Mi guarda espaldas
Capítulo #7
Mia
Como ningún día mi mama estaba preparándome, el desayuno y ni siquiera ha ido a trabajar, me preocupa un poco, pero ella dice que están limpiando profundamente todo el hospital, tenía miedo de que este despedida, pero ella está yendo todas las tardes, así que no la despidieron. Ya estaba lista para el instituto, solamente me faltaba terminar de comer y salir porque hasta Matt estaba listo.
-Ya mama, terminé -le avisé, -de acuerdo cariño, vayan con cuidado -nos dijo a Matt y a mí, -adiós mama, cuídate -me despedí -cuídense ambos -nos abrió la puerta y nos despedimos, Matt me abrió la puerta y nos subimos.
-Matt, ¿tú crees que a mi mama le pasa algo? -le pregunté, por si el sabe algo que yo no -No Mia, pero sí, tu mama está actuando un poco extraña desde hace dos semanas que le entró esa llamada del hospital -lo sabía, si Matt ya se había percatado de eso, es porque de verdad le pasa algo a mama, -lo sé, pero espero que no pase nada malo, odio ver a mi mama triste -le dije con una cara apenada.
-Llegamos Mia -me dijo, estaba tan preocupada por mi mama, que ni siquiera observé el trayecto por el que vinimos, -s-sí, sí de acuerdo, grac…-Mia por favor ya no estés preocupada -el chico me interrumpió, solo asentí y me dirigí hacia la entrada.
-Hola Mia -Ashley me saludó -Hola -le devolví el saludo -¿qué te pasa?, estás un poco desconcentrada -no nada…no te preocupes -la verdad no quería, preocuparla o menos molestarla, -Mia no me engañas, en estas dos semanas, te he conocido mejor y sé cuándo te pasa algo, por favor, puedes confiar en mí, si quieres no le digo ni…¡ah! ya sé, ni a Mateo -estaba insistiendo mucho y no me gusta cuando las personas insisten y más Ashley ,ella, no para, así que… -es que…mi mama está un poco rara y me preocupa, eso es todo -le dije con una sonrisa a medias -está bien, gracias por confiar en mí, no te preocupes de seguro está pasando por algo que tal vez quiere guardárselo para ella -esas palabras, no sé cómo pero…me reconfortaron un montón, y tenía razón, tal vez pasaba por algún momento de depresión, y por eso tenía que estar más con mi mama, -Si, tal vez es eso, y yo me estoy preocupando demás -dije dándole la razón -Si, mejor ya vamos porque, ya mismo empiezan las clases -yo solo asentí, nos dirigiríamos a la clase de literatura, esa clase era mi favorita, ya que el profesor Jorge, siempre nos dejaba libros para leer, y de cierto modo me había convertido en la estudiante favorita de él, abrimos la puerta del aula, todavía no había llegado, nos sentamos con Ashley al último, y nos pusimos a hablar, sobre la clase de la semana pasada, porque aquella semana el profesor estuvo viniendo tarde y yéndose temprano y nos dijo que esta semana nos diría el porqué, pero estamos viernes y todavía nada.
-Para mí esta esperando un hijo con la señorita Karla, todo el instituto los ha visto juntos desde el mes pasado -me dijo Ashley, -tal vez será cierto, pero hay que ver que nos dice el profesor -le respondí, -ojalá sea así, así tendremos días de vacaciones, ¡yupi! -dijo con un tono de emoción, amaba cuando hacia eso.
Cuando abrieron la puerta, entró el profesor, traía una corbata de color celeste, una camisa de cuadros. Unos pantalones formales de colores negros, un saco negro y zapatos de cuero, se posó en frente de toda la clase para dar un discurso -Chicos, la semana pasada les dije que en esta semana les diría el porqué de mis llegadas tarde y mis faltas a veces, la verdad es que como ya algunos ya compartían esos rumores de que la señorita Karla y yo estamos juntos, pues es la verdad, pero la verdadera razón de mis atrasos es que la señorita Karla está esperando un bebé por parte mía y con todos los trámites del resultado de los exámenes, tenía que estar de un lado para otro -¡te lo dije! -escuché como Ashley me lo dijo en voz baja, así que era verdad lo que todo el mundo decía ¿eh?.
-¡Te, lo dije, te lo dije, te lo dije! -me decía Ashley, a cada minuto, que pasábamos por el pasillo -bueno ya, está bien, tenías razón -le decía para darle la razón y que dejara de molestarme.
-Oye y ¿tú mama, ya no esta como la semana pasada? -me preguntó
-Bueno…, no lo hace notar, pero sigue preocupada -le respondí, mama, estaba así y no tenía ni una pisca de idea del porqué, pero tenía que apoyarla, eso sí era seguro.
-Hola, Jones, ¿a dónde te vas? -hace tres, horas había llegado a la casa y veía que Matt, se estaba yendo.
-Voy a ir a un lugar especial, ¿quieres ir conmigo? -¿me estaba invitando?, bueno no tenía nada que hacer, así que sí
-De acuerdo, deja me cambio- subí rápidamente las escaleras y me adentré a mi habitación, me puse lo primero que vi en mi armario, era un jean y una blusa, sí, está bien, me la puse, tomé mi celular y bajé.
-¿Lista? -me preguntó Matt desde la puerta
-¡Lista! -le contesté, estoy muy emocionada por ver ese lugar, a parte soy demasiado curiosa.
Íbamos por unas calles oscuras y tan solo iluminadas por las farolas, estaban un poco solas, era como una ciudad fantasma, me daba un poco de miedo, pero…bueno ni si quiera tengo que decir.
Llegamos a un acantilado, era…hermoso, para nada iluminado, pero desde ahí se veía toda la ciudad y aquello hacía que al acantilado le daba un brillo excepcional.
-¡Que hermoso! -no era hermoso, era magnífico y si te agachabas veías el agua que también estaba iluminado.