Mi hermanastro

Capítulo 26

—¡Mackenzie! —grito mi padre golpeando la puerta con aun más fuerza.
—Oh, oh nos van a matar Austin —dije casi despreocupada, mirando como destapaba su cara.
—Déjalo entrar no importa ya —dijo Austin volviéndose a tapar la cara.
Me acerque a abrir la puerta.
—Te lo advertí Mackenzie te enviare a Londres de nuevo —dijo mi padre entrando.
—Como sea —dije caminando al baño.
—Austin ¡Levántate! No tienes ni un poco de vergüenza —le dijo mi papá con un tono alto de voz.
—John ¿en realidad te molesta tanto mirar a tu hija feliz? —pregunto Austin hablando tranquilamente. John no dijo nada se quedó callado y queriendo balbucear algo pero tan solo se quedó en el intento.
—Austin te quedaras aquí, mañana solo Mackenzie ira con nosotros a Canadá —al fin dijo, que buena manera de hacerme sufrir.
—¿Por cuánto tiempo? —pregunte saliendo del baño.
—Una semana —dijo por último saliendo del cuarto.

Clave mi vista en el suelo por segundos mientras estaba recargada en el tocador con mis brazos cruzados, y Austin se encontraba en la cama dejando caer su cabeza con sus codos en sus rodillas.
—Nos veremos en una semana amor —dijo rompiendo el silencio.
—Te voy a extrañar —dije mirándolo.
—Vamos a superar todo este, algún día escaparemos si es posible y solo seremos tu y yo ¿de acuerdo? —dijo caminando hacia mí.
—De acuerdo —dije al sentir sus brazos abrazarme. Me sentí más segura al sentir sus labios humedecer los míos con el más cálido líquido que habita dentro de su boca, mis piernas se volvían torpes y se me debilitaban completamente.

Estaba con Nicolás en el porche de su casa sentados en aquellos asientos en los que estuvimos aquella noche.
—Me iré de viaje de nuevo —dije sobando mi cuello.
—¿A dónde esta vez? —quiso saber.
—Canadá —dije sin ganas.
—Tu papá ha llamado a mi padre, le hará un préstamo —comento Nicolás cambiando repentinamente de tema.
—¿En serio? —me sorprendí sin duda alguna.
—Si, hoy por la tarde le dará el cheque —dijo asintiendo con la cabeza.
—Me da gusto Nicolás que bueno que ha accedido a darle una segunda oportunidad a tu padre —dije chocando cinco con él.
—Si pagarle será un sacrificio pero seguro podremos —dijo haciendo una mueca chueca con sus rosados labios.
—Eso ya lo arreglaran después ahora preocúpate por lo que pasara con tu mamá —dije tomando su mano, dándole la esperanza de que todo iba a salir bien.
—Seguro que si —dijo asintiendo sin mirarme. 

En eso se acercó con nosotros Luke entrecerrando sus ojos rápidamente al mirar la encandilan te luz del día, se acababa de levantar.
—Así estuvo la fiesta de ayer —comente apropósito.
—Solo fui a un bar con unos chicos que me tope ayer —respondió rascando su nuca.
—Llegaste ya muy tarde —dijo Nicolás sonando como un padre responsable.
—Al menos invita —dije entre una risa.
—No quisieras la maldita jaqueca que tengo ahorita, seguramente como la tuya —dijo mirándome de reojo burlándose a la sorda de mí.
—Olvidémoslo ya —dije cambiando mi semblante a uno más serio, pero claro todo era parte de.
—Me hubiera encantado mirarte así —musito Nicolás sonando divertido.
—Créeme a lo que recuerdo soy un desastre que vergüenza —dije tapando mi cara con mis manos.
—Si de hecho si eres un desastre, pero muy divertida —le explico Joe riendo.
—No volverá a pasar lo prometo —dije en promesa.
—¿Y cómo te fue ayer con Lucia? —pregunto Luke a Nicolás de lo más normal.
—¿Qué paso? Dime que me perdí —dije emocionada por él, pues así tal vez ya no tendría nada que ver con Isabella.
—Ayer luego de la película Lucia y yo nos fuimos a caminar —conto Nicolás tomando un tono rojizo en sus mejillas.
—Pero que ternura hasta te pusiste rojito —dije tomando su mejilla entre mis dedos.
—Qué vergüenza —dijo escondiendo su cara bajo su camisa.
—Que dulzura —dijo Joe burlando. 

Llegue a casa a la justa hora de la comida, me senté junto a Austin como siempre desde que la primera vez que comí en esta casa.
Todo era silencio hasta que mi padre decidió tomar el control del comedor.
—Sera la última vez que Austin dormirá en la misma habitación que tu Mackenzie Morrison —dijo mi nombre con todo y apellido, estaba molesto no había duda alguna.
—Si papá —dije sin mirarle y en realidad sin prestarle la más mínima atención.
—María y Mo los estarán vigilando ya le he avisado —advirtió él, y luego dio un bocado.
—Es la primera vez que me siento feliz en mi vida y ahora lo estas arruinando —dije negando con la cabeza, mirándolo con desprecio.
—No importa lo que digas —
—Como siempre —dije ignorando su mirada fijada en mí.
—No importa lo que tenga que hacer John yo siempre voy a hacer todo lo posible por estar con Mackenzie, así tenga que irme de aquí —intervino Austin dejando todo de lado.
—¿Seguro? Por lo tanto no iras al viaje a Canadá con nosotros —dijo John como siempre evitando las discusiones.
—Si ya lo habías dicho antes —dije revolviendo mis ojos, odia que lo recordara a cada malditos 5 minutos.

Mi padre no tenía ni idea de lo que era para mi sentir amor, por primera vez desde el jodido accidente que había cambiado mi vida en un giro de 360 grados, ni siquiera se había tomado algo de tiempo para conocer lo que no sabía de mí, que era lo que me gustaba, apostaba a que no sabía cuál era mi color favorito, seguro pensaba que era el rosa pero estaba realmente equivocado, es el verde.

Estaba en mi habitación y con eso de que no podía estar con Austin mientras estábamos en casa, así que luego recordé que Harry había prometido venir a visitarme pero para cuando él lo hiciera yo me encontraría en Canadá con mi gruñón padre y su fina esposa.
—Te contare a grandes rasgos pero te vas a sorprender muchísimo —advertí antes de continuar —Austin y yo somos novios, pero como es obvio Patricia y mi padre se oponen rotundamente —
—¿QUEEEEEEEEEE? Lo dices y no lo creo —dijo Harry del otro lado de la línea.
—Si en nuestro viaje a Londres es donde se dieron las cosas —conté mordiendo mi labio inferior.
—Pues si eres feliz, estoy feliz por ti —dijo calmado mi hermoso amigo del alma.
—Puedo jurar que estas sonriendo —dije sonriendo al imaginarlo.
—Me conoces más que nadie más —aseguro.
—Entonces nos veremos en más días de lo acordado Harry pero nos veremos no puedo esperar a verte —dije ansiosa.
—Igual yo pequeña, no tienes idea —dijo tan emocionado como yo o más.
—De acuerdo entonces nos vemos, adiós Harry cuídate mucho, te amo —dije casi por ultimo.
—Tu cuídate más allá en Canadá, tapate del frio no vayas a cazar un resfriado —dijo riendo —Yo también te amo —




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