Antes que nada iba a tomar una larga ducha, estuve dos días sin bañarme me siento mugrienta, además Dylan tiene un super olfato, no puedo permitirme que me huela así.
Subí hasta mi cuarto, tome ropa limpia, mi toalla y entré a bañarme
Pov Dylan:
Mientras me reía de cornee por su hermosa cara cuando espera un beso de mi parte ella se fue, ni idea de dónde pero su cara toda roja era tan tierna casi me da rabia que otros puedan verla ruborizada.
Lo se soy un tanto posesivo pero no me molesta en lo mas mínimo, es más ella debería estar contenta de que sea celoso con ella, los gatos celamos lo que es nuestro nos molesta que otros la impregnen con su olor. Ah eso si que me da ira, porque tiene que tener el olor de otro, solo tendría que tener mi olor y fin, a veces me da ganas de abrazarla y que mi aroma se le pegue tanto que nadie se le acerque de nuevo-suspiro- tendré que aguantar después de todo es una hechicera y yo soy gato, no nos llevamos... Debería ponerme a intentar averiguar por qué motivo estoy aquí..
Fui en busca de la manada ellos seguro que sabían, era imposible que no sepan más tratándose de mi que soy el futuro líder de ellos
(...)
por desgracia, al primero que vi, no era justo quien tenía en mente.
—Leila ¿sabes por que motivo estoy aquí?
—Claro —furnció el ceño —¿Por qué?
—Necesito que me digas, sinó para qué te preguntaría.
—Lo siento, no te diré —Rió.
—¿Porque no? —empecé a molestarme.
—¿Qué obtendré a cambio?
—Nada —respondí con asco
—Ves, por eso no te diré —sonrió —A y no te gastes preguntándole a alguien más, ya sabes ellos son inferiores y este tipo de cosas no las saben.
Lo que me faltaba... y ¿ahora que hago?
—Te desprecio —sonreí con sarcasmo.
—Suelo causar eso en las personas, ahora,¿quieres saber o no?
—Si, más que querer es una necesidad.
—Lo único que quiero es que seas mi esclavo por un día.
—¿Qué?
—Simplemente, lo único que tienes que hacer, es obedecer mis ordenes sin cuestionarlas sea lo que sea —rió con picardía.
—De-
—Espera —interrumpió Cornee.
Leila se puso roja de la rabia.
—Yo se por que estas aquí y ya te lo he dicho. No necesitas hacer nada que ella te diga —se quejo.
—¿Enserio?, no lo recuerdo.
—Ash eres ... —Leila se abalanzo sobre la hechizera y empezó a golpearla.
Mi mandíbula se tensó, tomé del pelliejo a quella gata callejera y la lancé contra la pared.
—¿Estas loca? —grité —En cuanto vuelvas a hacer eso yo mismo te ejecuto —estaba furioso, honestamente no entendía por que estaba tan lleno de rabia solo ocurrió así sin mas, sin poder pensarlo ni controlarlo.
—Eres una asquerosa y horrible hechicera —grito Leila mientras se iba apresurada.
—¿Estas bien? —le pregunte mientras la ayudaba a levantarse.
—Si eso creo —se quejo —toco su mejilla y cuando miro su mano pudo ver una mancha de sangre en ella.
—Si lo siento te ha rasguñado —no podía explicar el por qué pero me sentia muy culpable.
—Por estas cosas te das cuenta lo gata que es.
—Déjame curarte eso —reí
La tome de la barbilla y lamí su mejilla.
—¿Eh? eres un asco Dylan —gritó histerica mientras con el puño de su manga se limpiaba.
—Solo es una lamida que tanto.
—Para ti sera normal, para mi no lo es —se quejó.
—Sh... que gracias a eso no te quedara ni una mínima cicatriz.