—Si, y mi condición es que no me molestes por una semana, ¿es eso posible ?—suplico.
—Yo nunca te molesto —respondí pensativa.
Flashback..
—¡¡Francis!!, Traedme el desayuno, hoy no quiero bajar.
—Como desee princesa.
...
—¡¡Francis!!, mi ropa se arruino arréglala, por favor.
—Como desee princesa.
...
—¡¡Francis!!, no me agrada la cena prepararme algo mas rico, por favor.
—Como desee princesa.
- ¡¡Francis!!, cierra la puerta.
- ¡¡Francis!!, tráeme agua.
-¡¡Francis!!, rompí ese jarrón que parecía súper valioso ¿qué hago? ¡AYUDAME!
- ¡¡Francis!!, llama a Ryan.
Fin flashback
—Bueno tan vez un poco —reí —Trato, no te molestaré por una semana.
—Esto es memorable, déjame grabarte —tomando una grabadora —repite por favor .
— Yo Mérida Alex Rinser, no molestare a Francis por una semana.
—Perfecto, ahora ¿Qué hago? —respondió guardando aquella grabadora que vaya uno a saber de donde la sacó.
—Necesito que le desbloquees la memoria a alguien.
—Lo siento no se hacerlo —hablo serio.
—¿¡Que!? —dije desilusionada, seria, molesta y confundida.
—Era broma —comenzó a decir mientras se reía de mi reacción.
—Oh si Francis, muy gracioso, muy gracioso —respondí sarcástica.
—Lo se, bien dime donde esta aquel chico.
Pov Cornee:
*plop*
Se escucho como si una gota de agua hubiese caído al suelo
—Es el espejo —dijo rápido Diana
Saque el espejo de mi bolsillo y si, Mérida estaba del otro lado de el.
—Hola —dije confundida.
—Hola, convencí a Francis, así que no te preocupes Dylan estará todo acaramelado y mimoso en muy poco tiempo, volverá a ser tu amado Dylan.
—¿En serio? ¡Genial! no puedo esperar —exclame tan feliz que casi se me cae el espejo de la mano.
—Tranquila —río Mérida —deja el espejo en el suelo unos segundos —pidió amable.
—Claro —apoye el espejo sobre el suelo y me aleje, este comenzó a brillar y de la nada Mérida junto a Francis estaban en frente nuestro.
—Ahora, ¿Dónde esta Dylan? —sonrió Mérida.
—Ni idea —agache la cabeza —Pero - recordé —Tengo algo que me puede ayudar.
Usando un poco de magia traje al reformatorio la rosa azul que una vez Dylan me regalo. Aquella que me iba a ayudar a encontrarlo siempre que lo necesite.
—¿Eso va a ayudarnos? —señalo Ryan desconfiado.
—Si —afirme —es una rosa mágica que nunca muere, y que él me regalo.
—Si tu dices que sirve yo te creo —afirmo Diana.
—Gracia - Sonreí.
—Yo te creo ya que las conozco —afirmo Francis.
Francis tomo la flor y en unos segundo esta ya nos estaba guiando hacia Dylan.
No es justo yo tarde banda en hacer que haga algo esa flor no me quiere.
—¿Puede ser que este ahí adentro ? —hablo Francis señalando a el cuarto de castigos.
—Si, es probable —dije temerosa.
—Entonces, debemos esperar —hablo Francis mientras se detenía.
Por mi parte me acerque a aquella puerta, puse mi oído pegado a ella.
—Aléjate de Cornelia Webster
—Ella se me pega, cuantas veces vamos a repetir lo mismo —distinguí la voz de Dylan.
*golpe*
—Ella es nuestra y no nos la robaras, ya ella notara el desperdicio de gato que eres y se olvidara de ti, dejándote solo y abandonado en un callejón de por ahí.