Cornee Sonrió.
—Enserio —Volteo a verme muy contenta.
—Nunca te mentiria —acaricie su mejilla —Ahora vamos tenemos que buscar a un hechicero de 190 años —Suspire cansado.
—Lo hallaremos, ya veras —Volvió a sonreír —No dejes que ese monstruo siga causando daño, si es necesario... —Callo por unos segundos —... ¡Matame!.
—¿Qué? ¡Nunca haría eso! —Hable molesto.
Ella bajó la mirada.
—Vamos, tenemos que apresurarnos —Tome la mano de Cornee —Por cierto, ¿Sabes llegar al bosque de las hadas?.
—No ¿¡Existe un bosque de hadas!?.
—Claro —Reí por su reacción —Tendremos que averiguarlo, pero, primero salgamos de aquí.
Asombrosamente no tuvimos problema alguno para salir de aquel horrible lugar, siento que el castigo será horrible, ya lo estoy sintiendo mentalmente.
~¡Dylan concentrate! —Hablo mi conciencia.
Ya estando fuera nos encontramos con un transformador, si se preguntan ¿qué es? , es un demonio, que se come a los humanos para robar su apariencia.
—Dylan, ¡Cuanto tiempo! —Me saludo, ¡Si!, éramos conocidos.
—Y ¿Hoy como te llamas? —Lo burlé, ya que siempre tiene otra apariencia.
—Dave, hoy soy Dave —Río.
—De casualidad, ¿Sabes como llegar al bosque de las hadas?.
—¡Claro!, aunque no quedan muchas, hace diez años los humanos hicieron una masacre con ellas, dicen por ahí que la princesa Annia sobrevivió y esta buscando a mas para poder reconstruir el reino que antes era.
—Genial, y ¿Como llego? —Ignore su trágico comentario.
Luego de una larga explicación y el dibujo malísimo de un mapa con Cornee sonreímos, nos despedimos y comenzamos el viaje.
Cruzamos la ciudad y llegamos a un pueblito que por algún motivo estaba vacío.
—Esto me asusta —Cornee se acercó a mi.
—Todo esta bien —sonrei —Tranquila —tome su mano.
Comenzamos a adentrarnos en aquel pueblo y el aire se hacía cada vez más espeso.
—¡Cornee agachate! —Grite.
Ella me miro confundida, la abrace asustado y flechas se clavaron en mi espalda, pude escuchar como se acercaban gracias el sonido que hicieron al cortar el viento.
—¡Dylan! —Gritó Cornee desesperada.
—Todo esta bien, esto no es nada —estaba comenzando a nublarse mi vista, Conee me miraba con esos tristes ojos llorosos sin saber qué hacer.
—Ayudame amor —Hable tranquilo —Sacame las flechas.
Ella con pánico asintió con la cabeza y suavemente comenzó a sacarlas, obviamente dolía como la gata madre, pero tenia que aguantarlo, no queria que se preocupara más de la cuenta.
—Lo siento —afligida sorbió por su pequeña nariz
—No es tu culpa —Sonreí.
—Si lo es —Comenzo a llorar.
—Ayudame a pararme, por favor —Hable dulce —Tenemos que buscar a esos malditos —me encontraba molesto, por su culpa Cornee se siente culpable.
Agudice mi olfato, pero todo lo que lograba oler eran cadáveres y sangre. Algo en este lugar era muy extraño y me da mala espina.
Cornee comenzó a respirar agitada, la mire preocupado, temía que la bestia tomara el control sobre ella.
—Ven —sonrei, ella tomo mi mano y la apretujo —Tranquila, saldremos de esto, intenta resistirte a ella ¿si? —La abrace.
—Si, lo estoy intentando —me abrazó de vuelta.