¡¡¡Lamento mucho la demora!!! Cuando publiqué el capítulo 6 a la semana siguiente me di cuenta que tenía una materia que se me estaba por vencer. Entonces que me vuelvo loca por haberme olvidado de la materia que me costo 2 cursadas poder aprobarla y eso que conte con suerte de no hacer un examen para aprobarla. Esa materia es Historia y se me vence éste año en Julio. Se que es mucho tiempo para estudiar, pero recién ayer terminé de preparar el tema que voy a prestar (el cual es LA I.S.I ) y me falta ahora estudiar o repasar toda la parte teórica de la materia que es del 1800 al 2000. Y la historia me entra por un oído y se me sale por el otro. No la entiendo. En fin, hasta julio que es cuando me presento al examen final de Historia, no habrá actualización de capítulos.
Nuevamente lameto la demora. Que pasen una agradable noche. Besos y abrazos.
Posdata, deje una revelación en la parte final de éste capítulo. Es parte de los hechos que guiaron la situación que atraviesa Daisy ahora.
Ah y no hay ddedicatoria en éste capítulo porque no es un capítulo, es la parte que le falta al capítulo 6.
Ahora sí, BUENAS NOCHES.
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Daisy, se hallaba sentada frente a su tocador, peinando su cabello desordenado y algo enmarañado, rememorando su encuentro con el castaño guapetón de ojos azules que en ningún momento aparto la vista de ella y por como la miraba, parecía que le había interesado. Y ante esa idea no pudo evitar sonreír tontamente.
Aquel momento se había impregnado en su mente, no sólo porque le hubiera gustado el castaño, sino a que también era la primera vez que algo agradable le pasaba en esa casa.
Su sonrisa no duro mucho al recordar las fachas en que la conoció, llevándose ambas manos al rostro por la vergüenza. Esa era la razón por la que no se dio un baño para poder colocarse acondicionador en el cabello, si salía del cuarto corría el riesgo de volver a toparse con el atractivo joven. Al no tener una primera impresión de diez, se planteó tener una segunda de cien.
Ya peinado su cabello, paso a dar un retoque a su rostro, peinando sus cejas, colocándose un poco de pestañina y con su dedo matizado de rojo con el labial le dio un poco más de color a sus labios con el objetivo de resaltarlos, pero no tanto para que se notase que se arregló.
Aunque su cabello tenía algunas hebras sobresalidas por el frizz, era más presentable y arreglado que el de recién levantada.
Parándose, frente al gran espejo del tocador, observa la combinación de camiseta blanca y overol azul. Se veía bien…Bella; y sólo así saldría del cuarto.
Tomando el dentífrico y cepillo, se preparaba para ir al baño, cuando escucha una voz encolerizada proveniente del jardín. Picada por la curiosidad, se asoma por su ventana, encontrándose al castaño de espaldas hablando por el celular.
Guiada por el alarido que escuchó, deduce que mantiene una discusión o la tenía dado que ya ni siquiera eleva la voz, hasta que solo cuelga.
Sus hombros decaídos y brazos inmóviles la llevaron a pensar que, lo que fuese se haya hablado en esa llamada, lo frustro y tan solo se rindió a aceptarlo.
Lo comprendía, y muy bien de echo. Daisy una vez se rindió, aceptó que nunca lograría su misión. Siendo una niña comprendió que no siempre se obtiene lo que se quiere, por más que se lo desease con el corazón. Daisy no pudo obtener el cariño de su madre y lo aceptó.
Daisy se levantó para ir directo al objeto que servía como el mejor escondite —ya que sus padres nunca lo revisaban— para sacar el regalo que hizo en la escuela por el día de la madre. Lo había mantenido en su mochila desde el viernes y hoy domingo por fin se lo podría dar a su mami. Alan, hacia lo mismo y a cambio su mami lo abrazaba y llenaba de besos. Daisy quería eso…Que su madre la abrazara era lo que más deseaba.
Salió de su cuarto corriendo para ir directamente a la cocina, donde sabía que su madre estaba preparando el desayuno.
Se hallaba muy alegre porque sabía que ese regalo le encantaría tanto que la querría. Pero la respuesta de su mami no fue la que esperaba…la que añoraba.
No solo no la abraso y dio besos, también arrojo el dibujo en el que ella y su mami estaban tomadas de la mano dentro de un corazón echo de fideos pintados de rojo, justificándose diciendo que era egoísta queriendo todo el amor para ella sola, sin querer compartirlo con su padre y hermano.
Su vista se distorsiono a causa de las lágrimas que se asomaban por el destello del recuerdo. Pestañando libro esas lágrimas de sus ojos, recuperando la vista y sólo para ver a Elizabeth acercándose al castaño para abrazarlo….consolarlo. Al parecer hasta para él era fácil conseguir el cariño de esa mujer.