Mi gran error.

Capítulo 5.

Es viernes y soy llamada a la oficina del director a mitad de la clase de física.

- Puede ir Srta. Galloway – el sr. Bytes hace un gesto adusto con la mano, molesto por haber sido interrumpido a mitad de su diatriba y me levanto rápidamente metiendo mis cosas en la mochila.

- Ve, déjame eso a mí – susurra Krisha.

Asiento hacia ella y con un último vistazo a Callaghan que me da una mirada curiosa, salgo nerviosa hacia el despacho del Sr. Fodman.

Los pasillos se encuentran vacíos y silenciosos con todos en clase, el único sonido el de los lápices escribiendo o los maestros explicando algún tema. Trato de respirar profundo disfrutando del momento que tengo para prepararme, sin embargo, demasiado pronto llego al despacho del director. Saludo a Mary, su secretaria desde que yo estoy aquí, y le digo que he sido llamada.

- Adelante querida, está esperándote – me da una mirada compasiva que me vuelve más aprensiva sobre lo que me espera dentro ya que rara vez soy llamada a este lugar, de hecho, la última vez que estuve aquí fue en primer año.

- ¿Sr. Fodman? – llamo entrando.

- Adelante, Isis. Toma asiento – se levanta de detrás de su escritorio y espera a que me he sentado para dejarse caer en su silla de nuevo, la cual hace un horripilante sonido de protesta bajo su enorme peso.

Espero a que hable y me diga porque me ha llamado, pero no dice nada y el silencio se alarga tanto que me siento obligada a romperlo.

- ¿Tiene algo que decirme señor? – juego con un anillo de acero inoxidable que me regalo Krisha en uno de mis cumpleaños esperando su respuesta, sin embargo, antes de que él pueda abrir la boca, la puerta se abre nuevamente y me giro para ver a mi madre con Donovan en brazos cruzar la entrada.

- ¿Mamá? – la sorpresa en mi voz.

¿Qué hacen aquí? Miro con recelo entre ellos y me cruzo de brazos cuando se sienta a mi lado sin decir nada con mi hermano en su regazo.  

- Siento la tardanza Sr. Fodman, no pude dejar a mi hijo menor con nadie y tuve que traerlo – se disculpa.

- No se preocupe Sra. Galloway, estoy al tanto de la situación en la que se encuentran – sonríe él amablemente.

Mientras ellos charlan como si nada, mi ansiedad va en aumento. Si mi madre está aquí, no significa nada bueno. Además, que ninguno de los dos se esté dirigiendo a mi directamente pone mis nervios y a alterados de punta.

- ¡Isis! – ríe mi hermano de pronto y alzo mis ojos hacia él. Tiene extendida sus manitas hacia mí y lo tomo del regazo de mi madre que lo deja ir con una sueva caricia en su cabeza.

- Bueno, no voy a alargar más esto – aplaude el director – la razón de citarlas aquí tiene que ver con el Sr. Clyton – tanto el cuerpo de mi madre como el mío, se ponen completamente rígidos.

- ¿Qué tiene que ver ese hombre con mi familia? – la voz de mi madre es helada y me estremezco pensando en lo que pueda salir de la boca de él.

- Entiendo que – comienza, pero mi madre lo corta.

- No entiende nada, Sr. Fodman. Hace dos años que mi familia decidió dejar atrás lo que sucedió con ese hombre así que no entiendo porque tengo que ser llamada por alguien que ya no enseña más en esta escuela -.

Animo a mi madre en silencio mientras trato de entretener a Donovan susurrando cosas graciosas en su oído.

- Sra. Galloway, si es tan amable de dejarme terminar – alza una ceja.

Mi madre hace un gesto de concesión con la cabeza y el director continua.

- La escuela ha recibido un citatorio de parte de un despacho de abogados – le enseña a mi madre el papel, quien lo lee en silencio. Puedo ver su tez volverse más pálida por momentos hasta que al fin termina de leer y alza la vista hacia mí.

- ¿Mamá? – pregunto asustada.

Abre la boca, pero nada sale. Eso me asusta más que nada. Me giro al sr. Fodman para que me explique.

- Al parecer el Sr. Clyton está siendo acusado con cargos penales por acoso sexual y la escuela está siendo citada por ellos para comparecer si es que tenemos algo que decir -.

- NO – lo digo antes de siquiera pensarlo – Dígales que no. Hace 2 años lo deje claro. Dije que no quería levantar cargos en su contra. La respuesta sigue siendo NO -.

- Isis, no llores – Donovan lleva su mano a mi rostro y aleja una lagrima que no sabía que había escapado.

- No estoy llorando Sunshine – beso su cabeza.

- Sra. Galloway – se dirige a ella.

- Mamá, no – suplico.

- Pero, Isis. Se lo hizo a alguien más…- su voz es apenas audible y el aire deja mis pulmones.

¿Fue mi culpa?

¿Lo que le paso a otra chica, fue culpa mía?

¿Alguien más sufrió lo que yo?

¿Debí haber presentado cargos en ese entonces?

Volteo a ver al director y me está viendo con una mirada indescifrable, ¿me está juzgando?




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