¡Si! queridos lectores, hoy doble actualización y se preguntarán ¿por qué? y la respuesta es algo triste, hoy, en este momento estan comenzando a leer el ultimo capitulo de esta novela, espero la hayan disfrutado. Muchas gracias por leer, comentar y regalarme todo su apoyo.
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—No, podemos, debemos seguir nuestro camino— habló Cornee.
—Anda pero mira que no puedes caminar, ¿harás que él te lleve todo el camino hasta que seas capaz?
—Tienes razón —Ella agacho la cabeza —Quedémonos entonces —me miró.
La mire con aprobación y comenzamos a seguir a Annia hasta su mundo escondido.
Nos guió hasta una cápsula que está entre las ramas de los árboles, todo estaba sobre y entre los árboles, nada tocaba el suelo.
—Esta será su habitación, y tranquilos no se caerá ni con un tornado— rió — siéntanse como en casa.
Lo único bueno que tenía esa cápsula era que estaba bien apartada del resto.
Subí, aun con ella en brazos algo temeroso puse un pie dentro de aquella extraña habitación. Para mi sorpresa estaba bien firme.
—Bien, descansen —Annia nos saludó, rápidamente se fue y un silencio se apoderó de aquel amplio lugar.
Yo me encontraba concentrado mirando la seguridad de aquella cápsula y Cornee de golpe giró mi rostro y me beso.
—Gracias —susurró apenas separando nuestros labios.
—No es nada, solo quiero asegurarme de que no se caerá esta cápsula.
—No me refiero a eso —sonrió
—Entonces ¿A qué te refieres?.
—Me refiero, a que eres super bueno conmigo, a pesar de todos mis problemas sigues estando al lado mio, me soportas y me cuidas. Nadie mejor podría haber entrado a mi vida —sus ojos se pusieron cristalizaron —Eres todo y más de lo que merezco y me haces muy, pero muy feliz. Gracias por no abandonarme, te amo.
No se quien iba a llorar primero si ella o yo por las lindas palabras que me estaba dedicando.
La bese sin pensarlo —Yo te amo aún más —respondí cortando el beso, acomode su suave cabello por detrás de su oreja y luego acaricie su mejilla.
Cornee me miro a los ojos tiernamente, bajo su mirada a mis labios y me beso nuevamente pero más apasionada.
Nos recostamos en la cama sin dejar de besarnos y ella con sus manos me dio a entender que quería que me quitara la camiseta.
Escuche cómo las palpitaciones de Cornee se aceleraban y su respiración comenzó a ser agitada.
—¿Estás segura de esto? —hable también algo agitado.
—¿Por qué no lo estaría?, eres la persona que amo y con la que quiero estar el resto de mi vida, además ya va a ser un año desde que nos conocimos y desde ese primer momento me hiciste feliz.
Cornee volvió a insistir para que me quite la camiseta y yo cedí a su petición.
—Tengo miedo de herirte —susurre.
Esto en cierto modo es complicado, tengo miedo de lastimarla por lo animal que soy.
—No te preocupes — rodeo con sus manos mi cuello —Sanaré y más ahora que ya no tengo un mounstruo dentro mio —se acercó y mordió mi labio inferior.
Ya estaba perdido, no iba a poner detenerme y menos con su invitación.
Mi ropa término en el sueño junto a la de mi amada, y bueno, no hace falta explicar lo sucedido, además no es correcto que un caballero de detalles de esas cosas. Cornee me abrazó y dijo que desde este día sería su estufa en las noches de frío, su compañero en las de insomnio y su héroe en sus pesadillas.
Fue nuestra primera vez intimando y creo que desde ahora seremos mas unidos que nunca. La amo y ella me ama, es todo lo que quise para mi vida.
Una persona que me ame a pesar de todos mis defectos y ser feliz junto a ella por el resto de lo que quede de nuestras vidas.
A la mañana siguiente, al oír que se acercaban y al acordarme que estábamos sin ropa rápidamente me levante y cambie. Escondí la ropa de Cornee que todavía estaba en el suelo y la tape con la frazada.
—Es hora de desayunar —divise a Annia parada fuera de la cápsula.
—Muchas gracias, ya bajamos. Despertaré a Cornee.
—De acuerdo no tarden o los trolls se comerán todo —rió
Cuando me asegure de que ya no estaba me acerque para despertarla.
—Amor, debemos ir a desayunar—hable suave.
—Mmhmmh.
—Amor si no te levantas nos quedaremos sin desayuno.
Se incorporó precipitada —¿Qué? yo quiero —me miró suplicante.
—Primero vístete —reí apenado.
Cornee tomó las mantas y se cubrió, yo me levanté y le pase ropa.
Cuando estaba lista, bajamos a desayunar, comimos un par de bocados mientras Annia nos miraba sonriente.
Y esa fue toda nuestra estadía ahí, al terminar de desayunar Annia nos guió a las afueras del bosque y nos explico como llegar a nuestra ciudad.
Ella se despidió de nosotros y luego se fue en forma de un puntito de luz.
Tome a Cornee de la mano y comenzamos nuestro viaje de vuelta a casa.
FIN.
.....segunda parte en proceso.