Mi gran error.

Capítulo 19.

¿Cómo demonios terminé en esta situación? Es tan absurdo e irónico que no tiene gracia. Terminé salvando a nadie más y nada menos que Cordelia, el ex interés amoroso de mi actual novio de recibir una paliza de su actual novio/exnovio que no había recibido el memo de que ya no quería nada con él y que resulta ser la persona más agradable que había conocido y por el que llegué a sentir pena cuando pensé que estaban engañándolo.

Jace era una buena persona.

O eso creí.

Al final, resulta que tampoco soy buena juzgando el tipo de persona con el que me topo.

- Isis – la voz de Callaghan me saca de mi debate mental… o no tan mental si la mueca en su rostro es un indicio.

Ni siquiera puedo mirarlo a los ojos. Él había dicho algo sobre esto. Dijo que Jace era violento con Cordelia, pero no hice caso.

No quise creerlo.

- No lo explique bien. Además, no tienes nada que ver con esto. No tienes por qué sentirte culpable – me abraza más fuerte.

Al parecer, seguía pensando en voz alta.

Poco después de que Jace desapareciera, al ver que ninguna de las dos (ni Cordelia ni yo) explicábamos las cosas, Callaghan sumó dos más dos. Desde que conocía la historia sobre ellos, solo tuvo que atacar los pocos cabos sueltos. Una vez que lo hizo, se puso furioso e hizo amago de seguir a Jace para desgarrar la vida fuera de él. Me dejé caer con más fuerza contra él para detenerlo y afortunadamente sus brazos me rodearon al instante dejando de lado su necesidad de venganza.

>> ¿Pero contra quién? << Susurró una voz en mi cabeza >>¿Venganza por Cordelia o por ti? <<

Sacudí la cabeza molesta con mis pensamientos y me centré en el presente.

- Tenemos que decirle a alguien – esto viene de mi mejor amiga, que lleva paseándose de ida y vuelta sobre el césped de nuestro lugar junto al árbol en el edificio abandonado, desde que llegamos aquí.

Me preguntó como descubrió ella lo que pasó y si sabe qué es lo que se tiene que decir.

- Me acabas de decir todo lo que necesito saber – me mira sin detenerse de caminar de aquí y allá.

Aprieto los labios para evitar seguir hablando y en su lugar miro a Cordelia. Hubiese preferido nunca traerla aquí. No porque sea un secreto o nadie más venga por acá, estoy segura de que muchos otros encontraron este lugar antes que nosotros, pero simplemente no se sentía bien tenerla aquí.

Por desgracia, no es como si tuviésemos muchas opciones desde que era un desastre y no sabíamos donde podría estar Jace esperándola. Así que ahora está sentada en el banco frente a Krisha aun sollozando levemente y Callaghan en el espacio a su lado conmigo en su regazo, lo cual, es la única razón por la que no estoy enloqueciendo a pesar de que ésta dejó caer su cabeza contra su brazo desde que se sentó.

Aprieto los labios molesta conmigo misma por la punzada que comienza en mi pecho cuando siento uno de los brazos de Callaghan soltarme para consolarla.

¡Acaba de pasar por algo traumático, Isis! ¡Contrólate!

>>Así fue como comenzó todo<< avisa la voz en mi cabeza.

- Cállate – murmuro.

- ¿Qué? – se detiene Krisha a mitad de una vuelta.

Incluso Callaghan me da una mirada de reojo.

- Nada – niego con voz débil – Digo que tienes razón. Tenemos que decirle a alguien. El director puede ayudarnos, él puede llamar a sus padres y de ahí partir – digo con más fuerza.  

Krisha asiente porque ella sabe que tengo razón. Así fue conmigo. Puede que el director no sea mi persona favorita, pero no puedo negar que cuando ofreció su apoyo, lo hizo en serio. No hay motivos para que no haga lo mismo con ella.

- ¡No! – jadea Cordelia dejando de llorar por un segundo. Levanta la cabeza del brazo de Callaghan y continua con voz desesperada - ¡No pueden decirle a nadie sobre esto! – tiene los ojos rojos y llenos de lagrimas no derramadas y de mala gana admito que aun con una mejilla inflamada y los ojos hinchados de tanto llorar, se ve linda y sexy.

¡Maldita sea, Isis! ¡Enfócate en lo importante!

- ¿Por qué no? No es como si fuéramos a chismear sobre ello en los pasillos. Estamos hablando de decirle a alguien que tiene el poder de hacer que se detenga. ¿Quién mejor que el director? A menos, claro, que quieras seguir siendo su saco de boxeo -.

- ¡Krisha! -jadeo.

A veces, puede ser demasiado directa, pero sé que está preocupada por ella a pesar de que, para empezar nunca le ha caído bien. Esta es solo su forma de mostrar que todo esto esta molestándole.

- Solo estoy poniendo las cosas como las veo – se encoge de hombros.

- Lo sé, pero… - suspiro viendo a Cordelia toda asustada.

- Sabes que no va a resolverse mágicamente – dice mi amiga – y no siempre va a haber alguien para detenerlo – la ve con lastima – Si dejamos pasar esto, puede que luego nos arrepintamos -.




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