Mi gato

Capítulo 58: Perdón

Cuando desperté de aquella larga siesta, el cuarto estaba oscuro, ya no entraba luz por la pequeña ventana y Dylan estaba aun durmiendo a mi lado.

Se ve tan tierno, podía sentir su cálida respiración y su brazo rodeando mi cintura.

Enserio quiero salir de aquí y que todo este bien ... Dicen que después de la tormenta sale el sol ¿no?, espero que la tormenta acabe pronto y nuestro sol salga rápido.

Dylan dio un suave ronquido, fue demasiado hermoso, sin pensarlo lo bese. Él me acercó mas a su cuerpo y intensifico el beso.

Tenía miedo, miedo a que todo sea una mentira, un sueño y que desaparezca. Estos son los momentos en los que de verdad aprecio estar con él y pienso en no rendirme, en que si es por él puedo hacer todo y más, hasta aguantar ser un gato con todo lo que ello conlleva, como por ejemplo, el dolor de mi cuerpo después de la transformación.

Dylan metió la mano por debajo de mi remera, apretó mi hombro y lo araño.

—Ah.—Gemí de dolor.

—Lo siento, lo siento.—Se disculpo mientras se incorporaba rápidamente.

Él prendió la luz, me volteo asustado y corrió mi remera para ver la herida que me causo.

—Soy un estúpido —Gruño.

—No te preocupes, ya ni duele —Mentí.

Me miro enojado y pico con su dedo mi herida.

—Auch —Me queje.

—Con que no dolía ¿no? —Hablo enojado.

—No te preocupes, enserio. 

—Tendré mas cuidado desde ahora. —dijo para si mismo.

—Ya, dije que no es nada —Sonreí.

Me tomo de los hombros fuertemente impidiendo mi movilidad y lamió mis heridas.

—No hagas eso —Intente soltarme de su agarre.

—Es por tu bien, no quiero que se te infecte y menos si yo fui el estúpido.

Tocaron la puerta.

Antes de que nos dieran tiempo de siquiera movernos Dean la abrió brutalmente.

—Cornee olí tu sangre est- Se detuvo al ver mi herida en la espalda —Eres un maldito —Gruño.

—Cállate, no tienes ni idea de como me siento con todo esto —Hablo enfurecido.

—No sabes cuidarla, no la mereces.

— ¿Y tu si? — Respondió Dylan de forma agresiva.

—Yo no la lastimaría, jamás podría arañarla como tu gato asqueroso.

—Mejor vete Dean, él no lo hizo a propósito —Intente calmar las cosas —Ni me duele — Sonreí —Vete, por favor —Suplique.

Dean sin decir nada dio media vuelta y se fue apretando los puños.

—Perdóname —Susurro en mi oído.

—Estas más que perdonado, no te preocupes.

Dylan me miro con tristeza, me paso mi remera y con mucho cuidado de no tocarme se levanto para irse.

—Espera —Dije tomando su mano —No te vayas.

—Lo siento, por hoy ya estuvimos mucho tiempo juntos y mira lo que hice.

—Pero ¿te olvidas de la situación de Leila?.

—No me olvido pero, ya entro en su cuarto día, ni se siente.

—¿Ya son pasada las doce? —Cuestione asombrada mientras buscaba mi móvil para ver la hora.

—Si, en un par de horas nos vemos —Sonrió forzado y se fue.




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