Mi hermanastro

Capítulo 13

—Veamos sí después de invitarme a comer, te lo pueda dar— le dije provocativa pues ya sabía a qué se refería, así que le hice que había ganado pero en realidad había ganado yo.
—Está bien, vamos— dijo convencido.
Salimos del edificio caminando en busca de algún restaurante que convenciera a nuestra ansiedad por comer, y encontramos uno que se llamaba "YO—YO BAR & RESTAURANT" de comida China, japonesa y tailandesa. Y bueno como el sushi es mi debilidad no pude evitar detener a Austin de la parte trasera de la camisa diciéndole
—aquí— el abrió la puerta dejándome pasar antes que él y pasamos a sentarnos en una mesa para dos.
—huele bien— dijo el aspirando el perfumado airé a comida
—sí, demasiado— dije elevando mis cejas emocionada
—¿les puedo ofrecer algo de tomar?— pregunto el mesero dejando dos menús sobre la mesa 
—una cerveza y tu Mackenzie ¿qué quieres?— pregunto Austin mirando el menú 
—también, gracias— dije mirando al chico con una sonrisa.
Luego de unos minutos esté llego con dos botellas de cerveza y listo para tomar la orden, Austin pidió pato laqueado a la pekinesa y una sopa wantán y yo pedí un rollo de sushi uramaki y kushiyaki.
—oh por dios cuanta hambre tengo— mencione mirando acercarse los platillos
—Se ve muy rico— dijo Austin volteando su mirada a los platillos.
El chico se retiró luego de dejar los platos con comida
—y dime, ¿tu amigo si está enamorado de ti verdad?— pregunto el con algo de burla
—Harry, bueno el, lo que pasa es que... si, desde siempre— dije dándome por vencida.
—se nota, por la forma en que te mira.
—¿qué tiene su forma de mirarme?— pregunte antes de morder un pedazo de sushi
—ese brillo en sus ojos lo delata, de lo que es estar enamorado Mackenzie— dijo retirando su vista de mí.
—a ¿sí? ¿Cómo es estar enamorado? — pregunte con un bocado en la boca
—Muy doloroso, pero hermoso— dijo suspirando sin mirarme.
—no creo que alguien como tu haya estado enamorado— dije
—¿porqué? 
—eres tan raro, no parece que tengas sentimientos, como conmigo, primero me tratas bien y luego no se sabe— explique luego de tragar
—como se nota que no me conoces linda— guiño un ojo
—¿qué tengo que conocer de ti—cuestione tomando la botella 
—puedo enamorarte en tan sólo el tiempo en el que estemos aquí— musito mirándome con una mirada traicionera, no sabía sí me miraba sinceramente o incrédulo
—no creo poder enamorarme— reí sarcástica
—¿qué tal si lo intentamos?— me pregunto elevando una ceja
—De acuerdo— acepte
Terminamos de comer y nos quedamos ahí platicando todavía un rato más, salimos de ahí y seguimos caminando sin rumbo hasta llegar a un centro comercial.
Mire una tienda de helados y no me quise quedar con ganas de uno así que corrí hasta este y Austin me persiguió y entramos
—¿en qué le puedo servir señorita?— pregunto la chica amablemente 
—dame un helado de chocolate— mencione mirando el menú 
—y tu Austin ¿qué quieres?—
—lo mismo por favor— dijo con voz baja pero clara
—son dos dólares por favor— mencione luego de darnos los conos 
—oh no yo pago está vez— comente buscando mi tarjeta de crédito 
—no, soy un caballero— dijo ya con su tarjeta en la mano
—no tu pagaste la comida, déjame pagar el postre—dije encontrando mi tarjeta
—aquí tiene— dijo Austin dándole su tarjeta a la chica, ella le sonrió de una manera especial, atractiva y este comenzaba a corresponderle el coqueteo, no podía quedarme atrás y me incomodaba un poco, se supone que Austin se tenía que ganar mi cariño no ponerme celosa.
—vámonos mi amor— le dije tomando su mano ya después de que la pelirroja le había devuelto su tarjeta, esta se quedó pasmada y le sonreí de manera incrédula antes de salir de ahí.
—¿vámonos mi amor? ¿qué demonios fue eso? Era mi diversión para mañana— dijo esté soltando mi mano
—relajare don Juan, tú también eras solo su diversión— mentí, pues no podía decirle que me había causado algo muy raro llamado "celos" 
—como sea, fue muy inteligente— dijo asintiendo con la cabeza con diversión 
—siempre jugaba a ser la novia de Harry cuando él no quería salir o bailar con alguien, era muy gracioso— reí saboreando mi delicioso helado.
Rodeo mi hombro con su brazo desocupado y yo su cintura con mi otro brazo comenzamos a caminar por las hermosas calles de Londres, mientras comíamos helado como dos jóvenes enamorados, por lo que la gente no sabía es que éramos dos "raros hermanastros" 
Seguíamos caminando y riendo de la gente mal vestida o cosas por el estilo, me sorprendí pues él y yo éramos iguales en muchos aspectos.
—ya es tarde, deberíamos regresar al departamento— menciono viendo como el cielo se tornaba más oscuro.
—tienes razón regresemos— respondí buscando con la mirada un taxi
—¡TAXI!— 
—a los departamentos en la calle Victoria Mills por favor— dijo Austin cerrando la puerta.
El camino fue tranquilamente silencioso, observaba por la ventana y miraba que hermoso era el lugar, Austin pago y bajamos.
Al llegar nos sentamos frente al televisor mirando programas sin sentido, eran las nueve de la noche y claro nos dio hambre, ordeñamos una pizza y salimos a la tienda que estaba cerca de ahí a comprar unos red Bull y unas cervezas.
Platicábamos de mi vieja vida en los Ángeles y luego llego un tema muy interesante
—¿cuál es tu más grande deseo?— pregunto
—va a sonar algo infantil pero siempre he querido besar a alguien bajo la lluvia— dije riendo un tanto avergonzada
—¿qué hay de ti?— 
—ser músico, pero mi madre nunca me ha apoyado así que sigue siendo un simple deseo— dijo acomodando su chaqueta.
—sueña lindo, supongo que le compones a Perrie— musite mirándole rápidamente. 
—en realidad no, ella no me inspira en nada— negó con la cabeza 
—creí que estabas muy enamorado de ella— mencione
—no, entre lo que siento por ella y amor hay un gran camino por recorrer— dijo tan seguro de lo que acababa de decir.
—es muy linda, tengo que admitirlo— le dije sinceramente
—si es linda, pero sólo físicamente— 
—bueno dejémonos de cosas, vamos a dormir el maldito cambio de horario me está matando— dije sobando mi cuello
—vamos— fuimos a la habitación 
En lo que Austin entro al baño, aproveche para según yo cambiarme rápidamente. Me encontraba con el short del pijama puesta y con brasier solamente cuando sentí un aire que hizo estremecer mi cuerpo al estrellarse en mi espalda, y luego sentí como unos labios se tatuaban en mi hombro dejándolos ahí varios segundos.
—no cumpliste o que prometiste— susurro esa varonil voz a mi oído.
—no lo prometí, sólo dije que tal vez podría hacerlo— dije bajando mi mirada para notar que precisamente estaba en brasier.
—entonces supongo que me lo gane— dijo recorriendo sus suaves manos desde mi espalda hasta rodear mi cintura
Austin, por favor no hagas eso— dije nerviosa, aquello que el provocaba en mí no era normal, , aquello era un cosquilleo en mi estómago.
—Mackenzie ¿segura? Ya perdiste una oportunidad, te daré una más— dijo nuevamente en mi oído.
—Austin...por favor, no me hagas hacerlo— dije dispuesta a voltear mi mirada a la de el
—vamos linda—
Mi debilidad fue más fuerte que yo, esos labios me estaban llamando, decían claramente "Mackenzie ven a mi" pero ¿a quién demonios quiero engañar? No había nadie más en la habitación. Austin lo quería y yo estaba estúpidamente a sus pies, sus manos haciendo suaves movimientos en mi cintura y las mariposas en el estómago estaban esparcidas en todo mi cuerpo.
Mis manos se encontraban rodeando su cuello y mis ojos en un solo blanco sus bien delineados labios, nuestras miradas pasaron a jugar entre ellas y a sonreírnos entre nosotros hacia el momento aún más especial.
Mis dedos en su cabello, y sus manos recorriendo más debajo que sólo mi cintura
—bésame...—




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