Daniel: al fin hemos llegado al aeropuerto, mi hermosa princesa. Sé que será difícil acostumbrarte a tu nueva casa, pero eso muy pronto cambiará.
Amelia: muchas gracias, Daniel. Ahora tengo que agradecerte por permitir que mi nana viniera conmigo y es que no la quería dejar sola.
Daniel: no tienes nada que agradecerme. Solamente quiero hacerte feliz, porque apenas estoy empezando y por el momento me conformo con verte sonreír.
Amelia: eso fue demasiado lindo y más viniendo de mi futuro esposo. Espero no estar viviendo una fantasía creada por mi imaginación.
Ellos se bajan del auto para poder entrar al aeropuerto y así lo hacen. Ellos abordan el jet privado y se dirigen a su destino, nada más que tiempo después llegan y se bajan. Daniel la ayuda a bajar y salen del aeropuerto para poder subirse al auto y de esa manera se dirigen a su nuevo hogar
Daniel: seguramente debes de tener hambre. Esta vez sentí que el viaje se me hizo demasiado extenso, pero eso no importa mientras estés conmigo.
Amelia: no debes de olvidar que están tus padres aquí con nosotros y también mi nana. Ahora siento demasiada vergüenza con ellos.
Daniel: no estamos haciendo malo. Estoy expresando como me siento en este preciso momento y eso es algo que nunca hago y eso lo saben a la perfección.
Amelia: también me pasa exactamente lo mismo. Pero sé que nunca me habías aceptado como tu esposa sino te sintieras obligado hacerlo.
Daniel: no eres una obligación para mí. El tiempo me dará la razón, además no puedo creer que hemos llegado y eso significa que después seguiremos conversando.
Ellos se bajan del auto para después entrar a su casa y cuando lo hacen su madre les ordena a las sirvientas que les sirvan la comida y después de unos minutos ellos se dirigen al comedor para poder sentarse
Sebastián: bienvenida a tu nuevo hogar. Seguramente mi hijo hará todo lo posible para que te sientas a gusto, porque nosotros no sabíamos de los planes de él a traerte y eso fue una gran sorpresa.
Daniel: tomé esa decisión desde que te vi, mi hermosa princesa. Solamente que primero pensé en esperar, pero no vi ningún problema que estés a mi lado desde ahora.
Amelia: no puedo creer que mi padre no haya dicho nada al respecto con lo que pensabas hacer. Porque el dejo que viniera con ustedes sin antes habernos casado como corresponde.
Sebastián: él quiere que seas feliz. Nosotros como padres es lo único que queremos para ustedes y también queremos tener nietos.
Ella se sonroja al escuchar eso. Ellos empiezan a comer y Amelia no podía evitar preguntarse si su prometido sería un buen esposo, pero tiempo después terminan y cuando lo hacen se levantan de sus asientos
Daniel: madre voy a llevar a mi prometida a su nueva recámara. Sera mejor que llames a una de las sirvientas para que le digan que recámara va a ocupar su nana.