Mi Hermanastro

5. MI BELLA DONCELLA

Capítulo dedicado a:

Osneidy Gutierrez  - Mau Fernandez - carmen alarcon paredes -  Sharay Miranda, Alitzel Ruiz Avendano - Jashuareth Ruiz - Blanca Estela Aguilar Peres -  Yesenia Leon - Maria Argueyo - Angie Contreras Galvan - Nora Gutierrez - Mercy Martinez - Susana R. Uribe - Luz Palacios, oriana suarez - Leidy - Maya Uoc - Yanira Silva, Monica... (perdón, linda. No tengo tu nombre completo.)

Hello, mis hermosas rosas. Gracias por sus me gustas. Me ayudan a que la historia tenga más popularidad y asi llegar a más lectores. Gracias 😘😘😘
 

----------------(0)--------------(0)--------------

Cubierta con la sábana, Daisy, camina por el cuarto. De la cómoda sacó un short de mezclilla azul grisáceo, un top amarillo cremoso de hombros descubiertos, una braga violeta y un sostén blanco con motes violetas que en el lado izquierdo tiene un dibujo adorable de una niña con vestido.  

Le gusta combinar su ropa interior, lo único malo de esta, es que la braga al caminar se le mete siempre, pero siempre entre sus glúteos.

Aun sin vestirse, tomó, de los cajones bajos del armario unas converse blancas. Al levantarse a sus espaldas se oye una bofetada, pequeña pero bofetada después de todo, seguida por una risa de Samanta.    

Al girarse, ve a Reese, sobándose la mejilla.

—¿Por qué? —se quejó el pelinegro.

—¡Le mirabas en culo! —acusó Scott. 

Repentinamente la puerta fue abierta de sopetón.

Kirk ante la acusación de Owen, abandono su contemplación de su bella doncella. Corriendo al cuarto de su hermana para comprobarlo.

Daisy, ajusto aún más la sábana, cubriéndose mejor —¡¿Por qué entras a mi cuarto sin tocar, imbécil?!

Ver a dos chicos semidesnudos y a Daisy cubierta por la sábana, confirmo lo dicho. —¡¿Y tú, qué cochinadas haces?! ¡Ehh!

—¡Lárgate! —ordenó, señalando la puerta.

Samanta, permaneció  estática por la súbita intromisión y los gritos. Siendo abordada por recuerdos de su infancia dolorosa.

—¡Mira niña! ¡No me vengas con!… — estupefactó,  guardó silencio al ver a los chicos aproximarse vertiginosamente a la pelirroja que se hiperventilaba.

—Sam, tranquila. Estas con nosotros, tus amigos —Daisy, frotaba su espalda en un intento de serenarla. 

Los chicos, pretendían ayudar pero tres voces hablando a la par no ayudaban mucho.

—Chicos, guarden silencio. Sólo la estamos confundiendo —indicó, Daisy.

—Iré por agua — Reese, abandonó el dormitorio.

—¿Qué pasa? —inquirió, Kirk a Scott. Éste, le explicó que Samanta se altera ante las discusiones, eludiendo el por qué. 

En cuanto lograron que Samanta se sosegara, el pelirrojo se marchó del cuarto, dejando a los adolescentes para conversar en privado.

Al llegar al último escalón, su primera acción de supervivencia, porque sin verla sucumbiría; camino hasta donde su bella doncella yacía, reposando.  

Los dos adolescentes bajaban junto a Daisy, cuando Ada, se despertó y al ver a un extraño a centímetros de distancia de su rostro, su respuesta fue pegar un grito seguido de un golpe; dando un puñetazo a la nariz de Kirk.

—Las clases de defensa personal no fueron en vano —Sentenció, Daisy en conjunto a las risotadas de la pareja.     

—¿Daisy? —inquirió, Ada, levantándose avivadamente de un salto, anonadada.

—Tienes la mano pesada, linda —el pelirrojo en el suelo, se sujetaba la nariz evitando que la sangre saliera—. Me gusta —declaró con una voz lasciva, sonriendo.    

Reese, dio un salto sobre el respaldo del sofá, recostándose en él.  Scott ayudo a Kirk a levantarse y Daisy se fue en busca de papel para detener el sangrado. Dejando a una castaña con las cejas levantadas, observando al pelinegro de espaldas al rubio y pelirrojo.

—¿Qué? — indagó, Reese, relajado con los brazos cruzados detrás de la cabeza y piernas cruzadas  sobre el brazo del sofá. 

La castaña, lo observo con los ojos abiertos y las cejas levantadas expresando lo obvio, con los brazos abiertos apuntando al extraño.

—¿Quién es? —preguntó, ante la ignorancia del pelinegro.

—Ahh. Es sólo, el otro extraño que se coló al cuarto de Daisy, interrumpiendo nuestro trio —expresó, relajado. 

—¿Qué? —Soltó, confundida. Kirk, en cambio frunció el ceño, matando con la mirada al chico de al lado suyo. Este, levanto ambas manos en negación de lo dicho.

—No son extraños. Son los hijos del novio de Elizabeth —aclaro, Daisy. Le paso un trozo de la servilleta  de papel a Kirk. Él, reprendiéndola con la mirada lo recibió. Haciéndolo dos rollitos, se los introdujo a la nariz, deteniendo el sangrado.

—Ahhh…gracias por aclararme lo más importante de la conversación —hablo, Ada, con tono sarcástico—. Y ahora con respecto al trio.

—Sí, eso…Sólo fue una bromita para el rubio —Contestó, como si nada—. Por cierto ¿Cómo se llama? —pregunto a Kirk.

—Una “bromita” —exclamo, Kirk, fastidiado. Tomando asiento en el sillón—. Una bromita es despertar a alguien con agua.

Antes de que Daisy lograra dar un comentario desagradable, por el reproche del pelirrojo, Samanta bajo.

—¿Ya te sientes mejor? —preguntó Scott, acercándose a ella.

Suspiro —Sí —Acentuó con la cabeza, en voz baja—. Quisiera volver al orfanato.

Daisy intento que se quedara a almorzar, pero la pelirroja estaba decidida a irse por lo que Scott, se ofreció a llevarla y Reese se coló al viaje.  Y aunque no se hubiese sumado, su novio lo habría obligado, para no dejarlo con Daisy, sin su vigilancia.

Después del sonido de la puerta cerrándose, Kirk fijo su vista a las botellas vacías. Las chicas al percatarse de no haberse desasido de las evidencias de lo ocurrido anoche, sonrieron cual niñas inocentes, incapaces de romper un plato.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.