Mi gato

Capítulo 59: Una vez más

Dylan con la excusa de que me lastimo cada vez está mas distante conmigo, ¡Dios! ¿no entiende que no me molesta?, ¿ No entiende que igual lo amo?. Cada día me exaspera mas.

—¡Mocosos! —. Entro gritando el profesor que nos hizo correr la semana pasada en el bosque. —¡Todos afuera! —Señaló la puerta —¡Resistencia!

Acaso eso es lo único que vamos a hacer en esta materia —Me quejé por lo bajo.

—¿Algún problema?— Me inspeccionó con la mirada —, señorita gata falsa —Agregó con diversión.

—Ninguno —Respondí temerosa ¿Me dijo gata falsa?

Todos nos paramos, algunos divertidos y otros, como yo, con miedo. Nos dirigimos al bosque el profesor dio la señal de salida y todos comenzaron a correr.

Comencé a correr mas rápido de lo yo creía y recordaba que podía, supongo que se debe a esto de ser gata. 

—Shsh —Escuche al igual que la otra vez.

Frene asustada y ahí estaban, esos mismos ojos rojos mirándome desde afuera del camino.

—Sabia que eras tu —afirmo en mi mente. —Ese olor no le corresponde a cualquiera —siguió.

Lo mire extrañada, como era que podia hablar en mi mente.

—Paso tanto tiempo —Volvió a hablar.

—¿A que te refieres? —. Lo miré extrañada.

—¡Cornlia! —Escuche un grito.

Me gire pero no vi nada, el bosque desapareció y solo podía ver esos ojos rojos.

Pov Dylan:

Cuando el profesor dio la señal de salida no se como Cornelia salio a una velocidad increíble, nunca vi a alguien que pudiera ir a esa velocidad, me sorprendió.

Ella se habia adelantado bastante, pero cuando la encontré estaba parada con los ojos en blanco, grite su nombre, ella giro y luego cayó desmayada.

Fui hacia ella y la tome en mis brazos. Asustado, corrí lo mas rápido que mis piernas daban hasta el despacho de la directora.

—Necesito pasar —Hable apurado, impaciente.

La puerta se abrio.

—¿Qué sucede? —Respondió con la mirada en unos libros.

—No se, ella de pronto se desmayo.

Levanto la vista, bajó un poco sus gafas y noté algo de preocupación en su rostro.

—¿Dónde estaban?.

—Estábamos en el Bosque. Ella, como nunca, fue la primera en salir y la mas rápida, cosa que me resulto muy extraño.

—¿Había alguien con ella? —Puso sus manos en la frente de Cornee.

—No que haya visto —Respondí nervioso.

Ella se puso pálida y saco rápido sus manos.

—¿Qué sucede? —Cuestione asustado.

—Nada bueno esto, es culpa de Marcus —Suspiro.

—¿Marcus?.

—Un vampiro, uno de los mas fuertes que he visto, no es un repudiado, pero viene aquí a buscar victimas —la miró —Esta vez encontró algo mas valioso —Volvió a suspirar.

—¿Mas Valioso?, ¿qué quiere decir con eso? 

—No puedo decírtelo, por ahora ella esta bien... por ahora.

Con un poco de magia creo un cuarto de enfermería,  señaló y me pidió que la recostara. Llamo a unos doctores que rápidamente aparecieron en aquella sala, le pusieron suero, le sacaron sangre y por algún motivo ataron sus pies a la cama.

—Vete, sigue con tus clases —Ordeno.

—¿Cómo espera que siga con mis clases si no se que es lo que tiene?, no puedo dejarla sola, lo siento pero yo no me voy de aquí.

—¡Usted se va a sus clases! —Hablo demandante.

—Ya dije que no, la amo y no pienso dejarla un segundo sola —Me senté al lado de la cama donde ella se encontraba —¿Nunca sintió preocupación por nadie en su vida?

—¿Tanto se quieren? —evitó mi pregunta algo molesta.

—Más de lo que sus mentes pequeñas y cerradas comprenderían. Aunque tenga que aguantar mil castigos mi amor por ella va a ser el mismo.

La directora suspiro y me dio permiso de quedarme.




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