Mi gato

Capítulo 55: Cambio

Dylan me estaba besando muy apresurado, apasionado y brusco. Me hacía acordar a la vez que... o no.

Él comenzó a meter la mano por debajo de mi remera y lo detuve.

—¿Qué haces? —pregunte nerviosa.

—Anda déjame —pidió suplicante con sus ojos gatunos.

—¿Pero qué dices? ¡No! —exclamé molesta.

—Anda nena, no me dejas hacer nada —dijo molesto y tumbándome en la cama.

—Dylan te dije que no —grite asustada, obvio él tiene mas fuerza que yo.

—Shh — chito en mi oído.

Dylan comenzó a besar mi cuello y su mano cada vez subía más

—Sebastian ayúdame —supliqué en mi mente.

A los segundos mi singapura entro brutalmente al cuarto y sacó a Dylan de arriba mio.

—Cornee ¿Estas bien? —hablo confundido.

—¿Qué te pasa gato mugroso? —Le gritó Dylan. —Corne tienes que perdonarlo, no es algo que pueda controlar —Lo defendió.

—Ya es suficiente —Dije asustada y molesta.

Con miedo de que Dylan vuelva a zarparse en lo que quedaba del dia lo encerré en el baño.

—Te quedas ahí y te tranquilizas sucio pervertido —grité histerica.

—Ábreme ahora Cornelia, no estoy de humor.

—Yo tampoco y, por tu culpa, llegare tarde a la clase.

—Abre, es la última vez que te lo pido amable —masculló.

—Jefa no le parece muy cruel —susurro Sebastian.

—Nada es cruel despues de su accionar.

—Como diga, yo estoy de su lado, ya sabe —Rio. —Aunque no pensé que usted no quería que el señor Dylan.. ya sebe, la haga suya.

—Hay cállate Sebastián —dije avergonzada.

—Con que si —rio con picardía.

Nos fuimos a clase dejando solo a Dylan.

—Cornelia —me gritó la directora desde afuera del aula.

—Si —me pare apresurada.

—Ven conmigo ahora mismo —ordenó.

—Si —volví a hablar.

La directora me llevo hacia su despacho.

—Siéntate —Habló una vez adentro.

Asentí con la cabeza y me senté en la silla que me dejaba al frente de ella.

—Note que andas mucho con el Asqueroso Gato.

—¿Dylan? — cuestione.

—El mismo —rio —Sabes que los amores entre diferentes criaturas no esta permitido, Verdad. Exceptuando, claro está, si es una pareja Mate.

—Lo se —hable más nerviosa.

—Entonces aléjate de esa gato —ordenó.

—No

—Disculpe.

—No quiero alejarme de Dylan lo amo y haría cualquier cosa con tal de estar a su lado —no se de donde saqué la confianza y la fuerza para hacerle frente.

—¿Acaba de negar una orden?— gritó.

—Aparentemente, si —me levante desafiante de mi asiento.

—Perfecto —carcajeó con malicia.

—¿En serio?...

—Entonces a partir de este momento serás una de ellos a ver que tal te va —luego de decir eso se escucho un trueno y la sala tembló.

La mire confundida —¿uno de ellos?.

—Puedes retirarte —volvió a hablar.

Asentí confundida y salí de aquella tenebrosa habitación.

...

Decidí ir a mi cuarto a ver como estaba Dylan. Pero me lleve una sorpresa cuando la puerta estaba abierta y el baño vacío.

Corrí lo mas rápido que pude hasta el comedor ya que era la hora del almuerzo y lo vi, parado como estatua con los puños apretados y la mandíbula tensa.

—Dylan —hablé molesta.

—¿Cornee? —me miro confundido.

—¿Cómo saliste del baño?.

—De la nada la puerta se abrio.

—Que extraño.

—¿Te encuentras bien? —me pregunto nervioso y agitado.

—Si Porque, Miau, preguntas —al escuchar mi miau tape rápido mi boca y abrí los ojos asombrada.

¿Yo dije miau? ¿eso se me escapó a mi?

—¿A qué vino eso? —se acerco a mi.

—La verdad es que no -miau- se — volví a tapar mi boca.

Laila extrañada miró para donde estábamos.

—Puedo distinguir los olores —hablo conteniéndose Dylan.

—¿Miau? <<que>> —intente hablar.

Laila más segura se acercó.

—Dylu —dijo mientras se contoneaba al rededor suyo.

Dylan solo gruño con sus ojos clavados en mi.

—Jefa porque puedo oler —vino sudoroso Sebastian.

Lo miré aterrada.

—Ya no eres mi jefa —dijo asustado y olisqueando.

—Cornellia ¿Qué significa esto? —Dylan estaba muy tenso.

—Miau.

—¿Cornee eso son orejas? —me pregunto Sebastian.

Lleve rápido mis manos a ellas para poder comprobarlo.

—Tengo que irme de aquí —hablo muy agitado Dylan.

—Porque nene quédate conmigo, vamos a divertirnos, se que quieres, no entiendo porque te limitas por esa tonta. —Hablo Leila muy cerca de sus labios.

Llena de rabia me acerque a ellos y tome a Dylan del brazo, le gruñí a Leila, y me fui arrastrando a Dylan que se estaba muriendo de los nervios y las ganas de poner mano sobre Leila.

¿Con uno de ellos se refería a ser un Gato?. Esto es malo no se como controlar esto, ya ni puedo hablar sin Maullar... ash te odio directora.




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