de fresas y él helado, cosas compradas por él.
-- ¿Por qué no fuimos al cine? -- pregunta.
-- Por que de lo que va de la película, hemos hablado. -- él ríe. -- Nos hubiera echado del cine.
-- Más con tu risa escandalosa.
-- ¡Mi risa no es escandalosa! -- le golpeó el hombro y él sólo rió más. -- Es una hermosa melodía.
-- Lo que tú digas. -- ruedo los ojos.
-- Para la próxima no te abro la puerta -- él ríe.
-- Oh, claro que lo harás.
-- No. -- termino mi cupcake.
-- Claro que si, por que sino no hay más cupcakes de fresa. -- se encoge de hombros.
-- Erso es un chantaje. Pero lo aceptaré.
-- Ha sido grato ver una película y media contigo, pero es hora de marcharme, ya es de noche. Además mañana tengo que salir -- levanta mis piernas para poder levantarse él -- Prometo venir mañana.
-- Mañana tengo clases. -- hago una mueca.
-- Pero si quieres ser alguien en la vida, la debes terminar.
-- Qué filósofo de tu parte. -- ambos reímos.
-- Me voy antes que se haga más tarde. Iré a recogerte mañana después de tu trabajo.
-- ¿Llegarás a tiempo?
-- Siempre llego a tiempo.
-- Mañana salgo a la media noche -- hago una mueca.
-- Con más razón de ir a recogerte.
-- Lo que tú quieras. -- me levanto y lo acompañó a la puerta.
-- Quiero hacer algo antes. -- dice nervioso y yo lo miro confundido.
-- ¿Qué cosa? ¿Algo malo? Desde ya te digo que si quieres matar a alguien no te ayudaré a esconder el cadáver, me da miedo ver uno. Matarlo, tal vez te ayude, pero hasta ahí son mis límites -- él ríe.
-- No es eso.
-- ¿Entonces que… -- no termino de preguntar cuando él me toma el rostro con sus manos y acerca sus labios a los mío.
¿Qué?
¿Me está besando?
No alcanzo a seguirle el beso cuando se separa y sale de mi departamento cerrado la puerta detrás de él. Me quedo parada ahí mismo, mareada con lo que acaba de pasar.
-- Mierda -- llevo mis manos a mi rostro. -- Él acaba de besarme.
Dios, ¿Por qué? Es decir, no soy una gran chica, yo pensé que solo quería que fuéramos amigos o eso quiere. Bueno, si eso quisiera no me hubiera besado.
Caminó hasta sentarme en el sillón. ¿A mí me gusta? Bueno… es un chico lindo, tierno e inteligente. Va a traer a mi trabajo y a veces a la escuela, es lo que ha hecho estas dos semanas. Entonces puedo decir que eso quiere. ¿Pero yo? A penas se que quiero para la hora de cenar. Él… es un gran chico.
-- Dios, nadie me había besado nunca.
Siento un líquido recorreme los labios, llevo una de mis manos limpiador, cuando la alejó para ver, noto que está manchada de sangre.
-- Mierda. -- me levanto del sillón y voy al baño que está en mi cuarto, bueno, es el único baño. Así que Nethan ya ha visto mi cuarto.
Enciendo la luz y con papel higiénico me limpio, la sangre es poca. Odio que me pase esto, y lo peor es que los doctores dicen que es algo normal. También los odio a ellos.
-- Maldito Nethan por besarme y maldita nariz por sangrar.
***
-- Joseline, puedes irte si quieres, yo soy la castigada. -- Susy hace una mueca.
-- No te preocupes, no me han venido a recoger -- echo un vistazo a la ventana de cristal, sin señal de Nethan.
-- Uh, ¿Como te va con ese chico? -- termino de arreglar las sillas.
-- Bien.
-- ¿Solo bien? -- asiento con la cabeza confundida. -- Oh, vamos, con solo verlo eso está más que bien.
-- La cosa es con él, no contigo.
-- Vamos, dime, ¿Ya se acostaron? -- no digo nada, camino a la cocina pero escucho su suspiro. -- ¡Una amiga no haría eso!
-- ¡¿Y quien dice que somos amigas?! -- ella no dice nada y presiento que a rodando los ojos. Tomo las bolsas de basura para sacarlas. Son dos, menos mal sacaron las más pesadas antes.
Dejó las bolsas a un lado del contenedor, que está lleno, miro el callejón, del otro lado se puede ver a un hombre, alto, va con una capucha y no puedo verle el rostro.
Un escalofrío recorre mi espalda, con algo de miedo entró de nuevo a la cafetería en la parte trasera, cierro con llave. Regreso otra vez con Susy, que ya se está poniendo su chaqueta.
-- ¿Nos vamos?
-- Ah, si. Vete tú, veré si llamo a Nethan.
-- Ok, adiós -- sacude su mano y sale de la cafetería, echo un vistazo a donde había visto al hombre pero ya no está.
¿Ya me estoy imaginando cosas?
Busco mi celular en mis bolsillos hasta que lo encuentro, llamo a Nethan, es el primer contacto que me aparece.
El celular suena pero nadie contesta, cuelgo y vuelvo a llamar, lo hago unas tres veces más y nada.
Tal vez se durmió, es ya de noche, no lo culparia. Además es el único chico que se ha preocupado por mí y me gusta. Puedo decir que tal vez me gusta… solo tal vez. Todavía no está confirmado. A él parece que le gusto más después de ese beso, quién lo dudaría después de ese intenso beso.
Dejó salir un suspiro y me pongo una chaqueta por el frío que está haciendo afuera, tomo mi pequeña mochila y salgo de la cafetería, cerrando la puerta con llave.
Volteo y veo al mismo hombre ahí, mierda, esto ya da miedo, con cautela me dirijo al lado contrario de donde está, prefiero caminar una cuadra más que pasar enfrente de él.